El hidrógeno en España: avances y desafíos hacia la economía del futuro

Sin duda alguna, 2023 ha sido un importante año para el despliegue de la economía del hidrógeno en el mundo, en Europa y en España. A nivel internacional hemos visto cómo ha crecido el censo de proyectos de hidrógeno renovable, hasta superar los 1.000 grandes proyectos y los 300.000 millones de dólares de inversión, siendo Europa una de las geografías fundamentales.

Sin duda alguna, 2023 ha sido un importante año para el despliegue de la economía del hidrógeno en el mundo, en Europa y en España. A nivel internacional hemos visto cómo ha crecido el censo de proyectos de hidrógeno renovable, hasta superar los 1.000 grandes proyectos y los 300.000 millones de dólares de inversión, siendo Europa una de las geografías fundamentales.

En Europa han visto por fin la luz los famosos “actos delegados”, que definen y regulan lo que es el hidrógeno renovable, algo fundamental para dar estabilidad a los proyectos de hidrógeno, y un importante punto de partida de lo que deberá ser una completa regulación para la producción, transporte y uso de hidrógeno renovable. También se ha presentado la primera subasta del Banco Europeo del Hidrógeno, que tendrá lugar en el primer trimestre de 2024; dotada con 800 millones de euros, supondrá un importante espaldarazo para los proyectos de hidrógeno en la Unión Europea.

A nivel español hemos tenido también importantes noticias. Se ha avanzado en la aplicación de fondos europeos para proyectos de hidrógeno, tanto de investigación y desarrollo (las convocatorias de “Misiones” de CDTI), como de innovación y primeros prototipos (“Cadena de Valor” de IDEA), y de demostración de producción y uso de hidrógeno (“Pioneros”, de IDEA).

Así mismo, en nuestro país, la Asociación Española del Hidrógeno ha llevado a cabo un “censo de proyectos” en el primer semestre del año. Una importante iniciativa que ha permitido ordenar los proyectos de producción y uso de hidrógeno, en uno u otro estado de avance, en nuestro país. Así, han sido censados más de 120 proyectos, que totalizan una inversión (pública – privada) que supera los 21.000 millones de euros para 2030 (más del doble de lo establecido en la Hoja de Ruta española publicada en 2020). Proyectos que están distribuidos por toda la geografía española y por toda la cadena de valor, y que totalizan más de 11 GW de electrolizadores instalados para el final de la década.

Javier Brey, presidente de la Asociación Española del Hidrógeno

 

Precisamente es esta cifra (11 GW de electrolizadores para 2030) es el objetivo marcado por el borrador de Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) enviado por el Gobierno de España a Bruselas a petición del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Una cifra que multiplica por 2’75 los 4 GW establecidos en la Hoja de Ruta española.

Pero todo es mejorable, y nos quedan tareas pendientes para 2024. Hay que actualizar la citada “Hoja de Ruta”. Se publicó en 2020, y debía ser revisada cada tres años, por lo que habría que haber trabajado en su siguiente versión este 2023, algo que no ha sido posible.

En lo que se refiere a infraestructura, el Censo de Proyectos refleja un menor interés en el despliegue de Estaciones de Servicio de Hidrógeno, que nos aleja del objetivo nacional y europeo. Trabajaremos en este sentido para hacer que el vehículo eléctrico de hidrógeno pueda ser una alternativa real para los usuarios que lo deseen.

Por otra parte, aunque existe un elevado censo de proyectos potenciales, hay que trabajar aún en hacerlos una realidad: debemos desarrollarla regulación necesaria, facilitar la tramitación de permisos, promover la demanda de hidrógeno renovable, profundizar en su transporte, almacenamiento y distribución… Son objetivos que nos ponemos para 2024. Avances a corto plazo para hacer posible que nuestro país lidere la economía del hidrógeno de aquí a 2030.

No olvidemos que nuestro país sigue contando con tres importantes ventajas: un elevado potencial renovable, en calidad y cantidad suficientes como para autoabastecernos y exportar hidrógeno verde; un conjunto de industria y empresas con una importante capacidad para fabricar equipos y construir plantas de producción de hidrógeno (en nuestro país y en otras geografías); y un excelente sistema de I+D, basado en universidades, centros tecnológicos y de investigación, que pone a España a la vanguardia del desarrollo de estas tecnologías.

En definitiva, una gran oportunidad, y un buen camino recorrido en 2023. Bueno, pero no suficiente. No olvidemos que el despliegue de la Economía del Hidrógeno es una carrera y, aunque bien posicionados, estamos aún en el cajón de salida: la carrera aún no ha hecho más que empezar. Vamos a por ello con fuerza en este año 2024.

 

Artículo escrito por:
Javier Brey presidente de la Asociación Española del Hidrógeno