Adelantamos el Editorial que incluye la próxima edición de Energética XXI, un número especial dedicado al 20 aniversario de la revista. Esta edición cuenta con la participación de un importante número de empresas, asociaciones e instituciones que han querido mostrar su apoyo a nuestra publicación en este número 200.
Energía para otros 20 años
Hace 20 años comenzamos en Energética un camino que nos lleva a celebrar hoy la publicación del número 200 de nuestra revista, todo un hito que queremos compartir a través de esta edición especial con nuestros lectores y con todas aquellas empresas, asociaciones, entidades e instituciones que nos han apoyado y animado desde entonces. 20 años en los que nos hemos esforzado en ofrecer confianza, credibilidad, seguridad, profesionalidad y experiencia, un largo periodo que nos ha servido para tener una visión clara de nuestro papel y nuestra posición como publicación técnica de referencia en el sector energético.
Tras dos décadas, desde la revista Energética renovamos ahora nuestro compromiso con la información técnica y de calidad. Nuestra meta no es otra que continuar ofreciendo a los lectores un contenido riguroso y de actualidad en un sector que se mueve a velocidad de vértigo.
Hoy, este compromiso está más vigente que nunca. En un momento en que la pandemia del coronavirus lo ocupa todo, consideramos que es muy importante no olvidar otras ‘urgencias’ que nos acechan y, entre ellas, sin duda la más relevante es el cambio climático y la imprescindible transición energética que debemos emprender para combatirlo.
Hace 20 años, pocos –muy pocos– hablaban de energías alternativas a los combustibles fósiles. Por aquel entonces, al margen de la nuclear, las centrales térmicas y la hidráulica, estaban en auge las plantas de cogeneración (con motores o con turbinas), los parques eólicos en zonas de viento privilegiadas, la incipiente fotovoltaica y poco más.
Desde Energética vivimos en primera persona el desarrollo de la eólica hasta convertirse en la renovable líder, así como el boom fotovoltaico a finales de la primera década del siglo. Con sus luces y sus sombras, los años 2007 y 2008 fueros fundamentales en el panorama renovable de nuestro país. Quizás la explosión del mercado fotovoltaico llegó cuando la tecnología todavía era cara y la regulación que la impulsó sin duda pudo ser más acertada, pero lo cierto es que España –junto a Alemania–se convirtió en el motor de la energía solar en el mundo, un hecho que sirvió para formar a una importante cantera de profesionales del sector, aumentar las inversiones en I+D+i y sentar las bases del futuro mercado renovable en nuestro país, que ya había cimentado la industria eólica. Aquellos que en su momento hablaron de forma despectiva de la eólica lo hicieron unos años después de la fotovoltaica, y hemos debido esperar otra década más para ver cómo las renovables son ahora reconocidas por todos, incluidos los actores más tradicionales del mercado.
Pero el camino hasta aquí no ha sido fácil. Tras el boom fotovoltaico llegaron las vacas flacas, consagradas por la moratoria renovable de 2012 y los problemas derivados del déficit de tarifa. El sector renovable se resintió, la construcción de nuevas plantas se paralizó y una buena parte de los excelentes profesionales que trabajaban en nuestro país tuvo que emigrar a nuevos mercados emergentes en América Latina, Oriente Medio o Asia. La puntilla a esta ‘época oscura’ para las energías limpias vino de la mano del ‘impuesto al sol’ y el demencial freno que se quiso imponer al autoconsumo.
Casi olvidada esa difícil etapa, hoy el reconocimiento de las renovables es unánime, el sector vive un periodo de bonanza y expansión que se nos antoja imparable; y así lo hemos querido reflejar en este número 200 de nuestra revista, que nos llena de energía para afrontar –al menos– otros 20 años más.