Mientras el mundo se reúne para la última Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP27, que se celebra este mes en Egipto, un nuevo análisis realizado por Bain & Company sobre los informes de empresas de todo el mundo ofrece una completa imagen de la respuesta de la comunidad empresarial al calentamiento global y del progreso hacia el cumplimiento de los objetivos de reducción de carbono y de cero emisiones.

En 2018, solo 144 empresas se habían comprometido o establecido un objetivo de descarbonización basado en la ciencia para abordar su huella de GEI. Esta cifra se duplicó a 358 en 2019 y de nuevo a 764 en 2020, antes de dispararse un 179% hasta nada menos que 2.134 empresas en 2021, antes de la conferencia COP26 en Glasgow. Si bien el cuarto trimestre aún no ha concluido, el número de empresas que se han comprometido o han establecido un objetivo basado en la ciencia ha aumentado un 77 % más, lo que eleva el total a 3.784 antes de la COP27. 

Sin embargo, a pesar del creciente número de empresas que se han comprometido con estos objetivos científicos, un tercio (33%) de las empresas que informan de sus emisiones de GEI a través del CDP 2 y que tenían un objetivo de magnitud 1 y 2 para 2021 no lo han cumplido, según revela el informe de Bain & Company, COP27: It Will Take Visionary Pragmatism to Accelerate Decarbonization in the Downturn.

Mientras los líderes mundiales se reúnen en la COP27, el análisis de Bain & Company destaca cinco cuestiones que recogen esta propuesta de “pragmatismo visionario” para acelerar los esfuerzos de descarbonización, incluso en el entorno económico actual de recesión. Las conclusiones de Bain & Company destacan cómo las empresas líderes pueden convertir la transición energética y del carbono en una ventaja competitiva.

Estas son las cinco áreas que el informe de Bain & Company identifica como las que permitirán a las empresas tener éxito en sus objetivos ecológicos:

• Adaptación estratégica: Las empresas no necesitan más escenarios climáticos, sino claridad en los más relevantes. Y lo que es más importante, necesitan identificar las señales que les indiquen lo que vendrá después. 
• Resonancia de los inversores y prestamistas: Los accionistas están afinando sus expectativas sobre la descarbonización y, al mismo tiempo, no suelen estar dispuestos a comprometer los rendimientos a corto plazo. Será fundamental que las empresas refuercen los puntos para demostrar claramente a los mercados de capitales los progresos realizados hasta la fecha en materia de descarbonización y expliquen las vías flexibles disponibles para lograr un negocio más sostenible a medio y largo plazo.
• Descarbonización respaldada por el cliente: Las empresas que tienen más éxito en sus transiciones climáticas comienzan la descarbonización con el cliente de por medio y trabajan de forma regresiva en las ofertas, las operaciones y la cadena de suministro. Más que nunca, será fundamental comprender claramente las prioridades de sostenibilidad de los clientes que están atravesando una recesión económica y, por tanto, están muy centrados en los costes. 
• Asociaciones para obtener resultados: La transición del carbono es un problema demasiado grande para que una organización lo resuelva por sí sola, por lo que las empresas deben involucrar a todo los clientes, proveedores y socios de la cadena de valor. 
• Crear una "organización verde" capacitada en todos los niveles: La cúpula directiva y los nuevos empleados pueden estar convencidos de la necesidad de una descarbonización agresiva. Sin embargo, la tarea de llevarla a cabo se ha trasladado firmemente a los mandos intermedios. Las empresas líderes están dando a los mandos intermedios la capacidad de hacer el trabajo.  Es fundamental integrar la descarbonización en la administración de la empresa, alineando los indicadores clave de rendimiento y los incentivos, poniendo un precio al carbono (precio interno del carbono) en las decisiones, y facilitando información a los mandos intermedios sobre cómo resolver las dificultades.