En este contexto exigente, España tiene la oportunidad de liderar la transición energética con el hidrógeno como protagonista, posicionándose como un referente global en esta tecnología, impulsando un impacto socioeconómico positivo y fortaleciendo su independencia energética.

El comienzo del año 2024 estuvo marcado en el sector por los resultados de la primera subasta del Banco Europeo del Hidrógeno, con una asignación de 720 millones de euros para la producción de hidrógeno renovable. Estos resultados destacan el enorme potencial de España para liderar el desarrollo de esta tecnología y el creciente interés de la industria nacional. Con tres de los siete proyectos ganadores y un 35% de las propuestas admitidas a trámite procedentes de España, hemos alcanzado un hito importante como país. Sin embargo, los resultados han dejado retos asociados a las primas reducidas, los tiempos de puesta en marcha y la competencia extracomunitaria.

Con la necesidad de establecer una estrategia clara y ordenada para el desarrollo del hidrógeno en Europa, la apertura de la segunda subasta, con un presupuesto de 1.200 millones de euros, ha marcado un segundo hito para el sector. De este modo, esta nueva convocatoria incluye medidas para fortalecer la industria y corregir la dependencia de terceros países. 

Además, España se ha adherido al mecanismo de Subastas como Servicio (AaaS), con una asignación de entre 280 y 400 millones de euros del Plan de Recuperación y Resiliencia. Esta participación refleja el compromiso de consolidarse como líder en la producción de hidrógeno renovable, impulsando proyectos estratégicos que contribuirán al cumplimiento de los objetivos de la Ley de Industria NetZero y posicionarán a España como un referente en la transición energética.

Por su parte, la Unión Europea no se ha limitado al mecanismo de la subasta, sino que ha desplegado incentivos clave para impulsar el mercado del hidrógeno, como es el caso de los dos nuevos IPCEI, con 8.300 millones de euros de financiación pública, y que, como en el caso de los anteriores, han contado con representación española. A nivel nacional, España ha replicado la ambición europea, y lanzado las ayudas a los Valles de Hidrógeno, de 1.200 millones de euros de presupuesto público; una herramienta estratégica para fomentar la producción y el consumo a gran escala. 

Ante este panorama de consolidación de estrategias y dinamismo, el interés del sector privado en España ha sido notable, como lo demuestra el Censo de Proyectos de la AeH2 2024, que registra 361 iniciativas a nivel nacional, de las cuales 167 son comerciales y podrían alcanzar una capacidad estimada de electrolisis instalada de 13,6 GW para 2030, alineándose con el objetivo de 12 GW establecido en la actualización del PNIEC 2023-2030. Sin embargo, para alcanzar estos objetivos ambiciosos, reflejo de la apuesta nacional, es imprescindible superar barreras como la falta de una demanda consolidada y un marco regulatorio claro y estable.

Con el comienzo del nuevo año, hacemos balance de lo alcanzado y de los desafíos pendientes. Los avances reflejan el compromiso y la determinación de instituciones, empresas, centros tecnológicos y universidades, que han trabajado incansablemente por posicionar al hidrógeno renovable como pilar de la transición energética.

España tiene una oportunidad única para liderar este camino, no solo por sus recursos y capacidad técnica, sino por la visión compartida de un futuro más sostenible. Si coordinamos esfuerzos y fortalecemos estrategias, el hidrógeno será una herramienta clave para la descarbonización, un motor de progreso económico y social y, sobre todo, una apuesta por un mañana mejor.

 Sigamos construyendo juntos el entorno adecuado.