La eólica marina flotante: una oportunidad industrial y sostenible para España

La eólica marina flotante: una oportunidad industrial y sostenible para España.

La eólica marina flotante es una oportunidad para el país y una necesidad urgente. Nuestro compromiso con la transición hacia fuentes de energía más competitivas, más limpias y sostenibles es innegable, y la energía eólica marina flotante puede desempeñar un papel relevante en los próximos años.

El desarrollo de la energía eólica marina flotante representa una de las grandes oportunidades estratégicas para España en la transición energética. No solo contribuirá de forma decisiva al cumplimiento de los objetivos climáticos nacionales y europeos, sino que generará un nuevo motor económico para las regiones costeras y para la industria nacional. Se estima que sólo el despliegue de los primeros 3 GW previstos por el PNIEC para 2030 podrá generar hasta 7.500 empleos adicionales en nuestro país. Además, ofrecerá una oportunidad única de reactivación económica en zonas tradicionalmente vulnerables, proporcionando proyectos de transición y progreso allí donde más se necesitan.

Estamos ante un sector en auge, que tiene el potencial de transformar la economía azul, impulsar la creación de nuevas empresas a lo largo de toda la cadena de valor y abrir líneas de innovación puntera. España cuenta con una base industrial sólida, una infraestructura portuaria y naval bien posicionada, y un ecosistema empresarial altamente cualificado. Todos estos factores, junto con el liderazgo en tecnologías flotantes, hacen que nuestro país esté en condiciones de convertirse en un referente global en eólica marina flotante.

No obstante, para que esta oportunidad se concrete, es imprescindible avanzar sin demora en la definición y concreción del marco normativo. La aprobación de una Orden Ministerial que regule la primera subasta de eólica marina en 2025 y el establecimiento de un calendario indicativo para los próximos años son fundamentales para activar el desarrollo real de los proyectos y garantizar la competitividad de nuestra industria. El tiempo es un factor clave. Si no se actúa con agilidad, se corre el riesgo de perder una oportunidad industrial histórica, especialmente en un momento en el que otros países, como Francia, Reino Unido, Noruega y, recientemente, Portugal están acelerando sus propios planes de despliegue y desarrollo de la cadena de valor de esta tecnología.

El sector eólico, que ha estado trabajando intensamente para posicionarse en el mercado offshore español, ya ha movilizado importantes inversiones en estudios preliminares, innovación tecnológica y diseño de soluciones adaptadas al entorno marino. Las empresas están listas para acelerar. Ahora es el momento de pasar de las intenciones a la acción. La colaboración proactiva y determinada entre todos los actores del ecosistema —sector privado, administraciones públicas y comunidades locales— será esencial para lograr un desarrollo armónico, equilibrado y respetuoso con el medio ambiente.

Estamos construyendo un nuevo sector tecnológico de vanguardia, con capacidad disruptiva a nivel global. España cuenta con el 75 % de la cadena de valor industrial asociada a la eólica marina, desde la ingeniería hasta la fabricación, logística, construcción naval y operación de parques. Disponemos también de infraestructuras clave, como astilleros especializados y puertos con capacidad de adaptación, así como del talento y la experiencia acumulada del sector eólico terrestre, que nos da una ventaja competitiva clara frente a otros países.

Este posicionamiento nos permite aspirar no sólo al desarrollo de los futuros parques eólicos marinos flotantes en nuestros mares, sino también a participar activamente y ser referentes en proyectos internacionales. Nuestra industria offshore lleva más de una década colaborando en el despliegue de parques en mercados consolidados como Reino Unido, Países Bajos, Alemania o Estados Unidos, aportando soluciones tecnológicas, experiencia y valor añadido.

Un aspecto especialmente destacable es el papel de liderazgo de España en el desarrollo tecnológico de la eólica marina flotante. Somos pioneros en esta tecnología. De las 13 plataformas flotantes que se han instalado a día de hoy en todo el mundo, 11 han sido diseñadas y fabricadas por empresas españolas, y de los 50 prototipos existentes a nivel global con tecnología flotante, 14 corresponden a patentes españolas. Esto convierte a nuestro país en el primer desarrollador mundial de prototipos de esta tecnología, que será clave para el aprovechamiento del recurso eólico en zonas de gran profundidad, como muchas de las que se encuentran en nuestras costas.

Además de dominar los procesos de desarrollo y gestión de proyectos, nuestras empresas destacan en la ingeniería, la construcción naval, la producción industrial, la logística y la innovación tecnológica. Esta posición privilegiada no solo refuerza nuestro liderazgo internacional, sino que también nos ofrece una oportunidad de atraer inversión extranjera, impulsar el crecimiento económico y generar empleo cualificado en sectores estratégicos.

