Los cogeneradores industriales españoles atraviesan un momento extremadamente difícil y complejo, dada su particular situación productiva, la imprevista situación de los mercados energéticos y la incertidumbre en cuanto al marco regulado.
En España, la cogeneración es una herramienta energética clave para más de 600 fábricas de sectores industriales calorintensivos como el alimentario, químico, papelero, refino, cerámico, automóvil, etc., que vienen a producir al año el 20% del PIB industrial. La situación sectorial es diversa ya que algunas actividades industriales esenciales como la alimentación, el papel o la química han mantenido o incluso incrementado la actividad por las especiales circunstancias de estos meses de pandemia y estado de alarma, mientras que en otros sectores, como el cerámico, el refino o el automóvil —cerámicas, automóvil o el refino ha ocurrido lo contrario viéndose seriamente afectada la demanda de dichos productos.
La cogeneración industrial tiene su encaje perfecto y está especialmente indicada en las industrias calorintensivas, es decir en las que requieren grandes cantidades de calor y electricidad en sus procesos productivos y en las que los costes energéticos son vitales para competir y mantener más de 200.000 empleos industriales directos en sectores claramente exportadores.
La actividad de la cogeneración en la alerta COVID
La actividad de la cogeneración refleja perfectamente la caída de la producción industrial que ha producido la crisis de la COVID-19 porque si no hay producción industrial, no se requiere cogeneración, luego las cifras de una planta de cogeneración expresan cómo va la actividad industrial asociada. Tras alcanzar una caída del 30% en lo peor de la crisis, desde abril la cogeneración fue marcando una fuerte recuperación y ello ha hecho que hoy los niveles de producción de electricidad y calor se sitúen en el 85% de los alcanzados en 2019. Es evidente que queda mucha producción industrial por recuperar.
España necesita contar con sus cogeneraciones como herramienta óptima para asegurar e impulsar la competitividad de cientos de industrias calorintensivas del país. El 11% de la electricidad nacional provine de cogeneración y de esta cifra la mitad se consume en las fábricas asociadas junto con el calor necesario para los procesos productivos. Para esa generación se utiliza el 25% del consumo nacional de gas (40% del total industrial), siendo la tecnología de mayor eficiencia energética.
Las consecuencias de la COVID en los mercados de electricidad y gas han generado un imprevisto desplome de los mercados energéticos de electricidad y gas a niveles de precios mínimos históricos, lo que complica mucho la gestión energética en las industrias cogeneradoras, ya que las contrataciones industriales de gas y otros combustibles obedecen a contratos anuales o de mayor plazo que muchas veces no se referencian a mercados spot. Las medidas legales de flexibilización de contratos de suministro asociados al estado de alarma también han requerido una gestión adaptativa entre industrias y proveedores. El desplome del precio del mercado eléctrico ha conllevado para los cogeneradores obtener menores ingresos con mayor financiación de los ingresos regulados, en función de que todas las previsiones oficiales se han quedado desfasadas.
La regulación y los necesarios y urgentes ajustes
En enero pasado se estableció el marco regulatorio de la cogeneración 2020 con una previsión de pool de 54 €/MWh, es decir nada que ver con los precios que estamos viendo este año de unos 33 €/MWh. La situación no puede esperar y los cogeneradores hemos pedido al Gobierno que ajuste urgentemente el valor del mercado en su regulación. El Ministerio lo está estudiando pero aún no hay noticias sobre cuándo y cómo se llevará a cabo. La incertidumbre es total porque la retribución actual solo está vigente hasta el 1 de julio y hay que ajustar el desfase en los precios eléctricos. Cada seis meses se revisan los costes de las cogeneraciones y se actualizan sus retribuciones, un proceso periódico que se descalabra si el Ministerio no publica las actualizaciones a tiempo. En los diferentes escenarios de cada industria cogeneradora, sin conocer la retribución para el próximo semestre es imposible saber si se cubrirán los costes de producción; para poder operar las plantas es imprescindible que se promulgue la Orden para el segundo semestre antes del 1 de julio. Hay que evitar que las industrias incurran en graves riesgos económicos por lo que el Ministerio debe cumplir su labor y publicar las retribuciones a tiempo para que los cogeneradores podamos tomar decisiones sobre si producir o no.
