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La descarbonización del sector energético: un pilar imprescindible para un futuro sostenible

Engie España,

 La descarbonización del sector energético: un pilar imprescindible para un futuro sostenible

La descarbonización del sector energético es una de las estrategias prioritarias para mitigar el cambio climático y garantizar un futuro sostenible. Más allá del compromiso de gobiernos, empresas y ciudadanos, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero requiere una transformación profunda en la producción y el consumo de energía mediante la adopción de tecnologías limpias y el uso de energías renovables.

Si bien esta transición presenta retos significativos, debe prevalecer la enorme oportunidad que significa fortalecer la seguridad energética, reducir notablemente la dependencia de combustibles fósiles y fomentar la innovación. En este sentido, según el reciente informe de Engie sobre escenarios para la descarbonización de Europa, aunque se han logrado avances en estos factores, la región necesita duplicar la reducción de sus emisiones anuales hasta 2050 para alcanzar la neutralidad en carbono.

 

Estrategias para impulsar la descarbonización
La adopción de energías renovables es el camino más rápido para avanzar en el proceso de descarbonización. Fuentes de energía como la solar fotovoltaica y la eólica han experimentado una destacada caída en sus costes, lo que ha facilitado su implementación a gran escala. En este contexto, empresas como Engie han realizado  inversiones muy relevantes para acelerar esta transformación, promoviendo la construcción de infraestructuras sostenibles y eficientes.

Otro aspecto importante en este cambio hacia un futuro más verde es la electrificación de sectores como el transporte, la industria y la climatización. La expansión de la movilidad eléctrica y la adopción de bombas de calor son medidas que contribuyen a disminuir la huella de carbono. Mejorar la eficiencia energética en edificios y en entornos urbanos  es fundamental para optimizar el uso de la energía y reducir las emisiones. Para poder avanzar, es crítico poner el foco en sectores de difícil descarbonización, como las industrias de producción de acero y cemento.

 

Los desafíos que quedan por afrontar
La transición energética debe hacer frente a retos de muchos tipos: económicos, técnicos y regulatorios. La inversión necesaria para adoptar masivamente energías renovables y tecnologías limpias es uno de los principales obstáculos, ya que implica costes elevados tanto para la modernización de infraestructuras como para la investigación y el desarrollo de nuevas soluciones.

En lo referente a retos técnicos, la integración de más y más fuentes renovables obliga a una actualización profunda de las redes eléctricas, que deben ser más flexibles y resilientes para garantizar un suministro estable y equilibrado. La intermitencia de la energía eólica y solar hace imprescindible el desarrollo de sistemas de almacenamiento eficientes, como baterías de larga duración y almacenamiento térmico, para asegurar la estabilidad del sistema.

En cuanto a diseño normativo, la transición energética requiere un marco regulatorio que incentive la inversión en energías limpias y que acelere de manera efectiva la implementación de nuevos proyectos. En este sentido, la armonización de políticas a nivel europeo es fundamental para optimizar el sistema energético y facilitar la adopción de tecnologías bajas en carbono en todos los sectores.

La apuesta firme por la descarbonización implica múltiples impactos positivos a nivel económico y social. Es el caso, por ejemplo, de la reducción de emisiones, que mejora la calidad del aire y la salud pública; o la menor dependencia de combustibles fósiles, que refuerza la seguridad energética de los países y aumenta su capacidad inversora en otros ámbitos. Además, la transición también impulsa la creación de empleo en sectores como las energías renovables, la movilidad eléctrica y la eficiencia energética, al tiempo que fomenta la innovación en modelos de negocio sostenibles.

El compromiso de Engie con la descarbonización
Por segundo año consecutivo, Engie ha presentado su hoja de ruta hacia la descarbonización en Europa con el horizonte de 2050, estableciendo dos prioridades esenciales. Por un lado, el Grupo destaca que la transición energética necesita incrementar la flexibilidad del sistema energético, con una expansión de 5,5 veces en la capacidad de producción renovable y un crecimiento de 4,5 veces en soluciones de flexibilidad que equilibren la oferta y la demanda. Es fundamental acelerar en la puesta en marcha de infraestructuras que apoyen la descarbonización. Para lograrlo, propone soluciones que incluyen el almacenamiento con baterías, la gestión de la demanda mediante vehículos eléctricos y la producción de hidrógeno renovable a través de electrolizadores.

