Alberto Ceña, secretario general de AEMER (Asociación de Empresas de Mantenimiento de Energía Renovables)

Vivimos tiempos de mayor sensibilidad ambiental, donde la emergencia climática es el elemento tractor fundamental, pero donde aparecen también otros temas importantes como la preservación de la naturaleza o el reciclaje de residuos. La apuesta por las energías renovables como respuesta a esta cuestión es un hecho constatado en la mayor parte del mundo, a lo que ha contribuido la reducción de costes, y España no se queda atrás en este camino. 

De esta forma, y para que la transición energética se dirija hacia un escenario que solucione problemas ya endémicos, es de vital importancia asegurar las previsiones técnicas y económicas de las instalaciones renovables, optimizarlas y alargar su vida en medida de los posible (coste – beneficio); y ahí es donde entra en juego el sector clave de Operación y Mantenimiento (O&M). Este ámbito, que se antoja imprescindible, ha tenido que crecer e ir adaptándose a las demandas del mercado y hoy en día goza de buena salud gracias a un importante esfuerzo de las empresas del sector.

Podríamos acotar esta importancia del O&M en renovables en las tres principales líneas de acción: calidad, seguridad y formación. Estos pilares, como en cualquier entorno profesional de carácter técnico, exige tanto especialización como prevención de riesgos para sus trabajadores (las operaciones requieren de sistemas y utillajes específicos, y muchas veces en condiciones ambientales y de altura complicadas); una supervisión y análisis constante, tanto de los indicadores de desempeño como de las medidas de seguridad del personal. Estas necesidades, por supuesto, plantean retos que también exigen una revisión continua y la necesidad de que exista sinergia entre los tres bloques mencionados.

Calidad
Cuando hablamos de calidad en la O&M, hablamos de eficiencia (en el sentido de mejor utilización de los recursos disponibles) en la obtención de la mejor disponibilidad de la planta. Para conseguirlo, es necesario hacer hincapié en la durabilidad de las infraestructuras, la simplificación de los procesos operativos, y un entorno laboral que sea seguro para el trabajador y evite accidentes. En esta dirección, se está poniendo el foco en el desarrollo de nuevos modelos y herramientas que se encaminen a subsanar o implementar este tipo de dificultades, y buen ejemplo de ello es la digitalización. Las últimas innovaciones a este respecto, además del trabajo con drones y robots, se han centrado en un elemento tan útil como el mantenimiento predictivo (basado en sensórica y uso de los datos que suministran las instalaciones), que contribuye en gran medida a reducir los fallos y las paradas no planificadas en las instalaciones. De este modo se evitan retrasos en las actuaciones, pérdidas de producción o averías innecesarias, lo que se traduce en incrementos en el margen de beneficios, un aumento de la confianza y fiabilidad del cliente, alargamiento de la vida útil y mejores condiciones laborales.

Seguridad
Poniendo el foco en materia de seguridad, lo primero que hay que resaltar es que, por mucho que se innove en herramientas que faciliten el trabajo, al final es imprescindible la intervención presencial en el mantenimiento de las instalaciones, muchas de las cuales plantean dificultades físicas a la hora de abordar esa tarea. Sacar partido a la naturaleza exige ubicar las infraestructuras en lugares en los que a la hora de trabajar toca enfrentarse a grandes alturas, la fuerza del viento, lluvias torrenciales, o alta mar; tesituras que exigen de importantes medidas que den garantías a los técnicos de que en el desempeño de su labor no se va a ver afectada su integridad física. Incidir en ello supone un reto, ya que posibilitar el acceso a los elementos susceptibles de ser reparados exige una notable inversión en material, formación extra y testeo y posterior seguimiento de las medidas implantadas. Se trata de una tarea indispensable si el sector quiere seguir creciendo en nuestro país, pues es vital demostrar a las instituciones y a la sociedad que, además de necesaria, la obtención de energías renovables supone una labor donde los peligros cada vez están más acotados y en el sector se trabaja para reducirlos día a día.

Formación
Por último, no podemos obviar la formación en esta sinergia necesaria para el progreso en el sector de las renovables y, por acotación lógica, de la O&M. Los requerimientos técnicos a la hora de abordar la puesta en marcha, desarrollo de la actividad o reparación de las instalaciones, obligan a adquirir una serie de conocimientos y procedimientos exigentes y específicos, que además están en constante evolución debido al rápido crecimiento del sector y la implantación de nuevas tecnologías. En este sentido, en España es importante remarcar el carácter local en el que se enmarcan la mayoría de los parques, por lo que, además de incidir en la calidad de las empresas de formación es vital la colaboración con las administraciones locales, así como fomentar desde las instituciones centrales un impulso de la formación profesional en este ámbito, ya que los técnicos son un punto clave en el campo de las renovables.

EXPOFIMER 2021
Dentro de este escenario, y con el objetivo de avanzar incidiendo en los tres retos descritos a los que se enfrenta el sector de la O&M, nace EXPOFIMER 2021, la primera feria específica del sector de operación y mantenimiento de instalaciones renovables, con carácter internacional, y que ya cuenta con todo el espacio para expositores vendido. El evento reunirá a más de 50 empresas del sector, y se estima en más de 3.000 a los visitantes que pasarán por él los días 15 y 16 de diciembre en el Palacio de Congresos de Zaragoza.

Gracias a la concurrencia de las principales empresas del sector, la feria se posiciona como un referente y un importante hito de cara al desarrollo de las energías renovables en España y en Europa. Además, en paralelo a los stands, tendrán lugar una serie de conferencias técnicas y talleres, en las que las empresas podrán exponer sus novedades y casos de éxito; compartiendo así conocimientos y fomentando el acercamiento cara a cara entre los diferentes agentes que conforman el sector.

En estos tiempos de cambio, apostar por las energías renovables en España es invertir en un futuro más limpio e igualitario, y para ello es clave que ese desarrollo esté apuntalado por profesionales que velen por el correcto funcionamiento de las instalaciones, con una formación adecuada, actualizada, y cumpliendo con todas las medidas que aseguren una calidad y una eficiencia a la altura de las circunstancias y de la sociedad a la que sirve.