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SOLAR FOTOVOLTAICA Las grandes plantas pueden reanimar el sector fotovoltaico El sector fotovoltaico español intenta sobreponerse a la crisis y los cambios legislativos que han frenado en seco su crecimiento. Las instalaciones de dimensiones pequeñas y medianas parecen paralizadas, pero al mismo tiempo hay solicitudes de conexión de más de 50.000 MW, en su mayoría de grandes instalaciones que no requieren ayuda. De forma paralela, en España se sigue desarrollando un intenso trabajo de investigación, desarrollo e innovación que puede ayudar a recuperar el tejido industrial. El sector fotovoltaico parece ir dejando atrás su durísima crisis y comenzando una nueva etapa. Tras la reforma legislativa, la viabilidad económica de los nuevos proyectos es la clave de este renacimiento, y para lograrlo el sector se está adaptando a la creación de plantas que puedan competir en el mercado. Los grandes parques fotovoltaicos, que resultan competitivos gracias a su economía de escala, están marcando la nueva tendencia. Ejemplos internacionales como los tres ‘megaproyectos’ de California de más de 500 MW y el gran proyecto de India de 4.000 MW, pueden marcar la tendencia en los próximos años. En España, también hay grandes proyectos en diferentes fases de ejecución. En el mejor de los escenarios posibles, España podría multiplicar por diez su potencia fotovoltaica, y este no es sólo un cálculo teórico amparado por la abundancia del recurso solar, sino que se trata de peticiones reales de acceso a la red remitidas a Red Eléctrica Española (REE) por diferentes promotores fotovoltaicos. Dichas peticiones suman 50.175 MW, entre las que se cuentan gigantescas plantas solares, algunas de ellas con más de 1.300 MW que, con la última reforma eléctrica, tendrían preferencia de inyección en las redes eléctricas sobre las fuentes convencionales a igualdad de condiciones de mercado. La suma de las peticiones representa una cifra tan abultada –equivale a la mitad de la potencia total instalada actualmente, de 107.954 MW– que no parece fácil que pueda llegar a realizarse y debe tomarse con cautela. De hecho, menos de la quinta parte de esta potencia -8.883 MW– corresponde a proyectos que cuentan con un diseño en fase avanzada, aquellos que han pedido la conexión a un punto concreto del sistema y están en tramitando la adquisición de terrenos. Y de esta cantidad, sólo 2.352 MW corresponden a proyectos que han presentado un aval financiero para comenzar a tramitar el impacto ambiental ante las comunidades autónomas –en los casos que solicitan conectarse a la red de distribución– o ante el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, las que quieren conectarse en la red de transporte. Finalmente, los proyectos de más 50MW que cuentan con evaluación de impacto ambiental, han pedido autorización administrativa al Ministerio de Energía y presentado los avales del 2% del importe del proyecto suman 2.230 MW para la red de transporte y 122 MW para la red de distribución. Se trata de los proyectos más avanzados, que están incluidos en la planificación de la red de transporte eléctrica y se han aprobado las actuaciones necesarias en los tendidos y subestaciones para que estén operativas antes de 2020. MIGUEL PÉREZ DE LEMA 90 energética XXI · Nº 154 · DIC15


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