Cómo maximizar el uso de la energía verde en España

Cómo maximizar el uso de la energía verde en España.

Es prioritario impulsar el almacenamiento y la gestión de la flexibilidad como pilares del sistema, y garantizar un marco regulatorio que incentive la inversión anticipada en infraestructuras estratégicas, proporcionando certidumbre a largo plazo.

La transición energética en España atraviesa un momento decisivo. El país ha logrado convertirse en un referente europeo en el despliegue de energías renovables (el segundo en GW instalados sólo por detrás de Alemania), pero la rápida incorporación de este tipo de generación, unida al crecimiento explosivo de la demanda eléctrica, está tensionando al límite la capacidad de la red de distribución. El resultado es una paradoja, ya que, mientras se incrementa la capacidad de generación renovable, también aumentan los vertidos de energía limpia y los cuellos de botella que impiden a la industria, los centros de datos y los nuevos proyectos industriales estratégicos de baterías conectarse a tiempo. Esta situación debe verse como una oportunidad para acelerar la modernización digital de la infraestructura eléctrica y avanzar hacia un sistema más resiliente y sostenible.

Empresas de Distribución Eléctrica de referencia han confirmado que en numerosos nudos de conexión ya no hay hueco para más proyectos, especialmente en regiones de fuerte dinamismo económico como Cataluña, Comunidad Valenciana, Madrid, Andalucía o el eje del Ebro. Según la patronal Aelec, el 83,4% de los nudos de la red está ya saturado, lo que impide conectar nueva demanda en esos puntos. Esta situación se explica por el fuerte incremento de solicitudes de acceso y conexión y por un marco regulatorio que no ha ido sincronizado con el rápido crecimiento de la demanda. El Ministerio de Transición Ecológica recuerda que desde 2020 se ha otorgado acceso a la red a 43 GW de nuevas demandas, una cifra equivalente a duplicar la demanda nacional. De esta capacidad, 12 GW corresponden a centros de procesamiento de datos, 11,3 GW a proyectos industriales, 6 GW a planeamientos urbanísticos, 3 GW a proyectos de hidrógeno y 2,3 GW a infraestructuras de recarga de vehículo eléctrico. El reto, ahora, no es solo aumentar la capacidad de la red, sino integrar de forma eficiente toda esta nueva demanda para que impulse el crecimiento económico y permita aprovechar plenamente las renovables ya disponibles.

El “curtailment” pasó del 3% al 10% en solo un año, con más de 390 GWh de energía fotovoltaica desaprovechada en un solo mes. Esta cifra refleja el potencial renovable que España podría estar utilizando para reforzar su seguridad de suministro y reducir la dependencia energética. Convertir estos excedentes en una palanca de competitividad pasa por soluciones tecnológicas que ya están disponibles como la digitalización, automatización, almacenamiento y gestión activa de la demanda.


Digitalización, flexibilidad y almacenamiento
El reto no se resuelve únicamente con más inversión en infraestructuras físicas, sino con un cambio de paradigma en la forma de planificar, operar y gestionar la red. La digitalización avanzada permite monitorizar en tiempo real la demanda, predecir patrones de consumo y optimizar el uso de cada kilovatio renovable disponible. Soluciones como EcoStruxure ofrecen a los operadores una visibilidad total, anticipando congestiones y equilibrando flujos. La automatización de la red de media y baja tensión se convierte en un elemento esencial para reaccionar de forma dinámica ante variaciones de carga y generación, reduciendo pérdidas y aumentando la resiliencia.

El almacenamiento energético, tanto a gran escala como en aplicaciones distribuidas, es un complemento imprescindible para absorber excedentes renovables en horas valle y liberarlos en momentos de máxima demanda. Junto a ello, la gestión activa de la demanda se convierte en un recurso estratégico para la estabilidad del sistema. Mediante sistemas de gestión energética, la industria y el sector terciario pueden desplazar consumos, participar en programas de respuesta y contribuir al equilibrio del sistema eléctrico.

La retribución de las inversiones en red es otro aspecto clave. La CNMC ha elevado la rentabilidad al 6,46%, frente al 5,58% anterior, aunque el sector considera que aún queda por debajo del 7,5% con el que se garantizaría el rápido impulso de esta modernización. Garantizar condiciones adecuadas permitirá conectar a la industria, la vivienda, el almacenamiento y la movilidad eléctrica, evitando pérdidas de competitividad y aprovechando plenamente el potencial renovable que debe garantizarnos una ventaja como país.
Es prioritario impulsar el almacenamiento y la gestión de la flexibilidad como pilares del sistema, y garantizar un marco regulatorio que incentive la inversión anticipada en infraestructuras estratégicas, proporcionando certidumbre a largo plazo.

Para Schneider Electric, este momento puede convertirse en el impulso que consolide a España como líder europeo en transición energética. Maximizar el uso de cada megavatio renovable, reforzar la seguridad de suministro y asegurar que la energía verde se traduzca en competitividad e innovación es el camino para lograr un ecosistema eléctrico más eficiente y sostenible.

Artículo escrito por:
Raúl Escamilla, Business Development Manager Power System en Schneider Electric