Plantas al final de su vida útil
Unos 450 MW en medio centenar de plantas llegan al final de su vida útil este año. En tres años llegará casi la mitad del sector: más de 200. La cogeneración lleva seis años esperando un plan de renovación de instalaciones como establece la Ley del sector eléctrico 24/2013 y ahora va terminado la prórroga retributiva de dos años. Hay que establecer un marco de futuro para la actividad y sus inversiones asociadas porque es vital para la industria y la descarbonización, siendo esta tecnología la mejor para que la industria acometa la transición energética.

El COVID y sus consecuencias aconsejan que se revise el PNIEC 2021-2030 que ha quedado desfasado en aspectos clave para la industria y la descarbonización, la cogeneración y el desarrollo del gas renovable. Si se sigue adelante tal y como está el plan, una de cada tres plantas de cogeneración desaparecerá, en diez años de únicamente habrá 1.200 MW de los 2.600 MW que llegan al final de su vida útil sin alternativa ni soluciones que permitan sustituir la labor de descabonización, ahorro energético y eficiencia de esas plantas en la industria. Las consecuencias de reducir las aportaciones de la cogeneración en la próxima década —al contrario de lo que hacen Alemania o Italia— implicaría un incremento en los costes energéticos del 20% para unas 250 industrias con graves consecuencias para el 6% del PIB industrial y sus aportaciones socioeconómicas y de empleo.
Reducir las aportaciones de la cogeneración que contempla el PNIEC, hace que el país retroceda anualmente un 0,7% en eficiencia nacional y más de 4% en el global de la industria con un 15% de empeoramiento de la eficiencia en los sectores calorintensivos que emplean la cogeneración. El PNIEC ha olvidado las necesidades de la industria calorintensiva que no es susceptible de electrificación por razones técnicas de alta temperatura y por razones de competitividad. Además de apoyar el desarrollo de eólica y fotovoltaica, el PNIEC debería contemplar el desarrollo del gas renovable y la cogeneración como elementos esenciales del desarrollo energético e industrial del país.
Es indispensable revisar el PNIEC tras la COVID 19 y mejorar su tratamiento de la cogeneración como oportunidad para la descarbonización y el desarrollo del gas renovable. La cogeneración es la gran aliada de la industria para seguir liderando la descarbonización industrial a 2030 y alcanzar la neutralidad climática a 2050, de la mano del gas renovable y del hidrógeno y para progresar en autoconsumo, hibridación con tecnologías renovables e introducción de gases renovables avanzando así en la neutralidad climática de las industrias con cogeneración. La cogeneración puede ser renovable con el desarrollo del gas renovable, biogás, syngas y, sobre todo, hidrógeno.
El desarrollo de gas renovable es esencial para la descabonización de la industria, algo que imprescindiblemente debe hacerse de manera competitiva. Mientras se desarrollan las nuevas generaciones, el gas sigue siendo el combustible por excelencia en la industria y la cogeneración es la técnica más eficiente para su empleo.
En la industria cogeneradora necesitamos seguridad jurídica para seguir fabricando y para captar inversión porque gran parte de las decisiones industriales pasan por contar con energía competitiva y con marcos energéticos que promuevan la competitividad. La situación de incertidumbre regulatoria de la cogeneración es un reflejo de unas políticas energéticas y de descarbonización que no están considerando las necesidades industriales. Contar en España con industria pasa también por la energía.
Garantía de industria competitiva y descarbonización
En nuestro país debe apoyarse un desarrollo conjunto de la cogeneración y las energías renovables, al igual que lo están haciendo en otros países industrializados como Alemania o Italia. El futuro de la cogeneración pasa por seguir liderando con la industria calorintensiva la mayor eficiencia energética, una total flexibilidad operativa, hibridación con renovables y mayor descarbonización hacia la neutralidad climática y la cogeneración renovable.
España debe realizar una transición energética eficaz y eso solo puede hacerse de la mano de la industria calorintensiva, donde la cogeneración es la mejor alternativa, una tecnología imprescindible que aporta competitividad, eficiencia energética y descarbonización, reduce entre un 20% y un 35% las emisiones CO2 en la generación eléctrica a gas, ahorra 13 millones barriles petróleo y 8 millones de Ton CO2 cada año. Ahí están los hechos.
Artículo escrito por:
Javier Rodríguez
director general de ACOGEN