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La movilidad eléctrica es una de las grandes esperanzas de la tecnología sostenible. Proteger el medio ambiente y frenar el cambio climático se ha convertido en una prioridad global. La sociedad está cada vez más sensibilizada y comprometida con el cuidado ecológico. En este afán, reducir la huella de carbono es prioritario. Los coches eléctricos se presentan como una de las grandes bazas de presente y de futuro para conseguirlo.
¿Es posible disponer de vehículos de transporte que utilicen uno o más motores eléctricos para impulsar su locomoción? La respuesta es sí, se trata de una opción viable y sostenible de la que ya existen un buen número de referencias exitosas. Su presencia es cada vez más notable en todo tipo de vías, sobre todo en las ciudades, donde se trabaja con denuedo para reducir las emisiones de CO2 y hacer el entorno mucho más amigable y satisfactorio.
Al auge de esta tecnología eléctrica para la movilidad está contribuyendo el apoyo decidido de los gobiernos, quienes ofrecen subvenciones, ayudas y beneficios fiscales para adquirir coches eléctricos.
En paralelo, el desarrollo de la tecnología está siendo positivo. Las limitaciones iniciales de falta de autonomía se están compensando de manera progresiva. De hecho, ya existen modelos que alcanzan los quinientos kilómetros sin recargarse. Así, la alimentación de estos vehículos pronto va a dejar de ser un problema; en especial en cuanto la red de electrolineras —públicas y privadas— comience a aumentar tanto como se espera.
Grandes ventajas de la movilidad eléctrica
Llegados a este punto, es un buen momento para recordar cuáles son las principales ventajas que el uso de coches eléctricos nos ofrece:
Si nos centramos específicamente en los beneficios medioambientales que nos proporcionan, esta elección resulta más que recomendable. Al no emitir CO2 ni otros gases nocivos a la atmósfera, ayuda a frenar uno de los mayores problemas del planeta: el efecto invernadero, causante del calentamiento global. Esto sucede tanto al conducirlos como al fabricarlos, porque su producción también es más sostenible.
El impacto ambiental de los vehículos eléctricos es mínimo en comparación con cuantos emplean motores de combustión. Además, su contaminación acústica es inexistente, lo cual beneficia a las personas y a los demás seres vivos.
La eficiencia energética es el tercer atributo ambiental que hemos de considerar. En los coches tradicionales no supera el 30 %, mientras que en los eléctricos cada vez se aproxima más al 90 %. La pérdida energética es mínima.
Por último, al reducirse el mantenimiento y el uso de componentes o recursos contaminantes, la movilidad eléctrica favorece aún más la sostenibilidad medioambiental
Presente y futuro de los coches eléctricos
La principl fuente de esperanza radica en los grandes logros tecnológicos que el transporte eléctrico está experimentado. Existen fabricantes y marchas archiconocidas que están apostando decididamente por el desarrollo de esta movilidad. Un buen ejemplo es Smart, que aboga por la energía eléctrica como motor de bienestar, comodidad y futuro.
El nuevo SUV eléctrico Smart #1, en sus diferentes versiones Pro+, Premium, Brabus y Launch Edition, es un referente claro de cuanto se está consiguiendo ya en este proceso tecnológico. Junto a las ventajas sociales, personales y ecológicas planteadas, estos automóviles aseguran una experiencia de conducción excepcional y renovada.
En definitiva, la movilidad eléctrica es un futuro asentado en el presente. No se trata de una posibilidad a medio plazo, sino de una realidad práctica, económica y satisfactoria consolidada en nuestros días.
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