Son cinco las áreas principales sobre investigación tecnológica ambiental: sistema político y de gestión ambiental, tecnologías genéricas, tecnologías sectoriales específicas, productos y servicios ecológicos e interacciones entre sociedad y ecología.
Los países más desarrollados tecnológicamente son los que más contaminan, por lo que podríamos concluir que tecnología y medio ambiente son dos términos incompatibles. Pero la realidad nos muestra lo contrario, la tecnología está cada día más ligada a la sostenibilidad y al medio ambiente, siendo los avances tecnológicos una de las principales armas en la lucha por minimizar y controlar el impacto ambiental de la industria y de la sociedad.
Las tecnologías ambientales abordan problemas complejos, mantienen presente en su desarrollo e implantación los conceptos de sostenibilidad y suponen un menor daño y riesgo potencial para el medio ambiente que otras alternativas.
Las tecnologías ambientales deben tener la capacidad de convertir los desafíos en oportunidades, ayudar a reducir el daño ambiental, buscar soluciones inteligentes y permitir introducir nuevas aplicaciones evitando costes adicionales que avancen más allá de la optimización y rediseño del sistema. Es fundamental aprovechar las oportunidades que nos brinda la innovación tecnológica para fomentar modelos de desarrollo sostenible que favorezcan el crecimiento de las ciudades y el bienestar de la población.
Hoy en día, son cinco las áreas principales sobre investigación tecnológica ambiental: sistema político y de gestión ambiental, tecnologías genéricas, tecnologías sectoriales específicas, productos y servicios ecológicos e interacciones entre sociedad y ecología.
En ningún caso se deben considerar estas cinco áreas de manera aislada, ya que a menudo las tecnologías requieren de una combinación de soluciones para que resulten efectivas. No cabe duda que todavía queda mucho trabajo de investigación por hacer en cuanto a modelos ambientales, pero para establecer una conexión con las estrategias de cambio para alcanzar la sostenibilidad es necesario tener en cuenta las complejas interacciones entre los sistemas sociales y ecológicos. Estas interacciones son un tema crucial para las tecnologías ambientales porque pueden dar lugar a otras percepciones diferentes, teniendo en cuenta el tipo de producción y consumo que sea compatible con la evolución sostenible de nuestro ecosistema.
Economía circular
El mundo debe orientarse hacia un uso más eficiente de los recursos para poder seguir disfrutando de nuestro entorno. En este sentido la economía circular es una solución eficaz para preservar y renovar los recursos hídricos, energéticos y materiales a nivel local. Son muchas las iniciativas que han surgido con el objetivo de concienciar a la población y reducir el volumen de residuos. Actualmente existen muchísimas aplicaciones móviles que nos permiten medir el consumo de agua, qué hacer con determinados residuos… aplicaciones que de una u otra forma acaban teniendo una repercusión positiva en nuestro consumo y contribuyendo a una mejora en la gestión de nuestros residuos.
Se prevé que en el año 2100 la población mundial habrá superado los 12.300 millones de habitantes, con lo que el impacto del hombre será cada vez mayor, aumentará el consumo de recursos, el gasto energético, la generación de residuos y con todo ello las emisiones de GEI. Los ciudadanos intentamos adoptar hábitos de vida más sostenibles y saludables, con ciudades cada vez más eficientes, mientras que nuestra tendencia al consumo de dispositivos electrónicos cada vez es mayor, es por ello por lo que las empresas tecnológicas juegan un papel esencial en cuanto a responsabilidad ambiental, adoptando soluciones eficientes para el correcto reciclaje y reutilización de los dispositivos.
Otro de los principales retos es la escasez de recursos naturales, el aumento de población implicará una desigual competencia para acceder a los recursos limitados como el agua o los combustibles fósiles, frente al problema de la sostenibilidad energética, se están investigando y desarrollando tecnologías para producir energía eléctrica a partir de fuentes renovables con la energía solar o el hidrógeno. Se está desarrollando tecnología para generar agua potable a partir de agua del mar así como la potabilización de aguas de uso industrial y doméstico. El objetivo con las tecnologías que se están desarrollando es el de conseguir cada vez una menor emisión de GEI y lograr un mayor abastecimiento de la población con energías renovables.
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