Las plantas de cogeneración producen electricidad y calor al mismo tiempo y son idóneas para una gran cantidad de aplicaciones, desde los edificios de viviendas hasta las empresas. Su sostenibilidad se debe a la producción combinada de calor y electricidad (PCCE) con una gran eficiencia y el aprovechamiento de fuentes de energía renovables. Por eso, el erario público subvenciona tanto las inversiones como la inyección de la energía generada en la red. Además, la compra de equipos usados puede acelerar la amortización y fomenta el uso sostenible de las plantas usadas.

Las plantas de cogeneración son unidades de producción de energía modulares y flexibles que generan tanto electricidad como calor. Se emplean en los más variados ámbitos, desde los edificios residenciales hasta las pequeñas y medianas empresas. Están concebidas de tal manera que se puede ubicar en las inmediaciones del consumidor para minimizar las pérdidas de calor por el transporte y alcanzar así una gran eficiencia en el aprovechamiento de la energía.

Sostenibilidad por la producción combinada de calor y electricidad
La tecnología de la producción combinada de calor y electricidad (PCCE) que se utiliza en las plantas de cogeneración permite un aprovechamiento casi total de la energía empleada, ya que el calor resultante de la generación de energía se emplea directamente a modo de calefacción o para el tratamiento del agua.

La pieza nuclear de una planta de cogeneración suele ser un motor de combustión, cuya energía mecánica se convierte en electricidad a través de un generador. A diferencia de otros sistemas, en las plantas de cogeneración el calor de las emisiones de la combustión se reutiliza en un intercambiador de calor para calentar agua. En vez de destinar agua a la calefacción, a este calor de procesos se le pueden dar muchos usos alternativos, como producir vapor de agua o calentar aire o aceite. Otra opción es la climatización, cuando una bomba de calor por absorción emplea este calor para producir frío.

Cuando se utiliza el calor de producción al máximo y localmente, y con el empleo de motores de combustión muy eficientes, las plantas con tecnología PCCE pueden tener una eficiencia de hasta el 90% (referida al poder calorífico).

Sostenibilidad por fuentes de energía renovables
Existe una amplia paleta de combustibles para el funcionamiento de las plantas de cogeneración, cuya elección depende del tipo de motor utilizado. Los combustibles fósiles, como el gasóleo y el gas natural, forman parte de estas opciones tanto como las fuentes de energía renovables. Entre las últimas, el aceite de palma y el de colza son los principales representantes del aceite vegetal, así como el biodiésel, empleado prioritariamente en los motores diésel.

Las alternativas sostenibles para los motores de gasolina son el biogás, el gas de alcantarilla y el gas de vertedero. También las materias primas renovables, como los pélets o las virutas de madera, se emplean en motores y máquinas de vapor especialmente adaptados para estos materiales. Los motores diésel y los motores Stirling permiten operar las plantas de cogeneración con gasóleo de calefacción ligero.

La rentabilidad de las plantas usadas
Para contemplar la rentabilidad total de las plantas de cogeneración no solo se contabilizan los costes directos de funcionamiento, la inversión y la amortización, los costes del combustible y los gastos de mantenimiento, sino también el autoconsumo de electricidad y calor y los ingresos por su venta. Existen subvenciones oficiales para fomentar su uso.

Un factor esencial para la rentabilidad de estas plantas es contar con un número suficiente de horas al año en funcionamiento a máxima potencia, ya que así se aumenta notablemente el excedente sobre el consumo, electricidad que se inyecta a la red pública. La cantidad de energía inyectada, sobre todo la que generan las plantas de cogeneración operadas con energía renovable, se paga a precios frecuentemente superiores, subvencionados. En el caso de las plantas de gran tamaño existe la posibilidad de obtener un rendimiento por el calor generado y vendido a la red pública.

Para reducir notablemente los costes de inversión de una planta de cogeneración, se puede recurrir a la adquisición de una planta usada. Un ejemplo es la planta de cogeneración (940 kW) disponible a subasta en Surplex.com y ubicada en Vallemare, Pescara, Italia, del año 2012. Esta planta está indicada especialmente para su funcionamiento con aceites vegetales, como los de colza, girasol y soja, pero debido a su sistema de alimentación complejo también es apto para la combustión de grasas de origen animal y de aceite de palma. La adquisición de una planta usada de estas características mediante Surplex no solo supone una inversión a precio reducido en energía sostenible, la reutilización de máquinas también contribuye de forma activa al ahorro de recursos y, por ello, a la sostenibilidad medioambiental.