SEAT S.A., está inmersa en el desarrollo de la electrificación en sus vehículos. Así, invertirá 5.000 millones de euros hasta 2025 en proyectos de I+D para el desarrollo de vehículos, especialmente para electrificar la gama, en equipamientos e instalaciones. Además, la compañía tiene el propósito de convertir a su fábrica de Martorell, Barcelona, en una planta con huella de carbono cero en 2050. Destaca la tecnología híbrida enchufable que la compañía denomina ‘e-HYBRID’, disponible tanto en el nuevo SEAT León, como en el Tarraco, el SUV más grande de la compañía, así como en otros modelos de la marca CUPRA.
Centrándonos en el SEAT León e-HYBRID, es el primer vehículo híbrido enchufable (PHEV) de la compañía española. El objetivo de este vehículo es reducir las emisiones de CO2. Para ello, está equipado con dos motores: un motor de gasolina 1.4 TSI de 150 CV (110 kW), y un motor eléctrico de 115 CV (85 kW), permitiendo ofrecer una potencia conjunta total de 204 CV (150 kWh). La energía eléctrica se almacena en una avanzada batería de iones de litio de 13 kWh de capacidad.
El motor de combustión va asociado a la caja de cambios automática DSG de doble embrague y seis relaciones, exclusiva para vehículos eléctricos. Atornillada a la carcasa, está la del módulo híbrido, que aloja el motor eléctrico de tipo síncrono de excitación constante, y el paquete de embragues de propulsión con el embrague desacoplador. Este último es el encargado de separar o unir el motor de combustión al propulsor eléctrico, todo ello sobre el eje delantero y conectado al diferencial electrónico XDS de deslizamiento limitado. Un conjunto eficiente y sencillo capaz de reaccionar de forma inmediata a cualquier necesidad.
La batería tiene un peso total de 130 kilogramos y va situada por delante del tren trasero y en una posición muy baja y, por supuesto, bien protegida ante posibles impactos, gracias a la integración en el chasis de estribos laterales adicionales. Esto consigue bajar el centro de gravedad del modelo y mejorar su comportamiento dinámico. El reducido volumen de la batería de 96 litros la hace relativamente fácil de ubicar, obteniendo el espacio habitual para los pies de los pasajeros ya que justo termina al inicio de la banqueta trasera de asientos.
Asimismo, el depósito de gasolina se emplaza bajo el piso del maletero, por encima del eje multibrazo, e incorpora un depósito adicional de carbón activo a modo de maximizar la seguridad que, mediante una válvula específica, deriva la presión para evitar la expulsión a la atmósfera de los vapores del combustible.
Esta versión del León también cuenta con un servofreno eléctrico que le permite recuperar la energía de frenado a través del sistema híbrido.
La gestión térmica de la batería, junto con otros elementos de la hibridación, tales como la electrónica de potencia o el motor eléctrico, son de vital importancia. Por este motivo, el SEAT León e-HYBRID incorpora un sistema de refrigeración adicional con radiador y depósito de expansión propios. Así, el modelo cuenta con un circuito de refrigeración para el motor de combustión y climatizar el habitáculo, y otro para los componentes de alto voltaje, cada uno de los mismos con dos subcircuitos, uno a alta temperatura y otro a baja temperatura.
El sistema de refrigeración del sistema eléctrico de alto voltaje opera a una temperatura más baja que el del motor de combustión, y ayuda a mejorar la eficiencia en toda circunstancia, permitiendo hacer uso del motor eléctrico hasta temperaturas de -10ºC.
El SEAT León e-HYBRID siempre inicia la marcha en modo totalmente eléctrico (por ello, el motor de combustión no dispone de correa, ni alternador, ni motor de arranque; estas funciones las asume el motor de propulsión eléctrica). No obstante, el sistema activa la hibridación si la capacidad energética de la batería cae por debajo de un cierto nivel, o si la velocidad supera los 140 km/h.
El conductor del León e-HYBRID, mediante el sistema de info-entretenimiento, puede acceder al apartado ‘Gestión de energía’ y preseleccionar el modo de propulsión deseado: combustión, híbrida o eléctrica ‘e-MODE’. En el modo híbrido hay dos submodos: Hybrid automático e Hybrid manual. El primero de ellos está predeterminado y gestiona el sistema de forma automática para optimizar la carga de la batería. El segundo permite elegir entre tres opciones: mantenimiento del estado de carga actual, reserva del estado de carga en un porcentaje concreto, definido por el usuario, y aumento de la carga mediante el motor de combustión.
Cuando la batería se está agotando, el sistema vuelve a funcionar en modo híbrido. La batería se puede recargar en tan solo 3 horas y 33 minutos con un cargador de tipo Wallbox de 3,6 kW, o en poco menos de 5 horas con un enchufe doméstico de 2,3 kW.
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