Los edificios comerciales, como oficinas y tiendas, son lugares donde trabajadores y clientes suelen pasar varias horas seguidas. Mantener un confort térmico óptimo es, por tanto, crucial para su bienestar y productividad. Por desgracia, muchos edificios están mal equipados para hacer frente a las fluctuaciones de temperatura, lo que puede acarrear elevados costes en términos de confort y energía.
España, como país mediterráneo, soporta altas temperaturas durante el periodo central del año. Las olas de calor pueden hacer que los locales resulten incómodos, afectando no sólo a la salud y el rendimiento de los empleados, sino también a la satisfacción de los clientes.
Sin embargo, existen soluciones probadas para mejorar la eficiencia energética de los edificios manteniendo un confort térmico adecuado, lo que ofrece muchas ventajas para la economía española.
Tecnologías y ahorro energético
Según un estudio de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), los edificios representan casi el 40% del consumo energético en España. Gran parte de esta energía se desperdicia en edificios energéticamente ineficientes. Invirtiendo en medidas de eficiencia energética, las empresas pueden reducir su consumo de energía, lo que supone un importante ahorro económico a largo plazo. De hecho, un estudio del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) muestra que los edificios energéticamente eficientes pueden reducir sus costes de consumo de energía entre un 30 y un 50%.
El impacto económico de este consumo excesivo de energía es considerable. Otro estudio del IDAE muestra que España gasta casi 4.000 millones de euros al año en energía para edificios, gran parte de los cuales podría reducirse mejorando la eficiencia energética.
¿Cuál es el primer paso? Instalar un sistema de gestión de edificios (BMS), un sistema de control automatizado que proporciona una gestión centralizada de las instalaciones y equipos de un edificio, junto con una solución de control inteligente de los equipos que consumen más energía. Las tecnologías BMS se utilizan cada vez más en las empresas para gestionar la energía y optimizar el consumo de los equipos. De hecho, los BMS pueden ayudar a las empresas a ahorrar energía, mejorar la eficiencia energética de los edificios y reducir los costes asociados al consumo energético.
Los BMS desempeñan un papel vital en el mantenimiento de los edificios. Permite la supervisión en tiempo real de los equipos del edificio, el análisis de datos y la predicción de fallos. Esto permite un mantenimiento proactivo de los equipos en lugar de reactivo. Esta técnica se basa en el análisis de datos en tiempo real, lo que permite predecir averías y fallos antes de que se produzcan. Esto reduce significativamente el tiempo de inactividad de los equipos y mejora la disponibilidad del edificio.
El BMS también es esencial para la gestión energética de los edificios. Permite un análisis preciso de los datos de consumo de energía, lo que puede ayudar a los gestores de edificios a tomar decisiones informadas sobre las operaciones energéticas y aplicar estrategias para reducir el consumo de energía. Los resultados son a menudo notables: un estudio de la Agencia Internacional de la Energía muestra que la implantación de un BMS puede reducir por sí solo el consumo de energía de los edificios entre un 10 y un 30%.
Y lo que es más, el ahorro de energía conseguido gracias a los BMS tiene un impacto positivo en el medio ambiente. Al reducir el consumo de energía, se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero.
Es importante mencionar que el personal humano especializado es clave para mantener y actualizar un BMS y así asegurar su máxima eficiencia. Además esto asegura una mejora constante del sistema y apoyo directo a los miembros de las instalaciones.
La experiencia del ocupante en el centro dependiendo de las consideraciones energéticas
Además del ahorro económico, la mejora de la eficiencia energética de los edificios tiene beneficios tangibles para empleados y clientes. Una investigación de la Universidad de California ha demostrado que unas condiciones de trabajo térmicamente confortables pueden aumentar la productividad de los empleados entre un 6 y un 16% y reducir el absentismo.
Un estudio del IBC, el Consejo Internacional para la Investigación y la Innovación en la Construcción, descubrió que los empleados que trabajan en entornos mal ventilados o sobrecalentados pueden experimentar un descenso de la productividad de hasta el 10%. Estos resultados subrayan la importancia de la eficiencia energética en los edificios para garantizar unas condiciones de trabajo óptimas en España. Al proporcionar un entorno de trabajo agradable, las empresas pueden fomentar el compromiso de los empleados, aumentar su satisfacción y estimular su creatividad.
Además, la eficiencia energética de los edificios puede mejorar la experiencia del cliente. Los consumidores son cada vez más conscientes de las prácticas sostenibles de las empresas y son más proclives a elegir productos o servicios de edificios respetuosos con el medio ambiente. Al crear un ambiente interior confortable y energéticamente eficiente, las empresas pueden atraer y retener a clientes concienciados con el medio ambiente, reforzando su ventaja competitiva en el mercado español.
Confort térmico, sí, pero no sólo
El tema de la climatización y calefacción es el que más a menudo se asocia a esta noción de confort, pero no es el único factor que influye. La iluminación de un edificio comercial tiene un gran impacto en la experiencia y la sensación de los ocupantes.
La exposición a niveles bajos de luz durante el día y a luz brillante por la noche puede alterar el reloj biológico. Algunos estudios apuntan incluso a las consecuencias para la calidad y cantidad del sueño, que puede ser fuente de alteración del estado de ánimo, estrés y, en última instancia, causa de mala salud. Por el contrario, un entorno bien iluminado puede mejorar el rendimiento y ayudar a disfrutar de un sueño más profundo y reparador. Un círculo virtuoso de productividad, energía y bienestar.
En un estudio realizado por el Lightning Research Centre, los participantes que trabajaban en cinco edificios de oficinas estadounidenses llevaban medidores de luz en verano y en invierno para evaluar su exposición a la luz. También registraron cuánto dormían, cuánto tiempo estaban despiertos y su estado de ánimo. Las personas expuestas a una luz brillante entre las 8.00 y las 17.00 horas declararon tener menos problemas de sueño y menos depresión.
Una buena iluminación también elimina el deslumbramiento y las sombras, reduciendo el riesgo de caídas. Esto es especialmente importante en entornos de trabajo peligrosos en los que la salud y la seguridad son primordiales, ya que los resbalones y tropiezos son responsables de una cuarta parte de las lesiones graves.
Por último, el control de la iluminación mediante la modulación de su intensidad también permite crear ambientes diferentes en distintos momentos del día o en distintas zonas. En el comercio minorista, por ejemplo, la iluminación es una parte importante del concepto, ya que permite exponer los productos en distintas zonas.
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