Por fin, en el mes de febrero llegó el anuncio de la publicación del borrador de RD por el que se regulará la producción de energía eléctrica en instalaciones ubicadas en el mar. Primer hito esperado después de la publicación el año pasado del Real Decreto 150/2023 aprueba los planes de ordenación del espacio marítimo (“POEM”) de las cinco demarcaciones marinas españolas.
El nuevo RD, va un poco más allá, regulando un procedimiento de concurrencia competitiva que la Ad- ministración General del Estado otorgará a las instalaciones de generación eléctrica ubicadas en el mar territorial, y en éste se establecerá el régimen retributivo, así como su otorgamiento y revocación, avalados por la Ley 24/2013.
En esta propuesta normativa destacamos, además, que se identifica en la Dirección General de Política Energética y Minas de la Secretaría de Estado de Energía del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico el órgano sustantivo y, también que el órgano ambiental recaerá en la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Será la Dirección General de la Costa y el Mar, la encargada de otorgar las concesiones de ocupación del dominio público marítimo-terrestre que resulten exigibles y será la Dirección General de la Marina Mercante de la Secretaría General de Transporte y Movilidad del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible la responsable de autorizar las activi- dades cuando puedan afectar a la seguridad marítima.
Por otra parte, este RD también regulará la convocatoria del procedimiento establecido por concurrencia competitiva y establecerá los requisitos exigibles para poder participar, y se espera tal y como recoge su publicación que tengan en “cuenta otros criterios, como la ocupación de espacio, la minimización del impacto ambiental, planes para desmantelamiento de los equipos al final de su vida útil, creación de empleo e industria locales, participación de Pymes, o la incidencia sobre la navegación, o el apoyo a otros sectores económicos, como la pesca”.
Cabe señalar que, entre las novedades más reseñadas de esta propuesta, se encuentra la de la necesidad de celebrar encuentros de diálogo público-privado que ayuden a favorecerer el despliegue y la compatibilidad del sector de la eólica marina, con otros usos del mar. Una cuestión que, desde luego, no es menor desde el punto de vista de que el desarrollo de este nuevo sector podría conllevar puntos de desencuentro con grupos locales, en tanto en cuanto podría alterar el desarrollo normal de sus actividades socioeconómicas o de las condiciones ambientales de la zona. Es por ello que es crítico tener en cuenta todas las aportaciones de la comunidad local, de manera que se les haga partícipes del proyecto desde sus comienzos, y se integren sus recomendaciones y estudien sus consideraciones en favor de la contribución al desarrollo sostenible local con la puesta en marcha de estas instalaciones de generación de energía renovable. Estos espacios de comunicación y foros de encuentro con los distintos agentes de la región se convierten a su vez en fuentes muy ricas de información sobre la casuística socioeconómica local; información de gran valor para los proyectos de eólica marina, como tractores de desarrollo tecnológico y promoción de la competitividad local.
Así bien, una vez publicado este primer borrador de RD, se espera que en los próximos meses, y durante la fase de alegaciones que en el proceso de participación pública se produzcan, se avance en algunas de las incertidumbres primeras que se tenían desde el sector de la eólica. Caso, por ejemplo, el de la fecha de comienzo de la cuenta atrás para que los primeros parques eólicos lleguen a ser una realidad en España. Pero ¿qué otras incertidumbres están aún pendientes de ser resueltas? Algunas de éstas determinarán no sólo la posibilidad de una implantación necesaria para cumplir con los objetivos de descarbonización, sino que se consiga una implantación exitosa en términos de impacto social, ambiental y económico de estos proyectos.
En este sentido, algunas voces relevantes de las asociaciones del sector apuntan a la imperiosa necesidad de abordar cuestiones técnicas relacionadas con la innovación, la inversión, la logística, las operaciones de mantenimiento o las repercusiones ambientales de los proyectos, como las interacciones con otros sectores de actividad.
Otra de las necesidades para superar obstáculos es la creación de grupos de trabajos como es el ejemplo en Canarias la Mesa de la “Energía Eólica Marina” una iniciativa que ha querido contar con los distintos representantes y agentes de las entidades relacionadas con este sector.
