Energetica 196 mayo 2020

ALMACENAMIENTO ENERGÉTICO El conjunto está gobernado por un avan- zado sistema de gestión de energías que acepta las cargas en función de oferta y precios y que pone en servicio las unida- des de transformación y almacenamiento de forma inteligente recurriendo al panel de tecnologías, en función de la demanda actual y futura, buscando el mínimo OPEX y maximizando resultados. El sistema en cuestión contempla, en- tre otros aspectos, las características de las tecnologías, sus tiempos de respuesta y transitorios, rampas de subida y bajada, capacidades, requisitos de estabilidad de alimentación y operación y capacidades de almacenamiento para operar off-line u on- line especialmente en transformación, aten- diendo a condiciones de la oferta de carga y naturaleza de la demanda contractual. Y, por supuesto, incorporando la gestión integral de los riesgos asociados a las tecnologías y productos involucrados y técnicas avanzadas de mantenimiento para aumentar la fiabili- dad y disponibilidad de las instalaciones. Con esta arquitectura, un centro respon- de a los objetivos del proyecto de Ley para las nuevas figuras, pero con mayores capa- cidades si cabe. La mayor penetración de renovables viene asegurada no ya solo por el almacenamiento en baterías, sino por el almacenamiento termoquímico, con capa- cidad estacional, y por la producción de hidrógeno e incluso de “e-fuels”. Las capacidades de almacenamiento aportan, en términos eléctricos, potencia firme y mejor respuesta al operador del sistema proporcionando mayor estabilidad de la demanda. Contribuyen además a la reducción de vertidos y, por consiguien- te, al incremento de la rentabilidad de las plantas que abastecen al centro, que pueden contratar capacidad de almacena- miento para excedentes. Los centros pueden jugar un papel esen- cial preferiblemente en grandes “hubs” o nodos industriales. Un centro de gestión de energías se convierte así en un agen- te activo del ecosistema: la electricidad, el calor o el CO 2 producto de actividades industriales son almacenados y/o transfor- mados en esquemas Power-to-X en vecto- res energéticos renovables imprescindibles para otras instalaciones industriales de múltiples sectores: refino, petroquímica, químico, papel, cemento, farmacéutico. Los centros de gestión de energías se convierten así en actores centrales de la descarbonización. Las plataformas de gestión de energías pueden adoptar diversas configuraciones en su diseño inicial, que puede ser revi- sado y ampliado, dado el carácter modu- lar de la mayoría de las tecnologías que incorpora. Es posible dotar al centro de capacidades para almacenamiento a corto plazo o bien complementar la infraestructura con otras tecnologías de almacenamiento, como la termoquímica, que permiten dilatar la en- trega de energía (eléctrica o térmica) días, semanas o incluso meses. Si el objetivo es –además de los anterio- res o en lugar de los mismos– abastecer un mercado de hidrógeno o emplearlo como reservorio de electricidad renovable, la plataforma incorporará tecnologías que permitan un funcionamiento óptimo de los electrolizadores y el almacenamiento de los gases producidos. El centro de energías puede vincularse a un ciclo combinado para hibridación, aprovechando las ventajas previstas en el proyecto de Ley relativas al punto de co- nexión y capacidad de acceso, reduciendo la emisión específica ponderada de CO 2 de la electricidad puesta en red. Elconceptotecnológicodescritosuponeun nuevo escenario para las cogeneraciones en particular para las más de 300 plantas (2700 MW) que han de tomar decisiones de inversión para su continuidad antes de 2025. Y ello con una solución tecnológica que es capaz de gestionar electricidad y calor, aportando eficiencia, flexibilidad y menor huella de carbono global, en un sector cuya Hoja de Ruta a 2050 establece ya acuerdos sectoriales estratégicos con industrias en la línea de la simbiosis en “hubs” industriales. Además de las aplicaciones descritas, un centro de gestión de energías tiene apli- caciones Power-to-Power extraordinaria- mente interesantes tanto para instalaciones “greenfield” –nueva fotovoltaica y eólica– como “brownfield” –retrofittings y repo- tenciaciones– además de las hibridaciones mencionadas. Los centros pueden jugar además un papel trascendental en la recon- versión de centrales de carbón, poniendo en valor una parte de los activos existentes con la consiguiente reducción de CAPEX. En resumen, la concepción de un centro de almacenamiento y gestión de energías aporta capacidades muy notables para la consecución de los objetivos globales de descarbonización. Y no solo de la electri- cidad, sino de la oferta de energía final es- pecialmente para el sector industrial, pero también para el sector del transporte y el doméstico. En ese sentido, la figura del agregador de demanda prevista en el proyecto de Ley de Cambio Climático debería prever la posi- bilidad de que su ámbito de aplicación se amplíe en consonancia con el concepto ex- puesto, en la confianza de que ello redun- dará en mayor eficacia para la consecución de los objetivos del PNIEC y de la Estrategia de Descarbonización 59 energética XXI · 196 · MAY 20

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