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2024: un año de decisiones estratégicas y avances en la transición energética

Naiara Ortiz de Mendíbil, secretaria general de Sedigas

 2024: un año de decisiones estratégicas y avances en la transición energética

Cerramos otro año trascendental en materia de política energética y climática tanto en Europa como en España. 2024 se ha caracterizado por decisiones estratégicas que refuerzan el compromiso de los principales actores implicados con la sostenibilidad, la competitividad y la autonomía energética, comenzando por la renovación de la Comisión Europea. Ursula von der Leyen, reelegida como presidenta, ha liderado este cambio poniendo de manifiesto la prioridad de avanzar hacia una transición energética más sostenible, pero también más competitiva y asequible para todos los consumidores.

Las cartas de misión a los nuevos comisarios detallan las prioridades estratégicas de sus carteras y trazan las directrices para cumplir los nuevos objetivos europeos. En el caso del comisario encargado de Energía, la carta de misión enfatiza la necesidad de acelerar la implementación del Pacto Verde Europeo, con especial atención a la expansión de fuentes de energía renovable, la mejora de la eficiencia energética y la modernización de infraestructuras. Esto incluye avanzar en la integración del hidrógeno renovable y otras tecnologías limpias como pilares del nuevo sistema energético europeo. Además, se ha subrayado la importancia de garantizar precios energéticos competitivos, un reto crítico para la industria y los consumidores.

Por su parte, el responsable de la Competitividad Industrial ha recibido un mandato centrado en fortalecer la capacidad industrial europea en tecnologías limpias. Esto incluye incentivar la producción local de componentes clave para la transición energética, como electrolizadores, turbinas eólicas y paneles solares, reduciendo la dependencia de proveedores externos. También se destaca la necesidad de fomentar la competitividad industrial mediante un marco regulatorio más ágil y adaptado a las exigencias del mercado global, así como el desarrollo de una política de apoyo a las industrias energético-intensivas.

En esta empresa se verá respaldada por figuras clave como Teresa Ribera, nueva vicepresidenta ejecutiva de la Comisión, quien asumirá roles cruciales en políticas de competencia y tecnologías limpias. En su conjunto, la nueva estructura política subraya la apuesta europea por la descarbonización y la independencia energética, apoyándose en capacidades tecnológicas propias y en la diversificación de las fuentes de suministro.

Este movimiento ha tenido eco en el ámbito nacional, donde hemos sido testigos del relevo necesario al frente del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, obligado por la marcha de Ribera a Europa. Sara Aagesen, como nueva vicepresidenta tercera y ministra, y Joan Groizard, como secretario de Estado de Energía, asumen la responsabilidad de guiar las políticas energéticas y climáticas de España en un contexto de retos globales cada vez más exigentes.

A nivel global, la COP29 en Bakú ha puesto de manifiesto la urgencia de intensificar la acción climática. Los compromisos alcanzados, como la financiación climática de 300.000 millones de dólares anuales hasta 2035, representan un avance crucial. Sin embargo, no podemos obviar el enorme desafío que supone la implementación efectiva de estos acuerdos y su transformación en acciones concretas.

En España, la actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2023-2030 ha sido un hito relevante que establece una serie de nuevos objetivos para la descarbonización de nuestro sistema energético. Sin embargo, desde el sector gasista no podemos pasar por alto una sensación de falta de ambición respecto a tecnologías clave como el biometano.

El biometano es un gas renovable fundamental para la transición energética, no solo como herramienta clave para la descarbonización, sino también como impulsor de la economía circular y el desarrollo socioeconómico, especialmente en zonas rurales. Su potencial en España, estimado en hasta 163 TWh/año, sigue lejos de los objetivos planteados en el PNIEC. Desde Sedigas, hemos insistido en este potencial y en la necesidad de un compromiso mayor para desbloquear las barreras regulatorias y de inversión que limitan su desarrollo.

A pesar de ello, el biometano ha seguido ganando protagonismo. Actualmente, se estiman 685 proyectos de instalaciones con una producción asociada de aproximadamente 29 TWh/año, sobre la base de las solicitudes de conexión a las infraestructuras de transporte y distribución para 2030. Estos proyectos representan una oportunidad tangible para convertir a España en un referente en esta tecnología, siempre y cuando se implementen las medidas adecuadas para su viabilidad económica y técnica.

El papel del biometano, además, se enlaza con la necesidad de diversificar las fuentes de energía renovable. Esta no solo refuerza la seguridad del suministro, sino que también permite un uso más eficiente de los recursos energéticos disponibles, integrando la economía circular como eje de las estrategias climáticas. Por ello, desde Sedigas reiteramos la importancia de fomentar un marco regulatorio que permita el despliegue completo y sin limitaciones de esta tecnología.

Otra de las prioridades destacadas del PNIEC es el aumento del objetivo de capacidad instalada de electrolizadores de hidrógeno renovable, que pasa de 4 GW a 12 GW. Si bien este avance refuerza la posición de España como líder en hidrógeno renovable, el camino por recorrer es todavía largo. Alcanzar estas metas requerirá adaptar las infraestructuras de gas existentes, optimizando las inversiones necesarias para garantizar una transición eficiente en costes.

En este contexto, el estudio CavendisH2, promovido por Sedigas, destaca la viabilidad técnica de la infraestructura gasista española para integrar hasta un 20% de hidrógeno renovable con inversiones razonables. Este tipo de adaptaciones son fundamentales no solo para cumplir con los objetivos climáticos, sino también para garantizar la seguridad del suministro y la competitividad de la industria nacional.

Otro aspecto esencial ya señalado para la transición energética es la seguridad de suministro. En este sentido, los ciclos combinados desempeñan un papel crucial gracias a su flexibilidad y eficiencia operativa en la generación eléctrica. El PNIEC reconoce la necesidad de mantener la potencia instalada de los ciclos en 26 GW para 2030, un objetivo que celebramos desde el sector gasista. Esta tecnología es fundamental para garantizar un suministro energético estable mientras se integra un volumen creciente de energías renovables intermitentes en el sistema.

2024 ha sentado nuevas y sólidas bases para seguir acometiendo la transición energética, pero también ha puesto de manifiesto desafíos persistentes. La renovación de liderazgos en Europa y España plantea una oportunidad para reforzar la colaboración entre actores públicos y privados, así como para definir una hoja de ruta más ambiciosa y coherente con los retos climáticos y energéticos globales.

El sector gasista tiene un papel estratégico en esta transición. La descarbonización y la neutralidad climática no serán posibles sin una contribución decidida de soluciones como el biometano, el hidrógeno renovable y la optimización de infraestructuras existentes. Asimismo, es imprescindible garantizar un marco regulatorio estable y predecible que fomente la inversión y la innovación en estas áreas.

De cara a 2025, esperamos que los esfuerzos conjuntos de la industria, los responsables políticos y la sociedad civil permitan superar las barreras actuales y aprovechar las oportunidades que ofrece la transición energética. Desde Sedigas, reafirmamos nuestro compromiso de trabajar en esta dirección, convencidos de que un futuro energético equilibrado, competitivo y sostenible es posible si actuamos con determinación y ambición.

En definitiva, 2024 ha sido un año de avances significativos, pero también de aprendizajes. El camino hacia la neutralidad climática es complejo, pero también está lleno de oportunidades para construir un sistema energético más resiliente, justo y sostenible para todos.

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Artículos sobre energía | 17 de enero de 2025 | 338

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