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El futuro energético: Tendencias para 2024

Raúl Escamilla, Business Development Manager Power Systems

 El futuro energético: Tendencias para 2024

El acuerdo de la COP28 impulsa una transición energética hacia la renovabilidad y la descentralización. Sin embargo, la variabilidad de las energías limpias desafía la estabilidad eléctrica, requiriendo una mayor digitalización. La electrificación emerge como clave para la descarbonización, mientras que la investigación en combustibles renovables y el almacenamiento energético ofrecen soluciones para un futuro más sostenible en el año 2024.

La energía, el factor clave en el desarrollo económico, se encuentra en una encrucijada. A pesar de los avances en energías renovables, persisten algunos retos fundamentales en los modelos energéticos. Impulsado por la adopción creciente de energía renovable, la preocupación por el cambio climático y los rápidos avances tecnológicos, el 2024 promete ser un año transformador. En este artículo, resumiremos algunas de las tendencias que veremos y que más impactarán en las empresas.

 

El nuevo paradigma energético
El acuerdo final de la pasada COP28 apunta a la necesidad de triplicar la capacidad de energía renovable en todo el mundo y a duplicar las tasas anuales de mejora de la eficiencia energética.

Al mismo tiempo, el modelo energético basado en grandes centrales de generación cede paso a uno más descentralizado y basado en renovables. Sin embargo, la variabilidad de las energías renovables desafía la estabilidad del sistema eléctrico.

La convergencia de estas circunstancias exige una actuación más contundente en los sistemas de suministro y demanda de energía, más limpios y eficientes, así como de una mayor digitalización, para una red más flexible, inteligente y autónoma.

 

Electrificación para la descarbonización
Incrementar la electrificación se vuelve imperativo. La electricidad emerge como el principal vector para la descarbonización. Por ejemplo, la movilidad y la climatización de los edificios son cargas energéticas que pasarán a ser electrificadas. Por otro lado, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) apunta a alcanzar un 83% de generación eléctrica renovable en España para 2030.

 

Digitalización: la clave del futuro energético
La gestión de la red de transporte y distribución se vuelve compleja, exigiendo una mayor digitalización. La tecnología digital, inteligencia artificial y gemelos digitales se presentan como protagonistas clave. Estos permitirán una gestión más inteligente, optimizando inversiones y ofreciendo una respuesta rápida creando una red eléctrica con mayor autonomía. De esta manera se acelerará la integración de la flexibilidad del usuario final a través de mercados de flexibilidad.

 

Combustibles renovables
En sectores donde la electrificación no es viable, como el transporte marítimo y la aviación, los combustibles renovables son un potencial de futuro. El impulso de la investigación y desarrollo en estas soluciones limpias es esencial, destacando el papel del hidrógeno verde para la neutralidad en emisiones.

 

Movilidad eléctrica
La renovación del parque de vehículos sigue avanzando. La Asociación de Nacional de Vendedores y Reparadores de Vehículos pronostica que las ventas de coches crecerán un 5% en 2024 y que 13 de cada 100 matriculaciones serán eléctricas. Según un estudio de PwC, para 2030 la práctica totalidad de los vehículos matriculados será eléctrico (55%) o híbrido (40%). El avance de las políticas restrictivas en las grandes ciudades frente a la contaminación en el centro inducirá a que el uso de la gasolina y el diésel sean cada vez más residuales

 

Almacenamiento energético y generación descentralizada
Para contrarrestar la variabilidad de las renovables, es vital desplegar tecnologías de almacenamiento energético y facilitar la flexibilidad del usuario final.

 

Microgrids: maximizando la resiliencia energética
El crecimiento de las microgrids se verá potenciado gracias a la disponibilidad de sistemas de almacenamiento de energía eléctrica (battery electric storage systems - BESSs). Estos multiplican los beneficios de las microgrids, permitiendo a las empresas integrar más recursos renovables y aprovechar al máximo la energía local, aumentando la resiliencia ante cortes y manteniendo operativa la infraestructura crítica, contribuyendo al uso de la flexibilidad del usuario final.

En conclusión, el 2024 emerge como un año de innovación y colaboración crucial para alcanzar las metas climáticas. La electrificación destaca como una de las principales tendencias, respaldada por la descentralización del modelo energético. La digitalización junto con la inteligencia artificial será esencial para la gestión de redes complejas. La investigación en combustibles renovables, el almacenamiento de energía y las microgrids se presentan como tendencias con un gran potencial para lograr una transición efectiva hacia un futuro más sostenible. 

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Artículos sobre energía | 22 de abril de 2024 | 1104

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