El cable representa un pequeño porcentaje del presupuesto total de una instalación. No obstante, su buen funcionamiento y su conservación dependen, en gran medida, de una correcta selección de dichos cables.
En una instalación fotovoltaica, la energía solar se transforma directamente en energía eléctrica. El cable por el que circula esta energía eléctrica es, por tanto, uno de los elementos más críticos en una instalación solar. La óptima selección del cable fotovoltaico optimizará el rendimiento de la instalación a corto, medio y largo plazo. El diseño y material con el que se ha producido el cable determinará la idoneidad de su selección para cada proyecto.
Conductor de cobre
La normativa EN 50618 especifica que los cables en instalaciones de sistemas fotovoltaicos deben tener una tensión continua nominal de hasta 1,5 kV. Por su lado, la norma internacional de cualificación de seguridad para módulos fotovoltaicos (IEC 61730) exige que un cable fotovoltaico se ajuste a la normativa EN 50618.
Esta normativa concreta que en el proyecto de una instalación solar fotovoltaica el conductor debe ser de cobre flexible (clase 5) recubierto de estaño. Por ello, para que la instalación solar cumpla con la norma EN 50618 se descarta el uso de un cable con conductor flexible de aluminio para la conexión de paneles solares.
El conductor de cobre electrolítico estañado ofrece diferentes ventajas. Evita el paro galvánico, permite obtener una instalación más sufrida, con una mayor resistencia a la corrosión y la tracción y no precisa de sistemas de conducción de grandes dimensiones.
Además, si comparamos el cobre con el aluminio, el primero cuenta con una mayor conductividad, es más flexible (ofrece mayor resistencia a los alambres), ofrece mayor resistencia térmica (muy importante en cables expuestos a la intemperie) y mayor sensibilidad a la compresión (una vez prensado e instalado, no se producirá pérdida de calidad de conexión causada por la deformación del cable).
Cable resistente al fuego
Las altas temperaturas son una de las principales amenazas de los cables solares. La larga exposición se convierte en una amenaza clara para los cables y una posible causa de incendio en la instalación. Es por eso que contar con un cable lo más seguro posible en caso de incendio proporciona una seguridad muy importante en una instalación solar.
Siguiendo la regulación europea CPR (por sus siglas en inglés Construction Product Regulation), la clasificación Cca representa el más alto nivel de seguridad en caso de incendio, ofreciendo una alta protección, evitando la propagación del fuego y garantizando una menor afectación a la instalación. Más allá de la regulación CPR, el cable también cuenta con la certificación de no propagación de la llama (según UNE 60332-1 / IEC 60332-1) y no propagación de incendio (según UNE 60332-3-24 / IEC 60332-3-3-24 y EN 50399).
El cable Topsolar H1Z2Z2-K está diseñado cumpliendo esta clasificación, garantizando un elevado grado de seguridad en caso de incendio. Es capaz de resistir a los rayos ultravioleta, al ozono, a la abrasión de la arena y a la absorción de agua. Además, ofrece una alta flexibilidad, facilitando el trabajo del instalador y minimizando el tiempo destinado a la ejecución del proyecto.
Capacidad de instalación en diferentes entornos
Los diferentes tipos de instalación solar (planta fotovoltaica, techo solar o instalación flotante) pueden convertir en imprescindible la necesidad de disponer de una variedad de cables solares en función del entorno en el que se realizará la instalación. Así, contar con un cable solar con capacidad de adaptarse a cualquier ambiente puede ser muy útil y práctico para el instalador.
El cable Heavy Duty, de la gama Topsolar, ofrece la posibilidad de soterrar los cables directamente sin que sea necesario ningún tipo de aporte externo de material. Su geometría permite emplear accesorios estándar, manteniendo la estanqueidad y simplificando las conexiones.
Este cable mantiene la alta resistencia a los golpes y fricciones, añadiendo además la capacidad de ser instalado bajo agua (AD8), pudiendo usarse en instalaciones flotantes sin perder la garantía de un buen funcionamiento y conectividad.
En un proyecto fotovoltaico, independientemente del tipo de instalación que se quiera llevar a cabo, el cable representa un porcentaje poco relevante en el presupuesto global de la instalación. No obstante, como hemos visto, el correcto funcionamiento de la instalación y óptima conservación a medio o largo plazo depende, en buena parte, del propio cable y de una correcta selección del producto.
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