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Tras un 2022 prometedor, el 2023 podría ser un buen año para el biogás en España

AEBIG, (Asociación Española de Biogás)

 Tras un 2022 prometedor, el 2023 podría ser un buen año para el biogás en España

Desde la Asociación Española de Biogás (AEBIG) en estas fechas hemos de hacer el ejercicio de revisar el año saliente para poder establecer las acciones necesarias a realizar según los retos y oportunidades que aparezcan en el horizonte en este 2023. En el caso del sector del biogás, la primera impresión de 2022 es positiva, si bien hay margen para debate y un optimismo ‘controlado’ para 2023.

No cabe la menor duda de que el escenario ha cambiado, mejorado, en los últimos tiempos. El interés es manifiesto en toda la cadena de producción, siendo mayor en el extremo final. Ingenierías, empresas de servicios medioambientales, inversores y empresas del sector energético (principalmente gasistas), etc. quieren producir biometano, si es viable. Esta demanda no sólo es nacional, sino que también nos llega de otros países de nuestro entorno. Pero los precios del mercado europeo son los que son, arropados por unas ayudas a los productores, que aquí son inexistentes, por lo que las cuentas de explotación en España son todavía más arriesgadas que en los países de nuestro entorno.

Si bien las perspectivas para esta fuente de energía en España son buenas, la aplicación del marco legislativo se ha definido de una forma excesivamente lenta.

El año comenzó de una manera ‘decepcionante’, con la publicación de una Hoja de Ruta del Biogás, aprobada en marzo de 2022, publicada por Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico MITERD, de objetivos limitados y con unas cifras esperadas de producción de biogás y biometano muy lejanas a las que marcan otras potencias europeas.

No ha sido hasta finales de este año cuando se ha publicado la Orden TED/1026/2022, de 28 de octubre, por la que se aprueba el procedimiento de gestión del sistema de garantías de origen del gas procedente de fuentes renovables.  El Gobierno por fin (recordemos, a finales del 2022, cuando desde hace diez años hay plantas de gas renovable comerciales operando en toda Europa) aprueba el sistema de garantías de origen para los gases renovables, que permitirá identificar y certificar los gases de origen renovable, como el biogás o el hidrógeno, con un sistema similar al que se aplica a la electricidad renovable.

A nivel europeo, la invasión rusa en Ucrania ha provocado que la transición hacia fuentes de energía limpias y no dependientes sitúen al biometano como una de las grandes alternativas para garantizar el suministro al resto de países de la zona euro. En respuesta a la invasión, se ha planificado la estrategia REPowerEU para crear una Europa energéticamente independiente antes de 2030. El plan reducirá la dependencia del bloque de las importaciones de gas natural ruso y, al mismo tiempo, implementará medidas para contrarrestar el aumento vertiginoso de los precios de la energía.

A su vez, un informe reciente de Gas for Climate sitúa al país como una de las grandes potencias en biometano a nivel europeo y clave para lograr los objetivos de producción establecidos por la estrategia REPowerEU. Su estimación es que el país sea capaz de producir 4 bcm de este gas ecológico en 2030 y hasta 20 bcm en 2050, lo que le situaría solo por detrás de Francia y Alemania.

A pesar de estas buenas perspectivas, el marco de apoyo al biogás y al biometano es claramente insuficiente. La muy publicitada Convocatoria de Ayudas para Proyectos Singulares de Instalaciones de Biogás presenta numerosos claroscuros, pues tiene un importe reducido (150 millones de euros, la mitad de ellos para el sector público), y es una ayuda que obliga al beneficiario de la misma a renunciar a la obtención de certificados verdes, limitando las posibilidades de venta del biometano, o su precio objetivo.


5 plantas de biometano en España
Durante 2022 han entrado en operación diversas plantas de biometano, haciendo que ya tengamos 5 plantas en España. Durante 2023 se espera que se construyan más proyectos de este tipo, alentados por una política de apoyo europeo clara, pero con la espada de Damocles de un marco legal nacional insuficientemente desarrollado.

AEBIG lleva años propugnando un modelo de biogás basado en el sector agroindustrial, a imagen y semejanza de otros países europeos desarrollados, donde muchas plantas de pequeño y mediano tamaño generan una tupida red de proyectos de producción de energía renovable (biometano, calor o electricidad), se gestionan residuos locales (purines, estiércoles, alperujos, lodos, etc.), se producen biofertilizantes y se minimizan las emisiones de la ganadería y la agricultura. Todo ello bajo un marco incentivador para este tipo de proyectos, estable y seguro. Esto es lo que pedimos para España, y lo que aportará mucho bien a nuestro país.

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Artículos sobre energía | 23 de diciembre de 2022 | 1719

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