El biometano ofrece una oportunidad excepcional para impulsar la reindustrialización de España y fortalecer la transición energética en toda Europa.
La transición ecológica es uno de los grandes desafíos del siglo XXI, y una de las claves para enfrentar este reto radica en la imprescindible y esencial alianza entre la industria y el sector energético. La reindustrialización se ha convertido en un objetivo estratégico esencial para España y Europa. Un proceso que busca revitalizar el tejido industrial para asegurar una mayor competitividad y autonomía estratégica en un mundo cada vez más interconectado, y garantizar así el futuro desarrollo económico y social del continente.
Los informes de los ex primeros ministros italianos Letta y Draghi señalan que es crucial para Europa fortalecer sus industrias estratégicas, con especial énfasis en el sector energético, para garantizar la estabilidad y seguridad económica de los países europeos. Destacan la necesidad de una nueva orientación política dirigida a una mayor integración de los objetivos de la agenda verde con las necesidades de reindustrialización de la UE.
En este contexto, los gases renovables, el hidrógeno renovable y, particularmente, el biometano, representan una oportunidad única para impulsar una reindustrialización sostenible y alineada con los objetivos de descarbonización europeos.
En España, el biometano cuenta con un potencial significativo para ser un actor protagonista de este proceso. En concreto, según el Estudio de la capacidad de producción de biometano en España elaborado por Sedigas en colaboración con PwC y Biovic, España tiene la capacidad de producir 163 TWh al año, lo que podría cubrir alrededor del 50% de la demanda nacional de gas natural.
Este recurso renovable no solo reduciría la dependencia energética del exterior y mejoraría la balanza comercial, sino que también ofrecería una ventaja competitiva a las industrias españolas al reducir los costos energéticos y ayudaría a proteger a los consumidores de la volatilidad de los mercados energéticos internacionales. Estos beneficios económicos refuerzan la necesidad de impulsar este gas renovable como parte integral de la estrategia de promoción de la economía circular y de la reindustrialización del país.
A nivel europeo, iniciativas como Fit For 55 y REPowerEU subrayan la importancia de los gases renovables en la transición energética, estableciendo el objetivo de alcanzar 35.000 millones de metros cúbicos de biometano para 2030. Sin embargo, para que estos objetivos se materialicen, es fundamental que España y otros países europeos asuman un papel más activo en la promoción de este.
Sin embargo, el borrador de la revisión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2023-2030, aunque duplica los objetivos previos para el biogás, sigue siendo insuficiente en comparación con el potencial real del país, proponiendo solo 20 TWh anuales, menos del 2% de la demanda de gas natural. Este objetivo debería ser revisado al alza para alinearse con las capacidades y ambiciones de España en el contexto europeo.
En clave económica, sobresale que la producción de biometano en gran escala en España también podría movilizar una inversión de 40.500 millones de euros y generar aproximadamente 62.000 empleos directos e indirectos. Además, contribuiría a la revitalización de las zonas rurales, al aprovechar los residuos agrícolas y ganaderos como materia prima para la producción de energía limpia. Este enfoque no solo impulsa la economía circular, sino que también fortalece el tejido económico local, creando nuevas oportunidades de negocio y mejorando la calidad de vida en esos territorios.
Para ello, se antoja fundamental la adopción de políticas ambiciosas y en la implementación de iniciativas que fomenten el desarrollo de este gas renovable, asegurando así que España y Europa se posicionen como líderes en la transición hacia una economía más verde y resiliente. Al desarrollar sus capacidades de producción de esta energía renovable, pueden garantizar un suministro energético más estable y menos vulnerable a las fluctuaciones de los mercados globales.
En conclusión, el biometano ofrece una oportunidad excepcional para impulsar la reindustrialización de España y fortalecer la transición energética en toda Europa. Es esencial que se adopten políticas más ambiciosas para promover el desarrollo de este recurso renovable, no solo para cumplir con los objetivos climáticos, sino también para asegurar la competitividad y la seguridad energética a largo plazo. Estamos convencidos de que el biometano junto a otras moléculas verdes, como el hidrógeno renovable, serán protagonistas en la descarbonización de los sectores industriales y, por tanto, en facilitadores de un modelo energético y productivo más sostenible y competitivo.
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