La simbiosis entre la industria forestal y la bioenergía existe y funciona muy bien desde hace años en varios sectores. Por ejemplo, la actividad de fábricas de tableros o plantas de celulosa combinada con la cogeneración de energía electrica y térmica –en general, para autoconsumo- a partir de sus propios subproductos aumenta la eficiencia global del aprovechamiento de recursos y es una clara muestra de economía circular.
Tambien son buenos ejemplos las plantas de productos derivados de la madera (aserraderos, bobinas, palets, etc.), donde los subproductos de peor calidad se utilizan para generar calor de proceso, los siguientes en calidad para fabricar pellets y la materia Además, es destacable la sinergia entre generación de electricidad y reducción del riesgo de incendios forestales que deriva del aprovechamiento de la biomasa forestal, que, acumulada en los montes, se convierte en un material altamente inflamable y peligroso. Sin olvidar que los incendios forestales son responsables del 20% de las emisiones de dióxido de carbono derivadas de actividades humanas.
En cuanto a las biomasas de origen agrícola, su potencial dentro de la economía circular es inmenso; muchos subproductos hasta ahora considerados residuos están convirtiéndose ya en materias primas en otros procesos, como la generación de energía. El proyecto Agrobioheat, en el que participa AVEBIOM, promueve el uso de estas agrobiomasas para obtener calor en instalaciones en el entorno rural.
Tasa de carbono y certificaciones
El uso de la biomasa, fuente local de energía renovable y sostenible, en sustitución de los combustibles fósiles de importación se vería impulsada con la implantación de un impuesto sobre el carbono, algo que AVEBIOM defiende desde hace años.
Las certificaciones de procesos, como PEFC para la gestión forestal o ENplus y Biomasud en el ámbito más específico de la biomasa para usos energéticos, han sido y son clave para garantizar la sostenibilidad y el modelo circular.
En cuanto a los aparatos modernos de combustión, son cada vez más eficientes, garantizando un menor consumo de biocombustibles y unas emisiones mínimas, de acuerdo al reglamento de Ecodiseño (en el caso de instalaciones de baja potencia) y a las directivas europeas y sus respectivas transposiciones nacionales para instalaciones de combustión medianas (1 – 50 MW) o de más de 50MW. AVEBIOM, por su parte, trabaja para mejorar la excelencia en las instalaciones de biomasa a través de la certificación iBTc para instaladores de biomasa térmica.
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