Energética 222. Diciembre 2022
BALANCE 2022 Y PERSPECTIVAS 2023 La normativa de autoconsumo evoluciona con mucha lentitud y las gestiones técnico- administrativas son una verdadera yincana. Es increíble que, teniendo sol, territorio, re- des y ciudadanos con voluntad de implantar energía fotovoltaica, esencial para la des- carbonización, nos encontremos con tantas barreras y trabas. Es preciso dinamizar la instalación de autoconsumos, comunidades energéticas y pequeños proyectos sociales para venta de energía a red. El análisis y el debate sobre el despliegue de la generación renovable en nuestro país debió ser abordado desde todas las admi- nistraciones (central, autonómicas y munici- pales), desde todas las competencias y pers- pectivas (de energía, medioambientales, de economía, de ordenación del territorio) y con las organizaciones empresariales de pymes y las asociaciones sociales. Se trata de un sec- tor trascendental para la economía, la com- petitividad, la sostenibilidad de los entornos y el bienestar social. Anpier es la asociación que representa el modelo social de generación fotovoltaica, cuyas bondades son evidentes, tan eviden- tes que nos sorprende que no se esté incenti- vando. Con instalaciones de menos de 5 MW obtenemos ventajas: técnicas, territoriales, medioambientales, paisajísticas, económi- cas y geopolíticas. Tenemos un territorio adecuado, sol abun- dante con temperaturas frescas en muchas latitudes y evacuación: el triángulo mágico que sitúa a España en una posición de ven- taja para la transición energética. Estamos ante un patrimonio que habría de ser de to- dos los españoles, que debería de ser bien administrado desde su inicio, porque si el esquema inicial es inadecuado, el desarrollo no aportará beneficios a quienes habitan las comarcas de España, que debería ser el fin a perseguir. Pero, sobre todo, recordemos que la fotovol- taica es ese gran regalo que nos va a permitir seguir contando con la energía necesaria para mantener y avanzar en prosperidad sin destro- zar nuestra casa común; pero el camino para madurar esta forma de producir energía ha sido largo y duro, y que en este país fue rea- lizado por 65.000 familias valientes que desti- naron sus ahorros e hipotecaron sus casas en una inversión ética, cuyos frutos están ahora siendo disfrutados por la sociedad. No habrá transición energética justa si no se reconoce esta labor y se compensa a este colectivo por los draconianos recortes retroactivos que han soportado. Es bochor- noso ver cómo los tribunales arbitrales in- ternacionales exigen al Estado español que reparen el daño causado a los inversores fo- ráneos, mientras que no hay avance para los nacionales, a pesar de ser un compromiso de este Gobierno. La injusticia es tan gran- de y el colectivo es tan numeroso que jamás será posible silenciar esta ignominia. En este 2023 elevaremos aún más la voz del colectivo de familias que ayudó a su país y al planeta; pero fue traicionado por quienes le pidieron este trascendental esfuerzo. Para nosotros también es relevante que en 2022, otro año más, nos hemos recorrido toda España, de norte a sur, de este a oeste. Un enriquecedor recorrido por territorios con muy diferentes paisajes y con gentes diver- sas; pero unidas por un mismo afán: que la socialización de la energía sea una realidad y no solo una bonita fábula contada una y otra vez, y cuya moraleja termina por ser “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. Más allá de las palabras, la realidad se impone: las 65.000 familias productoras pioneras que iniciaron la transición ecológica y la socialización de la energía en este país, han sufrido y sufren un calvario en forma de recortes retroactivos salvajes como “premio” a la inversión ética que les solicitó el Estado español, mientras que a los que ahora pudieran plantearse par- ticipar del sistema eléctrico se les facilita úni- camente el acceso a los autoconsumos y las comunidades energéticas, si logran superar los obstáculos normativos que acechan cada iniciativa de generación eléctrica. En los 27 actos que hemos celebrado en nuestro Camino del Sol 2022 no hemos cons- tatado otra cosa que desilusión y desespe- ranza, los pioneros fotovoltaicos porque no se le compensa ni una pequeña parte del quebranto retroactivo injusto, a pesar de que es una promesa de este Gobierno; unas com- pensaciones que los fondos de inversión sí logran laudo tras laudo, en los que el CIADI (Banco Mundial) impone al Estado español la obligación de compensarles el daño sufrido a estos inversores foráneos. Sin el esfuerzo inversor que se hizo hace una década para madurar esta tecnología -la fotovoltaica- en España y en otros países de Europa, estaríamos indefensos frente al cambio climático y cautivos de la generación fósil, contaminante y cara, en unos países con una alarmante dependencia energética del exterior. Las 65.000 familias fotovoltaicas españolas han transformado lo que era un horizonte desolador en un presente energé- tico de ilusión y esperanza, que alumbra un escenario sostenible y competitivo ◉ 85 ENERGÉTICA XXI · 222 · DIC 22
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