El consorcio del proyecto WILLOW trabaja en nuevas tecnologías para la monitorización de la corrosión en infraestructuras marítimas, con el fin de reducir los costes de mantenimiento y alargar la vida útil de los parques eólicos marinos. La iniciativa cuenta con financiación del programa Horizonte Europa (5,8 millones de euros) y reúne a 12 socios de cinco países europeos (España, Bélgica, Países Bajos, Noruega y Alemania).
Entre los ensayos en curso destaca la instalación de sensores electroquímicos en la plataforma Blue Accelerator de Ostende (Bélgica), con el objetivo de detectar la corrosión por picaduras, un tipo de degradación especialmente agresiva que compromete la resistencia de las estructuras. Paralelamente, se han colocado sensores comerciales y cupones de recubrimiento en zonas de salpicaduras, mareas y sumergidas, tanto dentro como fuera del monopilote, para evaluar la evolución de los materiales en diferentes condiciones ambientales.
El proyecto también investiga el comportamiento de la corrosión en la línea de lodo, un área crítica por las cargas estructurales pero de difícil acceso. En abril se instaló una tubería de prueba bajo el lecho marino y, tras confirmar la viabilidad del experimento, en septiembre se instalará una segunda tubería equipada con sensores diseñados para este entorno.
Otra línea de trabajo se centra en las inspecciones aéreas mediante el dron Hyperion, recientemente equipado con cámara termográfica. Los vuelos han permitido obtener imágenes térmicas y RGB que servirán para entrenar modelos de inteligencia artificial en la detección temprana de daños.
El objetivo de WILLOW es desarrollar un sistema integrado, de código abierto y basado en datos, que permita reducir hasta un 50% los costes de inspección, prolongar en cinco años la vida útil de las instalaciones y disminuir el coste nivelado de la energía en los parques eólicos marinos.