El informe anual sobre el mercado fotovoltaico presentado hoy por UNEF (Unión Española Fotovoltaica) sigue mostrando un estancamiento del mercado fotovoltaico español, que ha reducido drásticamente su ritmo de instalación, representando una parte aún muy reducida dentro del contexto mundial. En 2015, la potencia fotovoltaica instalada en España fue de 49 MW, frente a los 22 MW registrados año anterior, y acumuló una potencia total de 108.299 MW. De esta potencia instalada el pasado año, 13 MW corresponden a instalaciones aisladas, siendo de bombeo la mayor parte.
Basten algunos datos para demostrar la pobre aportación española a la fotovoltaica europea: solo la ciudad de Bruselas instaló 51 MW , dos más que España. Lejos, lejísimos quedan los 3.500 MW instalados por el Reino Unido.
En la imagen que acompaña esta información se puede observar la evolución de la fotovoltaica instalada en los últimos años hasta los actuales 4.674 MW totales.
Así, frente a la centralidad de países que siguen desarrollando la fotovoltaica, países con los que el mercado español debería compararse por capacidad técnica y relevancia internacional, España destaca como país que ha reducido drásticamente su ritmo de instalación a raíz de las barreras económicas (“impuesto al sol” para energía autoconsumida) y administrativas que limitan el desarrollo de esta modalidad de producción de energía eléctrica.
En consecuencia a la situación de incertidumbre en España, hay que destacar la creciente participación de las empresas españolas a nivel internacional, en países como México, Reino Unido o Sudáfrica.
La fotovoltaica continúa creciendo en el panorama internacional y reduciendo costes
En el marco internacional, el informe señala el incremento de potencia fotovoltaica instalada durante 2015 con 50 GW nuevos, que representa un aumento del 25% con respecto al año anterior y eleva la potencia total acumulada a los 230 GW.
Asimismo, durante el pasado año continuó el desplazamiento del mercado fotovoltaico hacia los países emergentes, sobre todo asiáticos (India, Pakistán, China y Japón).
En cuanto al reparto de potencia instalada, Europa representó en 2015 el 16% de la energía fotovoltaica mundial, posicionándose a la cabeza Reino Unido, Alemania y Francia y destacando la apuesta por la fotovoltaica de países como Turquía y Dinamarca. La cobertura de toda la demanda energética europea fue suplida por fotovoltaica en un 4% y, en el caso concreto de España, la fotovoltaica aportó un 3% a la demanda total del pasado año.
Las líneas de evolución de la energía solar fotovoltaica se basan en la reducción de costes y el aumento de la eficiencia. El almacenamiento representa el desafío más relevante, porque asegurará la mayor penetración de la fotovoltaica en todos los países, una tecnología sostenible energéticamente y que garantiza la producción de energía barata.