El Edge Computing tiene el potencial de transformar el sector eléctrico a través de su capacidad para tratar grandes cantidades de información en tiempo real, y en última instancia, mejorar la seguridad y la eficiencia de las operaciones de la red.
La transición energética demanda una red eléctrica mucho más inteligente y flexible. Por un lado, un sistema que sea capaz de contrarrestar la variabilidad de las energías renovables y gestionar los recursos energéticos distribuidos y por otro, sea capaz de responder al aumento de la demanda de una sociedad cada vez más electrificada.
Una nueva realidad que creará una presión sin precedentes en el balance de la red eléctrica en los próximos años.
El gran desafío para las compañías energéticas, por tanto, residirá en poder incorporar a tiempo y de modo eficaz suficiente flexibilidad energética para adecuar la demanda a la oferta.
Edge Computing como catalizador de la digitalización de las redes
El Edge Computing es un nuevo paradigma que desplaza el procesamiento de datos de la nube a su lugar de origen, reduciendo la latencia y el consumo energético. Propone que los datos no tienen por qué ser centralizados en su totalidad en la nube, sino que parte pueden ser procesados en la misma fuente que los genera, o tan cerca de ella como sea posible.
Hasta ahora en la mayoría de los casos las grandes plataformas de Cloud Computing se encargaban de analizar los datos capturados por sensores y dispositivos de IoT. Ahora, gracias al Edge Computing, los datos son procesados en computadores distribuidos llamados -Nodos Edge- en el mismo lugar o cerca de la fuente de datos. Sólo el resultado o agregado de dicha computación es centralizado, evitando así sobrecargar la infraestructura, eliminando latencias innecesarias, y mitigando los riesgos de seguridad.
Imaginemos una Smart Grid donde la infraestructura necesaria para comunicar, centralizar y almacenar todos los datos provenientes de miles de dispositivos de los recursos energéticos distribuidos es tan complicada que cuesta ver el retorno de inversión.
Sin embargo, a través de la tecnología de Edge Computing, cada elemento energético, sea una subestación eléctrica, un centro de transformación, una fuente renovable ‘off-grid’ o puntos de consumo ‘behind-the meter’ puede analizar in situ su información en tiempo real y sólo comunicar con la infraestructura centralizada aquellas desviaciones relevantes que puedan afectar a la red.
El uso de Edge Computing ya se está materializando en casos de uso muy concretos en el sector eléctrico.
Entre las aplicaciones más relevantes encontramos:
1. Edge Computing para la virtualización de centros de transformación
Muchos centros de transformación existentes siguen usando equipos electrónicos con pocas capacidades para comunicar. Los dispositivos IoT pueden dotarlos de esta comunicación para crear un gemelo digital de cada centro y conseguir mayor flexibilidad, eficacia y eficiencia en su operación y mantenimiento.
2. Edge Computing para la generación distribuida
En los hogares y centros industriales comienzan a surgir pequeñas ‘centrales’ de generación de energía que alteran el balance de oferta y demanda. Surge la necesidad de poder gestionar una gran cantidad de elementos distribuidos de generación y almacenamiento eléctrico, que permita optimizar el reparto y distribución de la energía.
El Edge Computing facilita una gestión inteligente de todos estos activos y permite tratar de manera agregada a todos ellos bajo la figura de las “Virtual Power Plants”.
3. Edge Computing para el desarrollo de nuevos modelos de negocio
El uso de energías renovables y el autoconsumo implican una falta de visibilidad sobre la decisión de inyectar o no la energía generada a la red eléctrica.
En la transición hacía un balance energético regulado no por la generación sino por la demanda van a nacer nuevas oportunidades comerciales, así como la necesidad operativa de crear nuevos servicios y ofertas comerciales basados en información en tiempo real para los consumidores.
El Edge Computing permite ejecutar procesos de flexibilidad energética allá donde se genera o donde se consume, y adecuar la demanda a las posibilidades de generación.
Es innegable que en plena era de la información, las empresas eléctricas que sepan gestionar, procesar en tiempo real e integrar la diversidad del dato allá donde se genere, serán las más competitivas y sostenibles.
En un modelo de Smart Grid, ello implica, poder procesar y compartir datos teniendo en cuenta la soberanía del dato con otros agentes que participan en la Smart Grid con tecnología de Edge Computing.
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