Energética XXI. Septiembre 2024

2030, objetivos alcanzables Enlatransiciónenergética, laenergíasolarfotovoltaicasehaposicionadocomounadelasprincipales fuentes de energía renovable para alcanzar los ambiciosos objetivos de descarbonización. ALEASOFT ENERGY FORECASTING M irando objetivamente los datos, la instalación de nueva capacidad fo- tovoltaica avanza a buen ritmo. Ac- tualmente la capacidad instalada asciende a cerca de 28 GW que junto con más de 7 GW de autoconsumo supera ya los 35 GW. El bo- rrador de actualización del PNIEC fija un ob- jetivo de 76 GW en 2030 para la fotovoltaica. Este objetivo supone un ritmo de instalación de 6.5 GW cada año y, aunque pueda parecer ambicioso, llevamos dos años consecutivos superándolo de largo. Sin embargo, ¿podrá el sistema eléctrico y el mercado aguantar este ritmo de incremento de capacidad? Esta primavera hemos visto cómo el mer- cado eléctrico ibérico se ha hundido con las energías renovables al alza y la demanda a la baja. El principal obstáculo para el creci- miento de la fotovoltaica ahora mismo pare- ce que es la demanda más que la regulación. Aun así, los desafíos regulatorios son im- portantes. Todos coincidiremos en que el proceso de autorización para nuevas instala- ciones fotovoltaicas se ha convertido en un cuello de botella. Nos hemos acostumbrado a que la administración conceda permisos y autorizaciones en bloque en el último mo- mento, justo antes de las fechas límite para cumplir los hitos de tramitación y que los proyectos no pierdan los derechos de ac- ceso y conexión. El problema de las trabas burocráticas es que, no solamente retra- san la construcción de nuevas plantas, sino que, además, desincentivan las inversiones y, si queremos lograr con éxito la transición energética, no nos podemos permitir perder inversiones. La obtención de declaraciones de impacto ambiental, de permisos y de autorizaciones son pasos necesarios. Hay que garantizar que los proyectos respeten y se integren en su entorno tanto natural como social. Pero también es necesario que estos trámites se simplifiquen, sin rebajar estándares, para ali- nearlos con los objetivos de capacidad insta- lada de energías renovables. Otro desafío crítico que la expansión masi- va de la energía fotovoltaica plantea es cómo las redes eléctricas serán capaces de gestio- nar la intermitencia, el volumen y la distribu- ción geográfica de la generación renovable. La capacidad de las redes para absorber grandes volúmenes de generación distri- buida y su flexibilidad para responder a las variaciones en la producción son esenciales para el éxito de la transición energética. Ahí jugarán un papel clave los sistemas de al- macenamiento de energía. La regulación debe permitir un modelo de negocio rentable para las baterías, ya sean instalaciones standalone como en plantas híbridas con fotovoltaica o eólica. Más allá de los ingresos provenientes del arbitraje de precios en los mercados diario e intradiarios y de la participación en los servi- cios de ajuste, las instalaciones de almacena- miento de energía necesitan de los ingresos del prometidomercadode capacidad. Unmer- cado de capacidadque remunere la capacidad firme que estas instalaciones proporcionan al sistema eléctrico y, por qué no, algún otro me- canismo de mercado que remunere la flexibili- dad que aportan, permitiendo gestionar tanto excedentes como déficits de energía. Más allá de la necesidad de disponer de la suficiente capacidad para almacenar energía, ya sea conectada directamente al sistema eléctrico como in situ en plantas de energía fotovoltaica, la propia red física de transporte y distribución de electricidad debe de estar preparada para el volumen y la intermitencia de la energía solar fotovol- taica. La inversión en la modernización de la infraestructura de transporte y distribución de electricidad es fundamental para lograr alcanzar los objetivos climáticos. La regula- ción debe incentivar la inversión en vez de limitarla. En este aspecto de las inversiones en redes, la Unión Europea debe apostar más, con más esfuerzo y conmás capital, en la amplia- ción de la capacidad de interconexión entre los países europeos. Los proyectos de inter- conexión no deben ser analizados como un asunto de coste-beneficio entre dos países, si no como una cuestión de la necesidad de alcanzar unos objetivos a nivel europeo de integración de las energías renovables y la reducción de las emisiones. Para acabar con un sentimiento optimis- ta es importante recordar que estamos en la senda correcta, que si la demanda crece como se espera los objetivos son alcanza- bles y que los cambios van en la dirección correcta ◉ fotovoltaica: regulación 36 ENERGÉTICA XXI · 239 · SEP 24

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