La eólica flotante ha demostrado su viabilidad técnica gracias al buen funcionamiento de algunos prototipos y demostradores con pocas unidades de aerogeneradores flotantes. Aunque varios países ya han asignado zonas para el despliegue de grandes parques a partir de 2030, todavía es necesario reducir los costes para dar el salto a su despliegue comercial
La expansión de las energías renovables será esencial para el éxito de la transición energética y la descarbonización. De acuerdo con los planes de despliegue de las energías renovables, la energía eólica marina tendrá un papel protagonista en el mix energético. La tecnología fija al fondo está en fase de desarrollo comercial, con inversiones e instalaciones anuales que se van consolidando en mercados como Europa, China, EEUU o Taiwan, entre otros. Sin embargo, para alcanzar los objetivos previstos para la eólica marina, es necesario explotar el vasto recurso disponible en zonas de mayor profundidad, donde la eólica flotante es la única solución viable.
La eólica flotante ha demostrado su viabilidad técnica gracias al buen funcionamiento de algunos prototipos y demostradores con pocas unidades de aerogeneradores flotantes. Aunque varios países ya han asignado zonas para el despliegue de grandes parques a partir de 2030, todavía es necesario reducir los costes para dar el salto a su despliegue comercial. Y, para conseguirlo, hay que superar retos técnicos específicos de la tecnología, como la fiabilidad de los sistemas de fondeo, garantizar la vida útil de los cables dinámicos, asegurar el comportamiento a fatiga de los elementos estructurales o caracterizar la dinámica de todo el sistema mediante análisis integrados de cargas.
Tecnalia y Nautilus, gracias a sus más de 10 años de experiencia desarrollando eólica flotante, pueden ofrecer servicios de ingeniería en todos los ámbitos mencionados, además de proporcionar apoyo en las fases iniciales de solicitud de permisos para el despliegue de parques comerciales.