El ejercicio 2021 va a pasar a la historia como el año en el que la sociedad descubrió la necesidad de renovables gestionables que nos independicen energéticamente de terceros países y contengan el precio de la electricidad.
Hace justo un año Protermosolar repasaba en estas líneas el buen funcionamiento del sector energético renovable durante la pandemia. Cómo, pese a las limitaciones impuestas para preservar la salud de los empleados del sector, las plantas habían conseguido mantener su generación eléctrica con normalidad. Fue un año muy duro en muchos aspectos, y en particular, en el sector eléctrico, caracterizado por una baja demanda y precios deprimidos. Cerrábamos aquella intervención deseando que 2021 nos devolviera a la normalidad y disfrutásemos del inicio de un período de recuperación económica.
Absolutamente nadie podía prever lo ocurrido en el mercado eléctrico tras el verano. Aunque muchos analistas pronostican, y deseamos todos y cada uno de los consumidores, que los extraordinarios altos precios del mercado mayorista serán temporales, lo cierto es que la lección es clara: España tiene una dependencia de las importaciones de gas natural cuyo coste, así como los derechos de emisión asociados, determinan el precio del mercado eléctrico.
Desde Protermosolar llevamos años defendiendo el valor añadido de la tecnología termosolar, que se basa en su capacidad de almacenamiento de energía a gran escala y bajo coste, y que puede complementar a las renovables intermitentes, como eólica y fotovoltaica.
Pero esto que defiende Protermosolar no es sólo una declaración de intenciones. España dispone almacenamiento térmico termosolar equivalente a una central nuclear, con una duración de ocho horas a plena carga. En nuestro país, los combustibles fósiles (gas natural y carbón) han casado un 30% de la demanda en los meses de septiembre y octubre, los más caros de la historia. El objetivo es, mediante la utilización de almacenamiento térmico termosolar, desplazar la contribución fósil y abaratar el recibo eléctrico.
Este objetivo se puede conseguir conjugando tres medidas:
Un reciente estudio indica que en España hay una sobrecapacidad fósil instalada, que únicamente en el caso del carbón, supone más de 300 millones de euros anuales. En el marco de la Transición Justa, se deben replantear estrategias energéticas que fomenten el uso de energías nucleares que sustituyan por completo estas plantas. No sólo se pueden analizar las nuevas tecnologías renovables por su coste en euros por unidad de energía generada, sino en las externalidades positivas asociadas, como una menor dependencia de plantas fósiles que únicamente se mantienen como respaldo al sistema eléctrico precisamente por la falta de renovables gestionables.
Finalmente, en noviembre de 2021 hubo un debate sobre la aportación de la energía solar a la demanda nocturna. Muchas de las opiniones, tanto a favor como en contra, únicamente se centraban en la tecnología solar fotovoltaica, con y sin baterías. Pero apenas hubo referencias a termosolar, posiblemente por desconocimiento. La tecnología termosolar con almacenamiento representa únicamente un 0,75% de la potencia total instalada en nuestro sistema eléctrico; sin embargo, contribuye prácticamente un 2,5% a satisfacer la demanda nocturna en los meses de verano, y supone un 1% en promedio anual. Esta relación positiva entre capacidad instalada y contribución a la demanda nocturna debe animarnos a, siguiendo las tres propuestas anteriormente anunciadas, instalar más almacenamiento térmico en centrales termosolares en 2022 sin mayor demora.
Desde Protermosolar queremos despedir este año deseando que, y esperemos que esta vez sí, 2022 nos devuelva a una normalidad tanto sanitaria como en el funcionamiento del mercado eléctrico. Protermosolar confía enormemente que la transición energética y, en particular, el uso de energías renovables es la herramienta y solución para el desarrollo industrial del país.
¡Ayúdanos a compartir!
Política de privacidad | Cookies | Aviso legal | Información adicional| miembros de CEDRO