Aislamiento industrial: motor de eficiencia energética, sostenibilidad y acceso a incentivos CAE

Aislamiento industrial: motor de eficiencia energética, sostenibilidad y acceso a incentivos CAE.

El aislamiento térmico en la industria es una solución técnica fundamental para la seguridad, la eficiencia energética y el cumplimiento normativo. Su correcta implantación permite acceder a incentivos económicos a través de los Certificados de Ahorro Energético (CAE).

El aislamiento térmico industrial es mucho más que una capa de protección: es una herramienta estratégica para la seguridad, la sostenibilidad y la rentabilidad de cualquier instalación. Estudios recientes muestran que muchas plantas industriales aún tienen entre un 10% y un 20% de superficies sin aislar o con aislamiento dañado. Esto representa una oportunidad inmediata de ahorro energético, mejora operativa y reducción de emisiones.

 

Razones técnicas para aislar
El aislamiento técnico es una de las medidas más rentables y rápidas para reducir la huella de carbono industrial, contribuyendo a la descarbonización y al cumplimiento de la normativa europea.

Para comprender su importancia, es fundamental destacar los principales beneficios que aporta el aislamiento en equipos y procesos industriales:

• Reducción de pérdidas térmicas y ahorro energético: minimizar la transferencia de calor reduce la energía necesaria para mantener los procesos, generando ahorros directos y medibles.

• Sostenibilidad y reducción de emisiones: un aislamiento eficiente maximiza la reducción de emisiones de CO₂ y del consumo de combustibles fósiles, impulsando la descarbonización industrial.

 

Además de los beneficios energéticos y medioambientales, el aislamiento desempeña un papel clave en la seguridad y la fiabilidad operativa:

• Protección del personal: el aislamiento protege a los trabajadores de quemaduras y lesiones por contacto con superficies calientes, mejorando la seguridad laboral.

• Seguridad de proceso y durabilidad: mantener la temperatura adecuada en fluidos y equipos es esencial para la calidad del proceso y la prevención de fallos en equipos.

 

El aislamiento aporta fiabilidad y facilita la gestión eficiente de los activos industriales, ya que reduce el desgaste, retrasa la obsolescencia y prolonga la vida útil de las instalaciones. La correcta selección y mantenimiento del aislamiento es clave para asegurar un funcionamiento óptimo y sostenible a largo plazo.

Un aspecto crítico en la gestión de activos es la prevención de la corrosión bajo aislamiento (CUI). Un sistema de aislamiento bien diseñado y mantenido minimiza la acumulación de humedad y reduce el riesgo de CUI. Esto ayuda a evitar paradas imprevistas y costosas reparaciones, reforzando la continuidad operativa y la seguridad de los equipos industriales.

 

Aislamiento como inversión: análisis de costes
La inversión en aislamiento industrial se justifica porque permite reducir de forma significativa las pérdidas de energía y los costes asociados. Existe un nivel óptimo de aislamiento que maximiza el ahorro sin aumentar en exceso la inversión. Alcanzar este equilibrio requiere un análisis técnico especializado, adaptado a cada instalación y proceso, para garantizar que la inversión se traduzca en eficiencia, ahorro y sostenibilidad a largo plazo.

 

 

Ahorros energéticos basados en la normativa y calidad
La UNE 92330:2018 es el marco técnico de referencia en España para el aislamiento térmico industrial. Esta norma exige que los materiales y sistemas instalados cumplan con estándares europeos específicos (lana mineral, vidrio celular, espumas, etc.), y que el espesor del aislamiento limite las pérdidas térmicas por debajo de los 90 W/m². La instalación debe cubrir toda la superficie caliente, sin huecos, adaptándose a la geometría y condiciones de operación. Cumplir la normativa garantiza seguridad y eficiencia, y es imprescindible para justificar los ahorros energéticos y acceder a los Certificados de Ahorro Energéticos (CAE).

 

¿Qué son los CAE por aislamiento?
El sistema CAE, regulado por el Real Decreto 36/2023 y la Orden TED/845/2023, reconoce y certifica las actuaciones de mejora y sustitución de aislamiento como ahorros energéticos. Esto incluye tuberías, superficies planas, componentes de instalaciones industriales y equipos de almacenamiento y transporte de fluidos calientes (excepto combustibles fósiles).

Siempre que el proyecto o la actuación de aislamiento cumpla los requisitos técnicos y normativos, los clientes industriales podrán beneficiarse económicamente mediante la venta de los ahorros energéticos generados al sustituir o mejorar el aislamiento de sus instalaciones. Así, no solo disfrutarán de las ventajas inherentes al aislamiento —como la reducción de costes, la eficiencia y la mejora de la seguridad—, sino que también podrán recuperar parte de la inversión realizada. Esto les permitirá reinvertir en nuevas actuaciones de eficiencia energética, impulsando un ciclo continuo de mejora y sostenibilidad en sus complejos y plantas industriales.

 

Conclusión 
El aislamiento industrial es mucho más que un requisito normativo: es una inversión estratégica para la seguridad, la eficiencia y la sostenibilidad. Revisar su estado y optimizarlo con el apoyo de expertos permite reducir costes, minimizar emisiones y aprovechar incentivos como los CAE, situando a la industria en una posición de liderazgo en sostenibilidad y mejora continua.

Artículo escrito por:
María Segovia , directora de Desarrollo de Nuevos Negocios en Kaefer