Isabel Royo, Marketing Manager de Dagartech

En un mundo cada vez más interconectado y dependiente de la energía, las microgrids emergen como una solución innovadora y adaptable para abordar los desafíos eléctricos del presente, con una visión de futuro. Estas redes descentralizadas ofrecen una serie de beneficios, desde la mejora de la resiliencia de los sistemas energéticos hasta la integración de fuentes de energía renovables desde una perspectiva confiable. 

Según datos proporcionados por la Agencia Internacional de Energía (AIE), Europa lidera la implementación de microgrids a nivel mundial, con un crecimiento anual estimado del 15%. Este aumento se ha traducido en beneficios económicos significativos, entre los que se incluye un ahorro estimado de 3.000 millones de euros anuales en costes de energía para empresas y consumidores europeos.

Además, se prevé que la expansión de microgrids podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 15% para 2030, contribuyendo así a los objetivos de mitigación del cambio climático propuestos por la Unión Europea.

¿Qué son las microgrids?
Las microgrids son sistemas eléctricos locales que pueden operar de forma independiente o conectados a la red principal. Están compuestos por una combinación de fuentes de energía distribuida, como paneles solares, turbinas eólicas, sistemas de almacenamiento de energía y grupos electrógenos.

La clave de estos sistemas radica en su capacidad para generar, almacenar y distribuir energía dentro de una comunidad o instalación, ofreciendo así una mayor independencia, sin perder fiabilidad en el suministro.

Beneficios de las microgrids
Entre los principales beneficios de apostar por este modelo energético, se podrían destacar los siguientes:

• Más resiliencia: Las microgrids se presentan como una opción más fiable y resistentes a las interrupciones en el suministro eléctrico. Al poder operar de forma independiente, pueden abastecer de energía eléctrica a áreas afectadas por cortes de energía, o incluso desconectadas de la red, sin que ello repercuta en su funcionamiento. Por su parte, la incorporación de grupos electrógenos maximiza la confianza en el modelo.
• Integración de múltiples fuentes de energía renovables: Las microgrids facilitan la incorporación de fuentes de energía renovables a pequeña escala, como la solar y la eólica. Esto permite una mayor diversificación de la matriz energética y reduce la dependencia de los combustibles fósiles.
• Mayor eficiencia energética: Al optimizar la generación y distribución de energía a nivel local, las microgrids pueden mejorar la eficiencia energética y reducir las pérdidas asociadas con la transmisión de larga distancia.
• Una solución que apoya a la red principal: Además de funcionar de manera independiente, las microgrids pueden proporcionar servicios de apoyo a la red principal, contribuyendo así a la estabilidad del sistema eléctrico en su conjunto.

¿Qué papel juegan los grupos electrógenos?
En el corazón de muchas microgrids se encuentran los grupos electrógenos, desempeñando un papel crucial en la operación de las microgrids, no solo en aquellas situaciones donde la aportación de las fuentes de energía renovable no es suficiente para satisfacer la demanda total del sistema, sino también como garantía de estabilidad y continuidad del suministro ante la eventual falta de disponibilidad de las primeras.

• Energía de respaldo: Los grupos electrógenos proporcionan una fuente confiable de energía de respaldo en caso de que las fuentes renovables no estén disponibles o sean insuficientes para satisfacer la demanda. Esto garantiza la continuidad del suministro eléctrico de grandes industrias, explotaciones ganaderas o, incluso, de aplicaciones más críticas como hospitales. En algunos de ellos ya se ha implementado con éxito este modelo energético.
• Balance de carga: Los grupos electrógenos pueden ser utilizados para equilibrar la carga dentro de la microgrid, complementando la generación intermitente de energía renovable y asegurando que la demanda sea satisfecha en todo momento.
• Arranque rápido: La capacidad de los grupos electrógenos para arrancar y alcanzar su capacidad máxima en poco tiempo los hace ideales para responder rápidamente a cambios en la demanda o a eventos imprevistos, garantizando así la estabilidad del sistema.
• Reducción de costes de la energía: En algunos casos, los grupos electrógenos pueden utilizarse para reducir los costes de la energía, al operar durante períodos de demandas pico, cuando los precios de la electricidad son más altos en la red principal.