La Comisión Europea ha aprobado el Pacto Industrial Limpio, un nuevo marco estratégico destinado a reforzar la competitividad y la resiliencia de la industria europea, al tiempo que acelera su descarbonización. El plan responde a los altos costes energéticos, la competencia global y la necesidad de garantizar la sostenibilidad del tejido industrial europeo.

Así, el Pacto Industrial Limpio pone el foco en dos sectores clave: las industrias intensivas en energía, que requieren apoyo urgente para avanzar en su electrificación y descarbonización, y el sector de las tecnologías limpias, considerado esencial para el futuro industrial de la Unión Europea.

Principales medidas
Entre las medidas incluidas en el plan, destacan:

1. Energía asequible: se implementará un Plan de Acción para una Energía Asequible, con el objetivo de reducir los costes energéticos mediante la agilización de las renovables, la electrificación y una mayor integración del mercado energético europeo.

2. Estímulo de la demanda de productos limpios: la Ley de Aceleración de la Descarbonización Industrial promoverá el uso de criterios de sostenibilidad y resiliencia en las contrataciones públicas y privadas, además de introducir una etiqueta voluntaria de intensidad de carbono para productos como el acero y el cemento.

3. Financiación de la transición: el Pacto prevé movilizar más de 100.000 millones de euros para apoyar la fabricación limpia. Este monto incluye nuevos marcos de ayudas estatales, el refuerzo del Fondo de Innovación y la creación de un Banco de Descarbonización Industrial.

4. Circularidad y acceso a materias primas: se establecerán mecanismos de compra conjunta de materias primas críticas y un Centro de Materias Primas Fundamentales, con el objetivo de mejorar las condiciones de acceso y fomentar una mayor circularidad de los materiales utilizados por la industria. Para 2026, la Comisión presentará una Ley de Economía Circular, con el objetivo de que el 24% de las materias utilizadas provenga de procesos circulares en 2030.

5. Protección comercial y cooperación internacional: el Pacto contempla nuevos acuerdos comerciales y asociaciones estratégicas para asegurar el acceso a materiales esenciales. Al mismo tiempo, se reforzarán los instrumentos de defensa comercial y se simplificará el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (MAFC) para proteger a la industria europea frente a la competencia desleal.

6. Formación y empleo: se pondrá en marcha una Unión de Competencias, dotada con 90 millones de euros a través de Erasmus+, para formar y capacitar a los trabajadores de sectores clave, fomentando el empleo de calidad y apoyando a los trabajadores afectados por la transición industrial.

Reacciones al Pacto Industrial Limpio

• Sedigas (Asociación Española del Gas)

Sedigas valora positivamente el Pacto Industrial Limpio de la Comisión Europea, destacando el papel clave de los gases renovables (biometano e hidrógeno renovable) para la descarbonización y la competitividad industrial.

La asociación reclama que los objetivos del Pacto se conviertan en políticas concretas y vinculantes para los Estados miembros, acompañadas de incentivos fiscales y mecanismos de financiación que impulsen la producción y el uso de estos gases.

También pide adaptar las infraestructuras gasistas para facilitar la integración de los gases renovables, y defiende mantener la libertad de negociación en los contratos internacionales de suministro energético, frente a la posible creación de una entidad compradora única.

Sedigas concluye que, en un contexto de volatilidad energética, el apoyo decidido a los gases renovables es clave para asegurar un suministro limpio, seguro y competitivo para la industria europea.

• Fundación Renovables

La Fundación Renovables critica que el Plan de Acción para la Energía Asequible priorice inversiones en proyectos de gas natural licuado (GNL) fuera de la UE, apostando por contratos a largo plazo que refuerzan la dependencia energética de terceros países.

La fundación considera que esta estrategia contradice el Pacto Verde Europeo y frena la electrificación y la expansión de las renovables, que son clave para reducir costes y la volatilidad energética.

También rechaza la propuesta de acelerar autorizaciones para reactores nucleares, alertando sobre sus altos costes y riesgos de seguridad.

Además, vinculan esta estrategia al interés de Estados Unidos, acusando a la UE de plegarse a las presiones de Donald Trump para aumentar las compras de gas norteamericano, gran parte procedente de fracking, una técnica prohibida en Europa.

En definitiva, la fundación considera que el plan es una oportunidad perdida para acelerar la transición energética y advierte que desviar inversiones hacia el GNL y el gas fósil perpetuará un modelo de colonialismo energético extractivo en vez de apostar por la electrificación renovable y la eficiencia.