Desde el MITECO se ha publicado en los últimos meses un informe donde, además de datos muy interesantes sobre volúmenes de ahorros y actuaciones solicitadas, se da respuesta a la gran pregunta: ¿a cuánto se están pagando los ahorros?
Como respuesta, ofrece un rango de entre 115 €/MWh y 140 €/MWh (actualizado a marzo 2025), que, si bien es muy aclaratorio para comprender los órdenes de magnitud en los que se está moviendo el mercado, puede generar mayor incertidumbre: “si me ofrecen 115 €/MWh ¿mis ahorros están siendo mal pagados?”, “si me ofrecen cerca de los 140 €/MWh, por mis ahorros ¿están siendo muy bien pagados?”
Para arrojar algo de luz sobre este tema, lo mejor es conocer cómo se construye el precio del ahorro. El primer aspecto a tener en cuenta es la Equivalencia Financiera, es decir, el valor que tiene cada MWh que los Sujetos Obligados deben aportar al Fondo Nacional de Eficiencia Energética (FNEE). Este factor de conversión es establecido anualmente por el MITECO, y el cual para el año 2024 fue 182 €/MWh y para el 2025 es 189 €/MWh. Se podría entender que este valor es el techo del mercado, no obstante, para que la adquisición de ahorros pueda resultar atractiva a los agentes del mercado (Sujetos Delegados y Sujetos Obligados) el valor de adquisición del ahorro debe situarse por debajo.
Para que un ahorro pueda ser liquidado ante el FNEE, primero debe ser transformado en CAE, y para ello ha de ser verificado. Este proceso requiere la elaboración de un expediente documentado con las evidencias adecuadas que permitan al Verificador emitir un dictamen favorable. Por tanto, es necesario que los agentes del mercado aporten a la ecuación una oficina técnica que elabore este expediente justificativo de los ahorros generados por las diferentes actuaciones que se hayan llevado a cabo.
Existen dos mecanismos para justificar los ahorros: el mecanismo estandarizado y el mecanismo singular. En el estandarizado la documentación de evidencias es a priori más sencilla que en el singular, el cual, además requerirá que el cálculo de ahorro se base en una metodología reconocida como puede ser el IPMVP (International Performance Measurement and Verification Protocol). Los costes de la oficina técnica y verificación serán superiores cuanto más exigente y compleja sea la justificación de los ahorros.
El riesgo derivado de los costes de verificación, oficina técnica y gestiones administrativas son asumidos por los agentes del mercado, pero no obstante estos costes serán deducidos en la medida de lo posible del precio final que oferten a un propietario del ahorro.
Una vez entendido esto, ¿un precio de adquisición bajo es un mal precio? Pues sí se trata de un ahorro moderado, con un gran riesgo para su justificación, quizá se trate de un muy buen precio. Es imprescindible entender que el precio no lo es todo, si bien, es muy importante, pero el valor añadido que pueda aportar el Sujeto Delegado u Obligado, como su experiencia o el conocimiento de sus profesionales y oficinas técnicas para llevar a buen puerto la certificación del ahorro, debe tenerse en gran consideración.
Es en este contexto donde se declara la importancia que tienen los sujetos Delegados en el sistema CAE, generalmente se trata de empresas que han apostado por la eficiencia energética desde mucho tiempo antes de que existiera el mercado de los CAE, consiguiendo ahorro para sus clientes e incluso asumiendo el riesgo de las inversiones en eficiencia energética. En este nuevo mercado el Sujeto Delegado permite maximizar el ahorro y el dinero que un cliente puede obtener por su ahorro, asegurando la calidad y el rigor durante el cálculo y la demostración de las evidencias necesarias para obtener la emisión del CAE.
Artículo escrito por:
Joaquín Sanz Pareja
Ingeniero en Eficiencia Energética y SSEE
Serveo