Por otro lado, Engie subraya la importancia de una inversión significativa pero sostenible, con el objetivo de reducir la dependencia de combustibles fósiles y minimizar el impacto económico de la transición. El coste neto de la descarbonización representaría menos del 2% del PIB europeo, al tiempo que los ahorros en importaciones de combustibles fósiles ayudarían a fortalecer la independencia energética. El coste de actuar es mucho menor que el futuro coste de la inacción.

Para monitorizar la evolución de la transición energética Engie ha identificado o una serie de indicadores clave, entre los que se encuentra una reducción del 30% en la demanda final de energía, que supondrá un cambio estructural en el consumo y la eficiencia del sistema. Se estima que el uso de hidrógeno bajo en carbono se multiplicará por siete, consolidándose como una alternativa en sectores difíciles de electrificar. Además, la dependencia energética disminuirá en un 65%, reforzando la autonomía de Europa frente a crisis de suministro y fluctuaciones del mercado. Es fundamental comenzar a poner el foco en como evolucionan las demandas finales de energía y la adopción de la descarbonización por parte de los consumidores finales. Sólo a partir de reducir emisiones en usos finales se definirá el éxito de la descarbonización

Engie también destaca que el 70% de las tecnologías necesarias para alcanzar la neutralidad en carbono aún no han sido probadas a escala industrial. El dato subraya la necesidad de acelerar el desarrollo y la implementación de soluciones innovadoras, como el almacenamiento avanzado de energía, la digitalización de redes y nuevas formas de generación renovable. En este escenario, la colaboración entre el sector público y privado será determinante para convertir estas tecnologías emergentes en soluciones viables y escalables, asegurando así una transición energética efectiva y sostenible.

 

La descarbonización europea: 10 medidas fundamentales
Para acelerar la transición hacia un modelo energético sostenible, es fundamental (I) establecer un precio mínimo del carbono que aumente de manera progresiva, incentivando la reducción de emisiones en todos los sectores. La (II) optimización del sistema energético a escala europea también resulta crucial, facilitando la integración de los mercados y garantizando una distribución más eficiente de la energía. La (III) posibilidad de establecer contratos de compraventa de energía verde entre distintos países permitiría una mayor adopción de fuentes renovables en todo el continente.

El (IV) desarrollo de gases descarbonizados debe estar respaldado por objetivos claros, basados en su intensidad de carbono, mientras que es preciso (V) fomentar la demanda de estos combustibles en sectores donde la electrificación aún no es viable. Al mismo tiempo, (VI) maximizar la recuperación de calor en procesos industriales contribuiría a reducir el desperdicio energético y mejorar la eficiencia.

La (VII) renovación de edificios ineficientes se presenta como una estrategia clave, con especial énfasis en hogares de bajos ingresos y estructuras con altos niveles de consumo. En paralelo, el (VIII) desarrollo de sistemas de almacenamiento y gestión de la demanda permitirá una mayor flexibilidad en el suministro de energía, optimizando el equilibrio entre generación y consumo.

Por otro lado, (IX) anticipar la expansión de las redes eléctricas será determinante para integrar de manera eficiente las energías renovables, evitando cuellos de botella en la transmisión y distribución. Finalmente, (X) fomentar la inversión privada en infraestructuras energéticas ayudará a cerrar la brecha financiera y garantizar una transición viable y sostenida en el tiempo.

La descarbonización del sector energético es un proceso ineludible para alcanzar los objetivos climáticos globales. Por tanto, a pesar de los retos asociados, las oportunidades de innovación y desarrollo económico justifican la inversión en energías renovables y tecnologías limpias. Empresas como Engie desempeñan un papel determinante en esta transformación, impulsando soluciones flexibles y eficientes para un sistema energético más sostenible. Con la colaboración de gobiernos, empresas y ciudadanos, es posible avanzar hacia una nueva relación con la energía a partir de electrones y moléculas más flexibles, más verdes, más limpios y más competitivos. De esta manera se construye un mañana mejor para las futuras generaciones.

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Artículos sobre energías renovables | 17 de febrero de 2025 | 274

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