Esperábamos más, pero este año de transición ha servido para mostrar cómo de importante será el almacenamiento para el desarrollo de un modelo energético basado en energías renovables. Los precios de la energía de muchos meses del año, con más de 700 horas solares por debajo de los 10 €/MWh, han dejado al sector renovable con el susto en el cuerpo. Demasiadas horas y demasiado bajos los precios para sustentar los planes de negocio previstos. Y en este contexto, el almacenamiento no es una solución más: es la solución.
En el AEPIBAL DAY celebrado en Zaragoza a finales de 2024, que contó con una presencia masiva de asistentes y cargos públicos del MITECO, CNMC, CC.AA, IDAE, REE y OMIE, quedó patente que se está trabajando en las medidas fundamentales para que el almacenamiento ocupe el lugar que el sistema eléctrico necesita, y que podemos resumir en las siguientes:
El ansiado Mercado de Capacidad deberá ser una realidad a principios de 2025. Este mecanismo, pensado para garantizar la seguridad del sistema y no tanto para incentivar el desarrollo del almacenamiento, será un refuerzo a una estrategia conjunta que incorpora otras medidas, siendo el desarrollo de subastas REER con almacenamiento seguramente la más atractiva. Si a esto le sumamos el desarrollo del Mercado de Flexibilidad (para almacenamiento y gestión de la demanda), los Concursos de Demanda, que deberán dar luz a la confusión que existe en torno a la capacidad de demanda, o el impulso a la generación distribuida con almacenamiento, podemos afirmar que tendremos a final de año una sólida batería de medidas que tienen que impulsar – ahora sí – el almacenamiento en nuestro país.
A su vez, con la CNMC como gran impulsora, se avecina una auténtica revolución en la operación del almacenamiento en el sistema eléctrico, que buscará la máxima flexibilidad en su operativa, aunque los primeros pasos sean muy básicos, a través de medidas de teledisparo. Muy positivo también es la posición de las distribuidoras, deseosas de avanzar en su digitalización para ser auténticos gestores de red.
El éxito de las licitaciones de hibridación y baterías stand – alone celebradas a finales del año 2023, muestran el enorme apetito inversor que hay por esta tecnología en nuestro país. No en vano, ya cuentan con puntos de acceso 4,9 GW de almacenamiento a nivel de transmisión y 7,9 GW a nivel de distribución, casi 13 GW en total de los cuales 9,4 GW son para stand-alone. Sin embargo, los inversores no estarán ahí para siempre: necesitan visibilidad y certidumbre regulatoria, o se irán a otros territorios que sí ofrecen esta certidumbre.
Hay que destacar el papel activo de las CCAA que, en su actividad regulatoria, especialmente a la hora de hacer frente a dos de los graves problemas que tiene el almacenamiento para un desarrollo sostenible: la Declaración de Utilidad Pública (DUP) para las líneas de evacuación, y el cambio del uso del suelo para que el almacenamiento esté ubicado donde es más provechoso para todos, que es junto a las subestaciones eléctricas. Es fundamental que el ministerio sea una guía para las CCAA en este sentido, remarcando la necesidad de que estas medidas regulatorias se lleven a cabo y que las CCAA las regulen de forma rápida, efectiva y sin complejos. Un parque de baterías junto a una subestación es una suma de ventajas para todos (ocupa un espacio visualmente alterado, reduce pérdidas, abarata costes de generación y medioambientalmente NO altera la conectividad ecológica, algo que sí provoca el tendido constante de redes en el territorio). Y, sobre todo, ayudará mucho a reducir el creciente rechazo social que en zonas concretas se está produciendo.
En resumen, nos adentramos con optimismo en el año clave del almacenamiento, con los organismos públicos alineados y con muchas medidas que verán la luz muy pronto y que reforzarán el despliegue de una tecnología que cada día es más necesaria y beneficiosa para nuestro desarrollo económico y social.
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