En la línea de apuntar a una de las incertidumbres que no está aún resuelta es la que abordaremos en los siguientes párrafos. El cambio climático exige una apuesta por aprovechar el potencial de la producción de energía en el mar. Pero son otros los impactos ambientales que se verían reducidos o miti- gados, como por ejemplo la reducción de la posibilidad de derrames en el mar, debido a la importante reducción del transporte marítimo de petróleo o gas, gracias al despliegue de la eólica y a la reducción de la dependencia de estos combustibles para la producción eléctrica. La tecnificación de las empresas para dar respuesta a las necesidades del sector, la aplicación de nuevas tecnologías, el conocimiento adquirido y la posibilidad de prestar servicios a nivel internacional, son otras cuestiones que suponen un verdadero impacto positivo sobre la comunidad local y el sector de las renovables en particular.
Estas ventajas indiscutibles deben, además, apoyarse en una mayor intensidad de trabajo de medición de impactos ambientales significativos. Evaluar los riesgos es oportuno y vital y sustentará la adopción de medidas de gestión que minimicen los impactos y la sostenibilidad ambiental del sector de la energía eólica marina.
Con el objeto de objetivar esta realidad, nos remitimos al informe “Reviewing the ecolo- gical impacts of offshore wind farms”1 publi- cado el año pasado en el que se apunta que los estudios científicos que han abordado este problema han demostrado una brecha entre los riesgos percibidos y reales. Los primeros surgen de la incertidumbre o la falta de datos sobre los impactos ambientales reales de los dispositivos de energía oceánica. En consecuencia, las incertidumbres relativas a la evaluación de los impactos resultantes de las presiones acumulativas causadas por los dispositivos de producción, también provocan retrasos sustanciales durante el proceso de autorización.
Es por lo tanto urgente investigar múltiples interacciones entre las actividades humanas y los elementos del ecosistema, dado que los futuros desarrollos de la energía eólica se sumarán a los impactos acumulativos ya producidos por las actividades existentes junto con la demanda creciente del espacio por otras actividades y, por su puesto, el cambio climático.
Y es, por lo tanto, necesario soportar con datos que ayuden a la administración a poder tomar decisiones en base al conocimiento científico y, por lo tanto, con las garantías suficientes para garantizar el éxito del despliegue de la eólica marina.
Por consiguiente, del total de los 19 lugares con alto potencial para el desarrollo de la eólica en las costas españolas, que aglutinan 5.000 kilómetros cuadrados que representa un 0,46% de las aguas jurisdiccionales del espacio marítimo español, necesitan avanzar rápidamente en despejar dudas sobre su potencial real, no sólo en torno al recurso eólico, sino también a los condicionantes ambientales. Esto no será posible sin un conocimiento exhaustivo de los fondos marinos, de sus profundidades, morfologías, hábitats y ecosistemas presentes, que ayude en el diseño de los futuros parques en cuanto a su disposición, distribución y anclaje al fondo y que aseguren los mayores ratios de competitividad y minimicen al máximo el riesgo medioambiental.Así pues, es crucial en esta fase inicial del desarrollo de este sector, apostar por la generación de conocimiento marino de calidad, bajo los estándares internacionales exigidos. Aprovechar las diferentes metodologías y tecnologías que existen en el mercado, así como el gran experiencia de años de desarrollo en campo levantando este tipo de información en un país como es España, con una franja costera tan amplia. La exploración integral del medio marino y sus ecosistemas se convierte no sólo en oportunidad, sino en necesidad para la definición de proyectos de eólica marina sin poner en entredicho la calidad ambiental de estos recursos.
Esta incertidumbre es aún grande por lo que, en los próximos encuentros del sector será un asunto para seguir hablando, trabajando, aportando soluciones y, desde nuestra posición y de las empresas consultoras, insistir en que el éxito de los retos se fundamenta en una apuesta de inversión en innovación y en conocimiento científico seseando que no sea este tema uno más que haga bueno el refrán castellano “Palabras y plumas, el viento las lleva” y que sea el viento quien nos traiga progreso y una sociedad más sostenible.
Referencia
Galparsoro, I., Menchaca, I., Garmendia, J.M. et al. Reviewing the ecological impacts of offshore wind farms. npj Ocean Sustain 1, 1 (2022). https://doi. org/10.1038/s44183-022-00003-5
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