Las eléctricas reclaman más inversiones en redes para dar respuesta a las necesidades de la nueva demanda

La inversión en redes en España representa el 0,2% del PIB, por debajo de países como Alemania o Países Bajos, que destinan más del doble.
La inversión en redes en España representa el 0,2% del PIB, por debajo de países como Alemania o Países Bajos, que destinan más del doble.
Un marco retributivo poco atractivo, las áreas de mejora administrativas, una retribución al capital insuficiente o la incertidumbre regulatoria son algunos de los factores que frenan el despliegue de las redes eléctricas en España. Así lo recoge el informe presentado en Madrid por Deloitte.
El análisis identifica que la inversión en redes en España representa el 0,2% del PIB, por debajo de países como Alemania o Países Bajos, que destinan más del doble. Además, identifica grandes áreas de mejora para poder abordar el reto de electrificar la demanda.
Adicionalmente, a pesar de las barreras identificadas, el informe subraya que las redes eléctricas atraviesan un punto de inflexión convirtiéndose en un factor estratégico para reforzar la competitividad económica, impulsar la reindustrialización y atraer nuevas inversiones industriales. Una red más moderna y digitalizada permitirá gestionar una demanda cada vez más compleja, facilitar la integración de energías renovables, mejorar la resiliencia frente a eventos críticos y garantizar a los consumidores un suministro estable y competitivo.
“Las redes eléctricas son la columna vertebral del sistema energético y una palanca de competitividad para España. Sin un marco regulatorio estable y atractivo que incentive la inversión, nuestro país corre el riesgo de perder una oportunidad histórica de reindustrialización. La electrificación de la economía, la atracción de nuevas industrias y la creación de empleo dependen de que seamos capaces de desplegar infraestructuras modernas, resilientes y digitalizadas. No actuar ahora supondría frenar la transición energética y limitar el desarrollo industrial de las próximas décadas”, ha subrayado Marta Castro, directora de Regulación de aelēc.
Por su parte, Laureano Álvarez, socio de Energía de Monitor Deloitte, ha señalado que “modernizar y digitalizar las redes no es solo reforzar infraestructuras, es dotar a España de la capacidad para integrar renovables, gestionar una demanda más compleja y garantizar un suministro fiable y competitivo. Las redes son la llave que conecta la transición energética con la transformación industrial y tecnológica, y su desarrollo permitirá que nuestro país lidere en sectores como la movilidad eléctrica, los centros de datos o el almacenamiento energético”.
Claves para aprovechar la oportunidad de país
Para revertir esta situación, el documento plantea varias recomendaciones estratégicas. En primer lugar, considera imprescindible atraer inversión en redes a España mediante un marco regulatorio más competitivo que ajuste la tasa de retribución al coste real de capital y a los niveles de países europeos de referencia, en torno al 7,5%. También subraya la necesidad de adecuar los límites de inversión, en línea con el nuevo Real Decreto de planes de inversión, para facilitar la conexión de nueva demanda y reducir el porcentaje de solicitudes rechazadas.
Asimismo, propone aprovechar mejor la red existente, priorizando proyectos más maduros, extendiendo las garantías económicas a solicitudes de baja tensión y estableciendo hitos intermedios que acrediten el grado de avance de los proyectos. Finalmente, aboga por avanzar en la regulación de la flexibilidad, lo que permitiría habilitar un papel más activo del consumidor, fomentar la adaptación de la demanda y el almacenamiento energético y optimizar el uso de los recursos distribuidos.