A un mes de que comience la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático (COP26) en Glasgow (Reino Unido), la vicepresidenta y ministra
para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, junto a la directora de la Oficina Española de Cambio Climático, Valvanera Ulargui, ha participado en la cumbre preparatoria que hasta mañana se celebra en Milán (Italia) con la presencia de representantes de más de 40 países.
La PreCOP26 reúne a ministros de medio ambiente, así como representantes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y agentes de la sociedad civil, para discutir aspectos políticos clave de las negociaciones y profundizar en algunos de los temas que se tratarán en la COP26 en Glasgow.
La vicepresidenta Ribera, que ha actuado como cofacilitadora de las discusiones en torno al Mecanismo de Pérdidas y Daños y la adaptación, defendió la necesidad de que la COP26 dé una respuesta política tanto a los objetivos de mitigación como de adaptación e impulse una financiación a favor de la adaptación: “Es fundamental incrementar la financiación destinada a necesidades de adaptación e igualarla a la que se destina a mitigación”, ha señalado Ribera.
Reforzar los mecanismos para responder a los desastres
En un contexto de aumento de desastres naturales, la vicepresidenta ha explicado que es necesario “reforzar los mecanismos que permitan a los países responder a los desastres provocados por el cambio climático, al tiempo que se genera una respuesta para lograr sociedades mejor preparadas, fomentar la adaptación y construir resiliencia”, para lo que dijo ha encontrado el consenso de los delegados para integrar en la respuesta instrumentos que ahora están dispersos, como aquellos dedicados a la ayuda humanitaria o crisis migratorias.
Asimismo, durante las reuniones se ha mostrado el respaldo a mantener y hacer viable el objetivo de París de procurar que el incremento de temperatura se mantenga dentro de los 1,5ºC y a reforzar los compromisos de París con otras acciones concretas, como explicitar el calendario para el abandono del carbón, y la participación de otros sectores como el transporte o el papel de los bosques como sumideros de carbono, que nos sirvan para avanzar en el objetivo.
En este sentido, Ribera ha insistido en que “el objetivo de neutralidad climática a 2050 debe ser compatible con acciones concretas y ambiciosas a corto plazo, esto es, a 2030”. Ha recordado que el último informe del Grupo Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC), publicado el pasado agosto, ha confirmado la aceleración del cambio climático y la urgencia de actuar para mantener el calentamiento global por debajo de 1,5ºC, apuntando en uno de sus escenarios la posibilidad de superar el 1,5ºC en la próxima década si no se ponen en marcha políticas ambiciosas de aquí a 2030.