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HVO: ¿Es la gran alternativa al diésel?

Antía Míguez, tecnóloga de Genesal Energy

 HVO: ¿Es la gran alternativa al diésel?

Una vida útil larga y su magnífico rendimiento a temperaturas extremas convierten el aceite vegetal hidrotratado en un combustible cada vez más valorado.

Ni la electricidad es la principal forma de energía utilizada en el planeta ni es fácil llevar la electrificación a todos los sectores, y aunque es cierto que el avance de las fuentes renovables es más que notable, en la actualidad el 80% de la demanda de energía primaria a nivel mundial sigue basándose en combustibles fósiles. Esta es la cruda realidad, y también es un problema, no sólo por los altos niveles de emisiones y sus consecuencias sobre el cambio climático, sino también por el carácter finito de estos combustibles, los cuales, tarde o temprano acabarán agotándose.

En Genesal Energy son muy conscientes de que en el sector energético se tienen que cambiar muchas cosas y, además, el tiempo apremia:  existe una necesidad creciente de encontrar nuevos combustibles sostenibles para esos sectores donde la electrificación no va a llegar, o al menos no lo hará a corto plazo. Y es aquí, en este escenario tan cambiante y complejo, donde entra en escena el HVO, un combustible que en los últimos años se ha ido posicionando como una de las principales alternativas al diésel.  Estas son las claves del novedoso combustible.

El aceite vegetal hidrotratado o HVO (por sus siglas en inglés, Hydrotreated Vegetable Oil), es un biocombustible de segunda generación y, aunque lleve en su nombre las palabras “aceite vegetal”, se puede producir a partir de diferentes materias primas vegetales y no vegetales como aceite de cocina vegetal usado (UCO, Used Cooking Oil), residuos de grasa animal y tall oil, un subproducto de la fabricación de pulpa de madera y aceites de origen vegetal no aptos para uso alimentario (colza, soja y palma). En realidad, por sí solos, estos aceites no son combustibles efectivos. Sin embargo, mediante un proceso conocido como hidrotratamiento sí es posible convertir las grasas de estos aceites en hidrocarburos casi idénticos al diésel convencional.

 

¿Es lo mismo que el biodiésel?
No, biodiésel y HVO hacen referencia a combustibles diferentes. Si bien ambos parten de los triglicéridos de los aceites vegetales y de las grasas animales, en el caso del biodiésel éste se fabrica por esterificación: la materia prima aceitosa se trata con un alcohol, generalmente metanol, y un catalizador. Esto produce glicerina y un combustible hecho de ésteres metílicos de ácidos grasos o FAME (Fatty Acid Methyl Ester).

Por otro lado, para obtener HVO los aceites son sometidos a un proceso de hidrotratamiento. Dicho de un modo más simple, se utiliza hidrógeno para eliminar el oxígeno del aceite a altas temperaturas, dividiendo las moléculas de grasa en cadenas separadas de moléculas de hidrocarburos. Como resultado se obtiene un combustible estable comparable al diésel fósil, tanto en cuanto a la forma como en cuanto al rendimiento, lo que hace que el HVO se sitúe por encima del biodiésel como alternativa al combustible fósil.

 

Sus principales ventajas
Son muchos los expertos que atribuyen importantes ventajas al HVO. Si como materia prima se utilizan aceites usados, y se produce de forma relativamente local, la utilización de aceite vegetal hidrotratado puede resultar en una disminución de emisiones de CO2e de hasta un 90%.   Además, en la quema de HVO las emisiones de monóxido de carbono (COx) y de otras partículas contaminantes también son menores. 

Por otra parte, su vida útil es mucho más larga, hasta diez veces más que el diésel; su rendimiento se mantiene incluso a temperaturas extremas -hablamos de condiciones difíciles, incluso a-30 ºC- ; posee buenas características químicas, es aromático, de baja densidad, con un índice de cetano muy alto y sin azufre. Asimismo, su poder calorífico y, por lo tanto, su contenido energético, también es más alto que el del biodiésel.

Pero lo que más destaca de este combustible es que, a diferencia del biodiésel, que se debe mezclar con diésel convencional para que funcione correctamente, el HVO es un combustible directo, que se puede reemplazar por completo en la mayoría de los grupos diésel. Además, también, en comparación con el biodiésel, este último es propenso a la degradación, siendo necesaria una planificación muy concreta para almacenarlo. Sin embargo, no sucede lo mismo a la hora de almacenar HVO porque sólo es necesario un tanque de aceite simple.

