Los grupos electrógenos son equipos necesarios en escenarios donde la criticidad es clave, y su mantenimiento periódico es imprescindible para garantizar su funcionamiento a lo largo del tiempo, así como para prolongar su vida útil.
El mantenimiento debe realizarse con carga, ya que en vacío no podemos asegurar que el equipo funciona al 100% de sus capacidades. Para ello, los bancos de carga son unos equipos que juegan un papel crucial en este proceso, al permitir pruebas y ajustes precisos conectados al generador.
Un banco de cargas está formado por una serie de resistencias agrupadas en bloques y refrigeradas por un ventilador que, mediante contactores, va incrementando la carga según nuestra elección, proporcionando así un consumo de energía real que podrá simular una instalación o equipo determinado.
El hecho de disponer de un banco de cargas de instalación fija o móvil facilita el cumplimiento normativo y reduce la posibilidad de sanciones regulatorias. Existen diferentes tipos de bancos de carga: resistivos, capacitivos e inductivos, y las combinaciones de estos. El alquiler temporal de estos equipos es una opción para asegurar que el generador está a punto ante cualquier escenario, como un imprevisto de cortes de energía.
Es muy importante obtener un equipo con las dimensiones adecuadas para así poder rentabilizar su uso, ya que gracias a los escalones de carga podremos realizar pruebas a diferentes generadores con distintas potencias.
¿Qué ventajas posee realizar un mantenimiento y cómo se lleva a cabo?
Gracias a realizar un mantenimiento al generador podemos garantizar que este equipo puede manejar carga nominal eficientemente, además de poder identificar posibles fallos o desgastes del sistema.
Podemos realizar distintos tipos de pruebas gracias a los bancos de carga: resistivas, inductivas o capacitivas. Para ello, se emplea carga variable otorgada por el banco de cargas. Gracias a los distintos escalones que el equipo dispone, podemos incrementar la potencia tal y como se desee. Así, comprobamos que el generador proporciona un suministro constante y adaptativo.
Además, estas pruebas ayudan a prolongar su vida útil, ya que, si no realizáramos mantenimientos, algunos generadores podrían permanecer sin uso meses o incluso años, como los que están como grupos de emergencia en caso de un corte de la red eléctrica.
Si no se realiza un uso habitual de estos equipos se produce la acumulación de residuos en su interior, así como problemas en la lubricación. Sin embargo, aplicándoles carga simulamos un uso real, permitiendo recircular el combustible y poniendo remedio a estos problemas. Además, gracias a esto, se produce la descarbonización del equipo, eliminando los depósitos de carbón, un problema común en los generadores. Estos depósitos pueden acumularse en los inyectores de combustible y en otras partes del sistema, afectando el rendimiento y aumentando el consumo de combustible.
¿Cómo llevamos a cabo las pruebas con banco de carga?
Antes de comenzar las pruebas de mantenimiento, es crucial preparar correctamente el generador. Se debe realizar la verificación de los niveles de aceite y combustible, así como la inspección visual de componentes clave. Además, hay que asegurarse que el generador esté conectado correctamente al banco de cargas con todo el cableado necesario.
Una vez conectado, se debe ajustar el banco de carga según las especificaciones del generador. Esto implica establecer la carga eléctrica deseada y configurar los parámetros de prueba, como voltaje y frecuencia. Se debe asegurar la toma de aire y expulsión en el banco de cargas para un correcto funcionamiento, ya que si estas permanecen bloqueadas no se podrá realizar una correcta refrigeración y se podría dañar.
Se debe encender el generador y permitir que alcance su velocidad y frecuencia nominal. Esto garantiza que el equipo esté operando en condiciones normales antes de aplicar la carga.
La carga se va aplicando gradualmente para evitar impactos repentinos en el generador. Gracias a los escalones del banco es posible ir incrementando la carga como se desee, pudiendo así realizar pruebas en diferentes porcentajes como 25%, 50%, 75% y 100%. Los bancos de carga disponen de softwares que permiten monitorizar los parámetros resultados del test, para estudiar cuidadosamente el rendimiento a medida que aumenta la carga y poder identificar cualquier irregularidad. Además, se pueden almacenar todos los datos relevantes durante las pruebas.
Después de finalizar las pruebas, se deben analizar los resultados para identificar posibles problemas o áreas de mejora, pudiendo implementar medidas correctivas antes de que surjan problemas graves.
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