Independencia energética en una explotación lechera lituana con inversores Plenticore y baterías ZYC

Kostal muestra un caso exitoso de una explotación lechera que, apostando por la innovación tecnológica, demuestra las ventajas económicas y sostenibles de la autosuficiencia energética.

Kostal muestra un caso exitoso de una explotación lechera que, apostando por la innovación tecnológica, demuestra las ventajas económicas y sostenibles de la autosuficiencia energética.

En el corazón de Lituania, donde la tradición agrícola se entrelaza con la innovación, una explotación lechera ha dado un paso decisivo hacia el futuro. La historia de Tony, un ganadero lituano, retrata la transformación del sector primario ante uno de sus grandes desafíos: el coste creciente de la energía y la necesidad de sostenibilidad. Su caso, liderado por la alianza tecnológica entre los inversores Kostal y las baterías ZYC, proporciona una hoja de ruta para la independencia energética de las explotaciones agrícolas europeas.

 

El desafío energético de las granjas modernas
"La electricidad es uno de los mayores costes que tenemos que asumir en nuestra granja", afirma Tony, poniendo palabras a una preocupación compartida por agricultores de todo el continente. La necesidad de mantener máquinas de ordeño, sistemas de refrigeración para la leche, iluminación de amplios establos y calefacción, convierte la energía en un factor indispensable de la producción lechera. Pero a la vez, su elevado precio amenaza la rentabilidad de pequeñas y medianas explotaciones. Además del claro componente económico, existe una conciencia creciente sobre la sostenibilidad. Tony lo expresa con pragmatismo: “No quiero depender de las subidas constantes de la luz. Quiero que mi granja sea independiente y lo más ecológica posible”.

El impacto de la guerra en Ucrania sobre el suministro energético, sumado a los compromisos climáticos europeos y la volatilidad de los mercados, han situado la autogeneración y el almacenamiento de energía en el centro del debate ganadero.

 

De la necesidad a la solución: una apuesta por el futuro
Motivado por el aumento imparable de las tarifas eléctricas y atraído por una subvención europea a las inversiones sostenibles, Tony inició la búsqueda de una solución estructural. “Un colega me recomendó la empresa UAB Artlitas tras una experiencia muy positiva. Quería una instalación de autoconsumo eficiente, accesible y de bajo mantenimiento, que se amortizara rápidamente”, relata el agricultor. De esta reflexión inicial nació la propuesta de Artlitas: no solo instalar paneles solares convencionales, sino integrar un sofisticado sistema combinando fotovoltaica y almacenamiento, perfectamente adaptado a un perfil de consumo agrícola que exige gran potencia, especialmente durante el día.

 

La tecnología como aliada: una solución a medida
El proyecto cristalizó en una solución técnica avanzada y de gran escala para el sector: dos torres de baterías ZYC Energy Simpo HV, compuestas por nueve módulos cada una, junto a dos inversores híbridos Kostal Plenticore G3. El sistema, con una capacidad de generación fotovoltaica de 40 kW y almacenamiento de 57,6 kWh, permite a la explotación cubrir, de forma autónoma y continua, todas sus necesidades eléctricas.

"No fue un reto menor", explica un portavoz de Artlitas, quien dice que “la colaboración con Kostal y ZYC fue clave para adaptar cada componente a las especificidades de la granja y de la climatología lituana. Cada detalle, desde la integración de los sistemas de comunicación hasta el diseño estético y funcional de las baterías, fue pulido con precisión”.

Este proyecto es, según Artlitas, motivo de orgullo: “Somos instaladores certificados de Kostal y ZYC en Lituania y consideramos esta solución híbrida una referencia de futuro. Refleja nuestra capacidad para ejecutar instalaciones complejas e innovadoras, anticipando lo que será la norma en el sector agrícola: independencia, eficiencia y sostenibilidad”.

 

La confianza en una buena recomendación
Para Tony, la experiencia fue sencilla y rápida. “No dudé gracias a la recomendación de mi colega. Todo el proceso fue profesional y ágil. Cuando vi el sistema empezar a funcionar, y observé en la pantalla digital cómo las baterías se llenaban con la energía del sol, fue una gran satisfacción. Sentí que la inversión merecía la pena y era lo correcto para mi negocio”, recalca. El acompañamiento cercano de los técnicos durante la planificación y puesta en marcha, así como la facilidad de uso del sistema, han sido elementos decisivos. “Es importante que cualquier agricultor, aunque no sea experto en electricidad, pueda gestionar la instalación con seguridad y fiabilidad”, añade.

 

Resultados tangibles: ahorro y eficiencia día y noche
La granja de Tony puede ahora cubrir todas sus necesidades energéticas internas: desde los equipos de ordeño y refrigeración hasta la calefacción de los establos, pasando por la iluminación o los sistemas electrónicos. Las nuevas herramientas de monitorización y análisis permiten al ganadero visualizar, en tiempo real, el rendimiento del sistema y planificar el futuro con una base de datos sólida.

“Estoy impresionado por la cantidad de energía que somos capaces de producir y almacenar. El ahorro es inmediato y los datos lo confirman cada día. Además, la fiabilidad del sistema hace que funcione día y noche, con independencia del clima o del precio de la electricidad”, comenta Tony, satisfecho de que amigos y vecinos se acerquen a la explotación con curiosidad y admiración. El sistema no solo responde a las necesidades actuales, sino que está preparado para escalar en el futuro. "Ya estamos planificando más módulos solares y una torre de baterías adicional. La inversión inicial fue pensada para adaptarse a un crecimiento progresivo de la granja", insiste el agricultor.

 

La clave de la amortización y el "efecto demostración" rural
Uno de los grandes atractivos de la instalación ha sido la rápida amortización. Según Tony, en tres o cuatro años, el sistema estará totalmente pagado: “A día de hoy, estoy ahorrando el coste total de la electricidad anual, lo que supone un cambio radical para la economía de la granja. Es una inversión que genera beneficio desde el primer momento".

Este dato adquiere especial relevancia en una época en la que los agricultores buscan reducir riesgos y lograr mayor certidumbre en sus cuentas. El "efecto demostración" es inmediato: varios vecinos se han interesado ya por el sistema, convencidos por el ejemplo tangible de la experiencia de Tony.

El agricultor es categórico en su recomendación: “No lo duden, inviertan ahora en energía solar y almacenamiento”. Los expertos de Artlitas, por su parte, subrayan la importancia del acompañamiento y la personalización en cada instalación: “Los retos técnicos son, en realidad, oportunidades para innovar. Lo fundamental es escuchar al cliente, comprender su consumo y necesidades reales, y aplicar la tecnología de forma inteligente y proactiva”.

 

Conclusión: el camino hacia la autosuficiencia energética rural
La historia de Tony y su explotación lechera en Lituania ejemplifica una transición ya imparable en el campo europeo. La combinación de energía fotovoltaica y almacenamiento inteligente no solo reduce la dependencia de los precios del mercado eléctrico y las emisiones de carbono: también empodera a los actores rurales, permite planificar a largo plazo y favorece una agricultura resiliente, moderna y atractiva para las nuevas generaciones. En palabras del propio agricultor, "quien invierte en independencia energética invierte en libertad”. “Hoy puedo trabajar, crecer y planificar el futuro sabiendo que la energía ya no será un problema, sino una fortaleza de mi granja", remata.

Artículo escrito por:
Kostal