Energía inteligente: cómo la digitalización impulsa la eficiencia y la sostenibilidad

Energía inteligente: cómo la digitalización impulsa la eficiencia y la sostenibilidad.

Tecnologías como la inteligencia artificial, el Internet de las Cosas y el Big Data permiten anticipar la demanda, optimizar el uso de energías renovables y gestionar redes eléctricas de forma autónoma y eficiente.

Hoy en día, hablar de energía inteligente es hablar de una auténtica revolución tecnológica que está transformando la manera en que producimos, distribuimos y consumimos electricidad. Gracias a la digitalización, tecnologías como la inteligencia artificial, el Internet de las Cosas y el Big Data permiten anticipar la demanda, optimizar el uso de energías renovables y gestionar redes eléctricas de forma autónoma y eficiente. Este avance mejora la eficiencia operativa y reduce costes, al tiempo que impulsa la sostenibilidad y empodera al usuario, que ahora puede participar activamente en la gestión y el intercambio de energía; en definitiva, la energía inteligente marca el inicio de una nueva era en la que la tecnología y la sostenibilidad van de la mano para responder, juntas, a los grandes desafíos energéticos del presente y del futuro.

La energía inteligente, en palabras sencillas, es como ponerle cerebro a la forma en que usamos la electricidad. Gracias a la tecnología podemos saber, en todo momento, cuánta energía estamos gastando, ajustar el consumo según lo que realmente necesitamos y, también, evitar despilfarros. Esto se traduce en varias ventajas muy claras para todos, como el ahorro en la factura, ya que al usar la energía de forma más eficiente, y sólo cuando hace falta, se nota un buen recorte en los gastos de luz y gas, a lo que hay que añadir una mayor comodidad y control, al ser posible controlar y programar los equipos tanto de la casa como de la empresa desde el móvil, adaptando la climatización o la iluminación al gusto y necesidades de cada uno.

Otra ventaja sería cuidar el planeta sin complicaciones, pues al integrar energías renovables y reducir el consumo innecesario se emiten menos gases contaminantes y se ayuda al medio ambiente, casi sin darse uno cuenta. También se traduce en unas redes eléctricas más seguras y estables gracias a unos sistemas inteligentes que detectan problemas y ajustan la distribución de energía en tiempo real, evitando apagones y asegurando que siempre se tenga electricidad, a lo que sumamos unas recomendaciones personalizadas tras analizar los hábitos de consumo, sugiriendo estos sistemas cambios sencillos para gastar menos y vivir de forma más sostenible.

 

Win-win
Como vemos, la energía inteligente ayuda a ahorrar, da más control, protege el planeta y hace que todo funcione de forma más segura y eficiente. ¡Es un win-win para todos! Pero, ¿cómo impulsa la digitalización la eficiencia energética?

Lo hace sobre todo al permitir un control y una gestión mucho más precisos y automatizados del consumo y la producción de energía. Gracias al uso de sensores inteligentes, software de gestión, inteligencia artificial, automatización y análisis de datos en tiempo real, es posible monitorizar continuamente el uso energético, identificar patrones de consumo, detectar ineficiencias, reducir el desperdicio energético y ajustar los sistemas automáticamente para optimizar el rendimiento. Además, la digitalización facilita la integración de energías renovables en la red, permitiendo gestionar su variabilidad y aprovechar mejor los recursos disponibles. También el mantenimiento predictivo, basado en el análisis de datos históricos y actuales, ayuda a anticipar posibles fallos y reduce los costes de operación y mantenimiento.

Esto se traduce en una reducción significativa de emisiones de gases de efecto invernadero y en una menor huella ambiental, ya que los procesos digitalizados permiten identificar y corregir ineficiencias rápidamente, además de adaptar la oferta y la demanda de energía de manera dinámica. La digitalización también impulsa la descentralización del sistema eléctrico, promoviendo la participación de comunidades locales y prosumidores, lo que favorece un uso más racional y sostenible de la energía.

Por todo ello, queda claro que la digitalización se ha convertido en un elemento imprescindible a la hora de habilitar la transición hacia un sistema energético más sostenible, haciendo posible una gestión más inteligente, transparente y eficiente de los recursos energéticos. 

Artículo escrito por:
Javier Puente García Energy Industry Lead Glintt Next España