El cambio climático se ha convertido en un asunto muy relevante para las empresas, que buscan soluciones para reducir las emisiones y el consumo de energía manteniendo la máxima productividad. Internet de las Cosas (IoT) es primordial para facilitar este cambio de prioridades. Según un informe del Foro Económico Mundial, el 84% de las implantaciones de IoT atienden o tienen el potencial de atender los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.
Es aquí donde hace entrada en escena la eficiencia. En paralelo a la adopción por parte de las empresas de una gestión más inteligente y sostenible de los activos, siguen teniendo una máxima importancia la gestión de riesgos y la resiliencia de la cadena de suministro. Para optimizar el tiempo, la energía y los recursos destinados al seguimiento de productos, las tecnologías IoT deben cubrir las brechas de visibilidad relacionadas con la gestión de activos y cumplir al mismo tiempo los objetivos económicos y medioambientales para proteger nuestro planeta.
Nuevos niveles de eficiencia
Las tecnologías IoT proporcionan datos, análisis e ideas para mejorar la eficiencia de los procesos, aumentar la productividad y disminuir el volumen de residuos. Estos han sido siempre objetivos de IoT pero su potencial se había visto limitado anteriormente debido a dificultades en el desarrollo, la implementación y la adaptación de estas soluciones.
Esta situación ha cambiado. Las redes de sensores IoT son fáciles de instalar y permiten a las empresas recoger datos de diferentes aplicaciones, controlar el consumo de recursos y localizar activos o personas. Los avances en la integración de la geolocalización y la conectividad de la red están eliminando zonas sin cobertura durante el transporte y la logística, por lo que ofrecen más precisión que nunca.
Esto no es solo aplicable al envío de mercancías, si bien no se puede infravalorar la posibilidad de conocer la localización de los productos en la cadena de suministro en todo momento, desde almacenes y buques de carga hasta camiones o aviones. En la actualidad, los agricultores y los ganaderos pueden aprovechar IoT para medir las condiciones meteorológicas que afectan a la producción de las cosechas, supervisar la salud del ganado, obtener el máximo rendimiento y sacar el máximo provecho a sus recursos. Los sensores IoT también permiten disponer de soluciones inteligentes y sostenibles para gestionar el desperdicio de alimentos. Es aquí donde se hace realidad el potencial de IoT por su bajo consumo y largo alcance.
Datos y análisis, claves para un funcionamiento más fluido
Existen desde luego muchas soluciones IoT entre las cuales escoger. Si las empresas no pueden generar y capturar los datos correctos no pueden aplicar de manera eficiente unos sistemas que actúen responsablemente desde un punto de vista fiscal y medioambiental. El acceso a los datos permite que las empresas dispongan de información precisa generada de modo eficiente, además de ahorrar dinero y mejorar su rendimiento total.
Esta propuesta puede ser exigente, ya que los activos son diferentes en cuanto a tamaño, complejidad, localización y proximidad entre sí. Las herramientas tradicionales, con un gran ancho de banda y un elevado consumo de energía, si bien son excelentes para capturar vídeo o transmitir grandes cantidades de datos, no están bien preparadas para abordar la complejidad que conlleva el seguimiento de activos.
Como resultado de ello las redes LPWAN (low power wide area networks) capturan datos y proporcionan un análisis, ofreciendo así conexiones de larga distancia a las empresas junto con una mayor autonomía de la batería. Esto no solo minimiza el coste que supone desplegar una red de supervisión sino que evita la necesidad de sustituir la batería de forma periódica, lo cual puede prolongar las brechas en la cobertura. Las redes LPWAN también permiten colocar los sensores en lugares de difícil acceso con el fin de suministrar los datos necesarios en lugar de instalarlos en función de la alimentación o la conectividad disponibles, y suministrar esos datos de nuevo a los sistemas de software para la monitorización en tiempo real.
Las empresas que saben que disponen de datos precisos y actualizados están mejor posicionadas para tomar decisiones fundamentadas sobre la gestión de activos. Las redes IoT y los sensores alimentados por baterías pueden aumentar el potencial del sistema ya que proporcionan datos en bases de datos de aprendizaje automático para identificar patrones, advertir sobre fallos potenciales en los equipos y facilitar la ubicación exacta de los recursos.
Cumplimiento de los objeticos medioambientales
Las empresas tratan desde hace mucho tiempo de gestionar y visibilizar los activos con el fin de aumentar su productividad. Según un estudio de Gartner, en 2025 los planes de sostenibilidad ayudarán a mejorar la eficiencia de los recursos y la resiliencia de sus cadenas de suministro. Las soluciones IoT cuentan con el potencial para catalizar las iniciativas sociales y medioambientales que disminuirán el impacto medioambiental de las empresas. Además, según un reciente estudio de IoT Analytics, el 75% de las soluciones IoT respaldan los objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas y las soluciones de larga distancia y bajo consumo forman parte de esa estrategia. Al invertir en las soluciones IoT adecuadas, las empresas pueden medir su impacto sobre el medio ambiente en tiempo real e introducir cambios con el fin de eliminar ineficiencias.
Por ejemplo, la instalación de sensores IoT en almacenes y oficinas para controlar los niveles de stock y localizar materiales reduce la pérdida de activos y el desaprovechamiento del stock. Esto también es válido para el uso o el desperdicio de energía debido al aire acondicionado, las fugas de agua, la distancia recorrida por los productos transportados y otros microelementos de las operaciones que contribuyen a una deficiente gestión medioambiental.
Estas soluciones afectan de forma directa a la rentabilidad pues permite que las empresas obtengan unos resultados que también mejoren los beneficios significativamente con una reducción del consumo de energía y de materias primas junto con la generación de menos residuos y menos contaminación, minimizando así el daño medioambiental provocado por la actividad económica.
Mirando hacia el futuro
IoT puede ser un elemento clave del control medioambiental gracias a su máximo aprovechamiento de las eficiencias y las operaciones. Las soluciones IoT avanzadas son ideales para equilibrar los objetivos fiscales y medioambientales.
Las empresas saben que les exige prestar más atención a la sostenibilidad como pilar fundamental de sus operaciones. Para evitar que le tomen por sorpresa; infórmese sobre cómo la tecnología IoT puede ayudarle a cubrir sus necesidades y a crear un planeta más conectado y sostenible.
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