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Gracias a los avances tecnológicos de las últimas décadas, vivimos en la era de la digitalización. El crecimiento y la globalización de Internet, de las estructuras informáticas y del conocimiento, así como el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, han hecho que la gran mayoría de la información se produzca y almacene electrónicamente.

Empresas, gobiernos, instituciones y personas de todo el mundo generan diariamente grandes cantidades de datos que, a través de los teléfonos móviles, los ordenadores, Internet y las redes móviles, comparten, guardan y hacen depender su trabajo, sus tareas y sus actividades diarias.

Por este motivo, los centros de datos tienen unos requisitos energéticos muy exigentes y rigurosos, ya que requieren una electricidad estable para el funcionamiento y el mantenimiento en línea de negocios, comunicaciones e infraestructuras las 24 horas del día.

Por lo tanto, es necesario garantizar un suministro eléctrico continuo y fiable, ya que un fallo, por breve que sea, puede suponer grandes pérdidas de información y, en última instancia, grandes perjuicios para las empresas y las personas.

El uso de uno o varios generadores para apoyar el funcionamiento de un centro de datos puede marcar realmente la diferencia, ya que garantiza la estabilidad energética necesaria para asegurar el funcionamiento de los servidores y otros equipos de la instalación y, por tanto, protege la integridad de los datos.

Estos grupos electrógenos deben ser robustos y con la potencia adecuada para demandas más exigentes. Además, también deben estar preparados para funcionar de forma continua, evitando las oscilaciones en la transmisión de la energía eléctrica, o para funcionar en caso de apagón, ayudando a que el sistema siga activo y evitando pérdidas importantes.

Estas instalaciones tienen la especificidad de funcionar en un entorno refrigerado y, por lo tanto, con una temperatura controlada, lo que significa que las estructuras adyacentes, como los sistemas de aire acondicionado o refrigeración, también dependen de un suministro de energía estable.

Los centros de datos no pueden, de hecho, pararse y su funcionamiento, como ya se ha dicho, obedece a unas condiciones específicas, por lo que los generadores que soportan estas instalaciones también tienen unas características propias:

• Pueden funcionar de forma continua, siendo la principal fuente de energía, o en régimen de emergencia, funcionando en caso de fallo de la red.
• Deben ser capaces de operar durante largos periodos, por lo que deben estar equipados con depósitos de combustible de gran autonomía
• Por la misma razón, los motores y sistemas utilizados deben ser lo más eficientes posible para evitar un consumo innecesario y excesivo
• El motor suele tener regulación electrónica, ya que es imprescindible garantizar unas condiciones óptimas de tensión y frecuencia en caso de averías
• En el caso de los grupos electrógenos de emergencia, suelen estar equipados con un sistema de arranque redundante para garantizar al 100% el arranque del generador en momentos críticos. Estos sistemas pueden ser eléctrico + hidráulico o eléctrico + neumático
• También es habitual incluir un disyuntor con protección diferencial para proteger contra sobrecargas, cortocircuitos y contactos indirectos
• Pueden tener varias potencias, en función del consumo energético de la instalación, y en proyectos más exigentes, es posible utilizar más de un generador trabajando en paralelo
• El mantenimiento periódico es fundamental para garantizar una larga vida y el correcto funcionamiento del equipo