El Foro Eólico Marino y la Asociación Empresarial Eólica (AEE) han reclamado la aprobación inmediata de la Orden Ministerial que regule la primera subasta de eólica marina flotante, advirtiendo de que la falta de planificación y señales regulatorias amenaza el liderazgo tecnológico e industrial que España ha alcanzado en esta tecnología durante la última década.
El sector considera que la eólica marina flotante es un proyecto de país que requiere visión sistémica, voluntad política y colaboración entre administraciones y empresas. “Países como Francia, Reino Unido o Italia ya han avanzado en el desarrollo de esta tecnología, mientras que Portugal y Marruecos comienzan a dar pasos decididos”, explican.
Canarias se perfila como el lugar idóneo para el primer parque eólico marino flotante, debido al elevado coste de la generación eléctrica con combustibles fósiles —cinco veces superior al de la península— y al consenso político e industrial existente en el archipiélago. Según los cálculos del sector, una instalación de entre 200 y 250 MW en Gran Canaria podría ahorrar más de 116 M€ al año a partir de su entrada en funcionamiento, además de evitar la emisión de más de 570.000 toneladas de CO2 anuales.
España dispone del 75% de la cadena de valor necesaria para el desarrollo de la eólica marina flotante —desde la ingeniería hasta la construcción naval y la logística— y lidera el desarrollo tecnológico mundial con 11 de las 13 plataformas instaladas y 14 de los 50 prototipos globales de diseño español. Sin embargo, la falta de avances amenaza con provocar la fuga de inversiones hacia otros países.
“El lanzamiento de la consulta pública sobre la Orden Ministerial es un trámite necesario y urgente”, subraya Juan Virgilio Márquez, director general de AEE, quien advierte de que la inacción podría hacer que España pierda una oportunidad industrial única.
El sector reafirma “su compromiso con la protección ambiental y la coexistencia con la pesca y otras actividades marítimas”, asegurando que los parques se ubicarán lejos de la costa y en zonas con impacto visual mínimo. “La eólica marina flotante es una palanca de transformación económica y social que España no puede dejar pasar”, concluye Márquez.