Ingelia-Italia, la filial de la tecnológica valenciana Ingelia recientemente constituida, prevé facturar en los próximos cinco años más de 80 millones de euros por el diseño y construcción de hasta 10 plantas con 50 reactores con los que valorizar energéticamente los residuos orgánicos urbanos de decenas de municipios de las regiones transalpinas de La Toscana, Lombardía, Liguria (al norte del país), Umbría (centro) y Puglia (al sur). En todas ellas se encuentra en estado avanzado el desarrollo de proyectos para implementar la tecnología HTC (Carbonización hidrotermal) y transformar en biocarbón o black pellet -con un 35% más de poder calorífico que el pellet convencional- la facción orgánica de la basura generada, dando servicio así a los principales operadores locales en la gestión de estos residuos.
Así lo ha anunciado Mássimo Manobianco, managing-director de Ingelia-Italia, y Marisa Hernández, directora de su matriz valenciana, tras participar en las II Jornadas NEWAPP que han sido inauguradas por el secretario autonómico de la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, Victoriano Sánchez-Barcáiztegui y por el rector de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), Francisco J. Mora Mas. El encuentro, que ha congregado a técnicos, operadores y consorcios vinculados con la gestión de residuos urbanos, ha servido para analizar las posibilidades que esta tecnología ofrece, además de para el reciclaje de la basura, al sector agroalimentario español, al tratamiento de los lodos generados por las depuradoras o incluso a la regeneración de suelos contaminados.
Además del primer acuerdo ya anunciado en noviembre durante el I Symposium NEWAPP para tratar en una planta que se levantará en Capannori la basura orgánica recogida de forma selectiva en 14 municipios con unos 200.000 habitantes fundamentalmente de la región de La Toscana, Ingelia-Italia ya ha cerrado un acuerdo comercial para diseñar una segunda en Umbría. Si el primer proyecto suponía una inversión de 15 millones de euros para la construcción de 10 reactores, este segundo centro dispondrá de tres reactores y conllevará un gasto de otros 3 millones para tratar la basura orgánica de unos 40.000 habitantes. En Puglia, por su parte, ya se trabaja en un proyecto preliminar para el desarrollo de una tercera planta en Copertino que también servirá para valorizar energéticamente los residuos urbanos de hasta ocho municipios con unos 200.000 habitantes y que generará un volumen de negocio para la filial valenciana de otros 16 millones de euros. Menos avanzadas se encuentran las conversaciones con los principales operadores locales de gestión de residuos urbanos para la construcción en la región de Lombardía (con TEA) y en Liguria (con Duferco) de sendas instalaciones, que muy probablemente acabarán por atender el procesado de los residuos orgánicos generados por otros tantos cientos de miles de ciudadanos italianos. En última instancia, la compañía ha reservado 15.000 metros cuadrados de suelo en Piombino (en el centro de Italia) y se trabaja en un proyecto inicial, en esta ocasión, para operar procesando los residuos generados en un parque industrial en el que se ubican hasta 60 empresas agroalimentarias que operan con criterios de máxima eficiencia energética y en el que se montará una planta con 10 reactores con una inversión de otros 15 millones. El plan de negocio desarrollado por la filial de la valenciana prevé, en total y como se ha dicho, levantar durante el próximo lustro un total de 10 plantas y así se expondrá de hecho en el III Symposium NEWAPP que se celebrará el 26 de marzo, esta vez en Luca (Italia).
Por su parte y ya en el contexto del proyecto europeo NEWAPP que financia estas jornadas, el director técnico y responsable de la patente del proceso HTC de Ingelia, Martin Hitzl, ha expuesto los resultados de las pruebas realizadas durante los últimos años para la valorización de diferentes materiales. En concreto, la tecnología implementada ha permitido superar el principal obstáculo para la valorización energética de residuos orgánicos -el grado de humedad- en restos de jardinería (su primera acción en la planta piloto de Nàquera), pero también para la paja generada tras la siega del arroz, o la cáscara de la naranja derivada de la industria de zumos. Mención aparte merecería, por el potencial y el interés despertado en algunos importantes operadores de Almería con los que ya se está trabajando, en las soluciones aportadas por el proceso HTC para valorizar los restos generados por productores de tomate y de pimientos de invernadero tras la recolección en fresco. En idéntico sentido se podría hablar del tratamiento a los lodos generados por las depuradoras de agua, que podría significar una alternativa con menores costes que los procesos ya conocidos de digestión anaerobia, estabilización aerobia o compostaje. La Comisión Europea, de hecho, ha concedido a Ingelia un 'H2020' para financiar la realización de un plan de negocio para la aplicación de esta solución.
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