De hecho, los tanques de diésel convencional se pueden llenar con aceite vegetal hidrotratado y viceversa; de forma que si, por ejemplo, estamos funcionando con HVO, pero éste se agota y es imposible adquirirlo con la suficiente rapidez, se podría volver a usar diésel sin ningún problema.

Con un listado de bondades tan amplio, el atractivo de este combustible es tan grande (algunos expertos sostienen que nos encontramos ante el combustible del futuro) que diferentes marcas de los mundos del motor de combustión y de la energía distribuida ya han empezado a hacerse eco de las numerosas ventajas del HVO, certificando que sus productos son compatibles con este biocombustible.

Por poner tan sólo un ejemplo, diversas compañías han declarado que todos sus motores Euro 5 y Euro 6 sí son compatibles con la utilización de HVO.

 

¿Es el HVO sostenible?
Ahora bien, aunque es absolutamente innegable que el HVO presenta muchas ventajas, para hablar de la sostenibilidad de un combustible hay que analizar y comprobar numerosos aspectos y variables, dicho de otro modo, debemos prestar atención no sólo a sus propiedades, sino también a toda su cadena de valor.  Y es, por tanto, especialmente necesario, hacerse preguntas.

¿Son la materia prima y la producción de origen relativamente local? En cuanto al origen de la materia prima, ¿se utilizan solo aceites usados, o también se incluyen, por ejemplo, cultivos aceitosos? ¿Han sido necesarios cambios en los usos del suelo para tener disponibles dichos cultivos? Si tenemos en cuenta la imagen entera, para hablar de un HVO 100% siempre necesitamos asegurarnos de que este combustible se produce a partir de una materia prima derivada de desechos reales y que se respetan, por supuesto, criterios medioambientales y sociales a lo largo de toda la cadena de valor. Hay que realizar un análisis estricto para no incurrir en un error.

Sin embargo, al hacernos todas estas preguntas también surge otra cuestión no menos importante: si tenemos disponible un HVO que sabemos que no es 100% sostenible… ¿Es mejor recurrir a él o, por el contrario, rechazarlo por su “falta de pureza” y seguir utilizando diésel fósil? ¿Buscamos otra alternativa, como puede ser otro tipo de biocombustible o incluso un combustible sintético? Estas son cuestiones difíciles de responder que dependen además de muchísimos factores. No hay una respuesta fácil en absoluto.

La Escala Greenesal
Para facilitar la toma de decisiones sobre la elección y utilización de todo tipo de combustibles, en la compañía Genesal Energy hemos creado lo que denominamos “Escala Greenesal de evaluación de la sostenibilidad para combustibles”. Se trata de una herramienta que permitirá evaluar la sostenibilidad de los combustibles, de forma que no solo sea mucho más sencillo elegir entre las diferentes opciones disponibles en el mercado, sino que, además, proporcionará una idea muy clara sobre el impacto real que cada una de estas opciones puede tener en el medio ambiente, y por tanto, en nuestro entorno.

Por otro lado, la escala Greenesal de la evaluación de la sostenibilidad no se limita a medir el impacto medioambiental, sino que va más allá. Ponderará de forma justa factores relacionados con las tres esferas del desarrollo sostenible que son cruciales para lograr un resultado riguroso. Estas esferas son las siguientes:

  • Esfera medioambiental: forman parte de este apartado factores como el origen de la materia prima, emisiones GHG, carbono orgánico del suelo, eutrofización, acidificación, balance energético, biodiversidad.
  • Esfera económica: hablamos de costes capitales y de costes operacionales.
  • Esfera social: en este ámbito se incluyen derechos de las tierras, problemas relacionados con las condiciones de trabajo y la relación con las comunidades locales

De esta forma, no solo se podrá distinguir entre diferentes tipos de combustible, sino que incluso para un mismo tipo, y en función de las condiciones que se hayan generado a lo largo de la cadena de valor, también será posible, a través de un análisis pormenorizado del mismo, conocer cuál tiene un mayor impacto positivo en la búsqueda de un futuro sostenible. 

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Artículos sobre grupos electrógenos y equipos auxiliares | 03 de junio de 2024 | 1276

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