Las plantaciones de marihuana consumen de forma ilegal la electricidad equivalente al consumo anual de una ciudad como Sevilla

Los enganches vinculados al cultivo de marihuana representaron el 28% de la energía defraudada en los casos detectados por Endesa el pasado año. El número total de fraudes eléctricos detectados en 2022 superó los 55.000, más de 150 al día.

Endesa, a través de su filial de Redes e-distribución, ha detectado en los tres últimos años cerca de 190.000 casos de fraude eléctrico. Tan sólo en 2022 se cerraron 55.167 expedientes de fraude, lo que supone una media superior a 150 al día, con un peso creciente de los casos relacionados con plantaciones de marihuana. Las estimaciones indican que el consumo anual de electricidad de manera ilegal para alimentar estas plantaciones de marihuana asciende a 2.200 GWh, el equivalente al consumo de la ciudad de Sevilla en un año.

El fraude eléctrico genera importantes perjuicios en los entornos en los que se produce. Provoca cortes de luz en zonas con alta saturación de casos, incendios y descargas que pueden afectar tanto al que manipula la instalación eléctrica como a los que le rodean con consecuencias muy graves que pueden derivar incluso en la muerte.


Robo de luz para el cultivo de marihuana
Los problemas se hacen especialmente evidentes en las zonas donde se concentra el fraude vinculado a las plantaciones de marihuana en el interior de viviendas o edificios, conocidas como plantaciones ‘indoor’. Los datos del Anuario Estadístico del ministerio del Interior indican que en 2021 se decomisaron en España más de 3,3 millones de plantas de cannabis, un 96% más que en el año anterior y un 240% más que en 2018, de los que una parte importante correspondieron a plantaciones indoor.

Durante el pasado año Endesa desmanteló, en colaboración con las Fuerzas de Seguridad, en torno a 1.800 fraudes para alimentar plantaciones de marihuana lo que supone una media de cinco cada día. El número de fraudes vinculados a plantaciones supuso el 3,2% sobre el total gestionado el pasado año, pero concentraron el 28% de la energía defraudada, con un incremento interanual del 7,8%, lo que evidencia el alto consumo de estas instalaciones y la distorsión que generan en la red de distribución eléctrica de las zonas donde se ubican.

Cada plantación consume, de media, como 80 viviendas. Los sistemas de iluminación y ventilación utilizados para acelerar el crecimiento de las plantas necesitan electricidad las 24 horas del día y la obtienen mediante enganches ilegales que provocan situaciones de gran riesgo eléctrico. Estas sobrecargas hacen que actúen las protecciones de los centros de transformación o que se quemen líneas subterráneas o incluso centros de transformación afectando a los vecinos de las zonas próximas.


Consecuencias en el suministro
Cada vez que se funde un fusible por la sobrecarga de la red hay que reponerlo para poder recuperar el suministro, pero para realizar el cambio hay que esperar a que el centro de transformación baje de temperatura, lo que retrasa la recuperación del suministro afectando al conjunto de vecinos. La recuperación del servicio en el caso de incendio de líneas o de centros de transformación es aún más compleja. E-distribución, que opera como compañía distribuidora en Andalucía, Extremadura, Aragón, Baleares, Canarias y Cataluña, lleva años reforzando sus redes para reparar los estragos que provocan estas plantaciones en la red.

Cuando en un área se produce mucho fraude, las instalaciones sufren sobrecargas a pesar de que la potencia eléctrica instalada llega a multiplicar por cinco la que necesitarían los suministros con contrato consumiendo a máxima potencia. Como ejemplo, la potencia de electricidad que circula por los transformadores que dan servicio a las zonas con más fraude es hasta diez veces mayor que la que miden los contadores de las viviendas con contrato, lo que da una idea del volumen de enganches ilegales y de la cantidad de energía que demandan.