Es fundamental, por tanto, que se refuerce la visibilidad del sector y que se continúe fortaleciendo la cadena de valor nacional. Invertir en tecnología eólica marina es apostar por un futuro seguro, sostenible y competitivo. El desarrollo industrial asociado a la eólica marina no solo dinamiza la economía a nivel nacional, regional y local, sino que mejora la resiliencia energética del país, reduce la dependencia de combustibles fósiles y contribuye de manera directa a los objetivos de descarbonización.

El objetivo fijado para España en materia de eólica marina es alcanzar hasta 3 GW instalados en 2030, lo que supondría aproximadamente la instalación de unos 200 aerogeneradores flotantes con la tecnología disponible actualmente. Esta infraestructura ocuparía únicamente el 0,09 % de la superficie marina nacional, una cifra muy reducida que demuestra la viabilidad de su implantación desde el punto de vista territorial.

El desarrollo de la eólica marina flotante se realizará de forma cuidadosa y con todas las garantías ambientales. Antes de autorizar la construcción y operación de un parque, se deberán llevar a cabo estudios de impacto ambiental rigurosos y multidisciplinares, que pueden extenderse durante varios años. Estos estudios incluirán análisis detallados sobre el hábitat y las comunidades marinas, la macrofauna, el ruido submarino, los recursos pesqueros, las actividades de acuicultura y marisqueo, así como el impacto socioeconómico en la zona. Además, estos estudios estarán sujetos a procesos de participación pública, en los que cualquier persona o entidad podrá aportar observaciones, sugerencias o propuestas que ayuden a enriquecer el análisis y facilitar una decisión fundamentada por parte de la administración competente.

Es importante destacar que estos estudios deben centrarse en los emplazamientos concretos donde se prevea la instalación de los parques, lo que actualmente no es posible al no haberse celebrado aún las subastas. Por ello, es imprescindible que se mantenga un enfoque riguroso en los análisis, sin caer en la generalización de preocupaciones ambientales que, en muchos casos, carecen de una base empírica en esta fase del proceso.

Uno de los aspectos que suele generar inquietud es el posible impacto visual de los aerogeneradores marinos sobre el paisaje y el turismo costero. Sin embargo, los parques eólicos marinos se ubicarán a grandes distancias de la costa, lo que minimiza su visibilidad. En promedio, las zonas identificadas en los Planes de Ordenación del Espacio Marino (POEM) para el desarrollo de esta tecnología se encuentran a unos 15,6 km de la costa. Esta distancia es más que suficiente para garantizar un impacto visual muy limitado o imperceptible.

En cuanto a la convivencia con el sector pesquero, es esencial establecer un diálogo temprano y constructivo. La mayoría de las artes de pesca son perfectamente compatibles con la presencia de parques eólicos marinos. Solo la pesca de arrastre, que representa apenas el 9 % del total de embarcaciones que operan en aguas españolas, requerirá soluciones específicas. En cualquier caso, el sector eólico está comprometido con encontrar fórmulas de coexistencia que aseguren el mantenimiento de la actividad pesquera tradicional, ofreciendo además oportunidades de diversificación y colaboración para el futuro.

La experiencia internacional demuestra que es posible lograr una convivencia armónica entre la eólica marina y las actividades existentes en el mar, siempre que se actúe con respeto, flexibilidad y rigor. Es fundamental que se priorice la comunicación, la transparencia y la búsqueda de consensos como pilares para la toma de decisiones. El objetivo último es que todos los sectores implicados salgan beneficiados y que la biodiversidad marina se preserve.

La aceptación social será otro de los grandes retos. Para afrontarlo con éxito, debemos apostar por la pedagogía, la información veraz y la participación ciudadana. Es fundamental escuchar las preocupaciones legítimas de la sociedad, ofrecer respuestas claras y construir, entre todos, un espacio de diálogo que permita avanzar con garantías.

En definitiva, el desarrollo de la eólica marina flotante en España es un proyecto de país. Requiere visión a largo plazo, voluntad política, planificación inteligente y, sobre todo, una implicación activa de todos los actores. Solo así podremos garantizar que esta fuente de energía limpia contribuya a una transición justa, generadora de empleo y de valor, respetuosa con el medio ambiente y beneficiosa para nuestras comunidades costeras.

La eólica marina flotante es parte de la solución al cambio climático. Pero también puede ser una palanca de transformación económica y social. España tiene los recursos, el conocimiento y la capacidad para liderar esta revolución.

Artículo escrito por:
Juan de Dios López Leiva Director Técnico AEE