Greenpeace considera que el borrador del nuevo Plan Integrado de Energía y Clima (PNIEC) supone una mejora respecto al plan actual, pero que aún necesita acelerar la descarbonización a la velocidad indicada por la ciencia. El objetivo de reducir las emisiones un 32% en 2030 (con respecto a 1990) avanza en la dirección correcta, pero no tiene en cuenta la urgencia indicada por los estudios científicos, según los cuales es imprescindible reducir las emisiones un 55% en 2030. Echamos en falta también la definición de un objetivo de emisiones a más largo plazo: la ciencia indica que España debe alcanzar las cero emisiones netas en 2040.
La velocidad marcada en el nuevo borrador sigue siendo insuficiente para cumplir con el Acuerdo de París, por lo que Greenpeace, junto a las otras organizaciones demandantes, seguimos pendientes de la sentencia del Tribunal Supremo al litigio por falta de ambición en la acción climática, que debería forzar al futuro gobierno a fijar el objetivo de reducción de emisiones en, por lo menos, un 55% en 2030.
Considerando la actual crisis climática, energética y de desigualdad, se hace imperante cambiar cuanto antes el muy contaminante y peligroso sistema energético dependiente de combustibles fósiles y nuclear a un sistema 100% renovable. Greenpeace, siguiendo las recomendaciones científicas, demanda alcanzar en 2030 un sistema eléctrico 100% renovable (y no sólo el 81% indicado en el borrador del PNIEC) y llegar a que todo el sistema energético también lo sea en 2040 para conseguir que ese año las emisiones netas sean cero. Para lograr un sistema que no depende de los combustibles fósiles numerosas demandas energéticas deben transformarse a eléctricas, por lo que es necesario un desarrollo intenso y rápido de las renovables, que debe ser ordenado, respetuoso con la biodiversidad y las personas.
Es deber de los Gobiernos de fomentar un desarrollo renovable que sea comprendido como una oportunidad para el bienestar de la sociedad y del medioambiente, así como una oportunidad irrenunciable para participar en la transición energética. Por lo tanto, es necesario seguir avanzando en el autoconsumo energético, especialmente en el colectivo así como en las comunidades energéticas; asegurar una correcta participación de la población afectada en el desarrollo de nuevos proyectos de energías renovables; y conseguir lo antes posible una cartografía detallada y vinculante de lugares de exclusión de dichos proyectos por efectos sobre la biodiversidad y la población local. También se deberían designar espacios prioritarios por su bajo impacto negativo y su implicaciones para el adecuado desarrollo técnico, algo a lo que obligará la directiva europea de renovables a punto de ser aprobada en Bruselas. Los criterios de Greenpeace para impulsar la protección de la biodiversidad y el desarrollo intenso y rápido de las renovables están recogidos en el documento 'Desarrollo renovable necesario para el clima y respetuoso con la biodiversidad y las personas'.
La organización reitera la necesidad de acabar con la dependencia de los combustibles fósiles y nuclear, que tiene múltiples consecuencias negativas: perjuicios a la salud, responsabilidad en la crisis climática, déficit de la balanza comercial, etc. En este sentido, es imprescindible fijar objetivos claros de abandono progesivo del uso de gas fósil, comenzando por eliminar su uso para la producción eléctrica en 2030. El borrador, tal y como está redactado, permite aún construir nuevas infraestructuras de combustibles fósiles y que estos tipos de combustibles reciban subvenciones. El nuevo PNIEC debería eliminar los subsidios fósiles - que en 2022 alcanzaron € 3.000 millones - y proponer nuevos impuestos a estas industrias fósiles que sirvan para financiar la acción climática, para reparar los efectos del cambio climático, provocados en gran parte por los combustibles fósiles.
Si bien el plan mantiene el calendario de cierre progresivo del parque nuclear acordado entre el Gobierno y las compañías eléctricas, debe considerarse la necesidad de un adelanto de los cierres a medida que la entrada de energías renovables exija aumentar la flexibilidad del sistema eléctrico.
Greenpeace considera que el PNIEC debe contemplar un objetivo de ahorro energético para que España reduzca progresivamente su demanda energética total en un 50%, manteniendo o mejorando las prestaciones y evitando consumos inútiles (implementando eficiencia energética) y suprimiendo consumos derrochadores o suntuosos mientras se garantizan los servicios energéticos básicos a toda la población (implementando la suficiencia).
Junto a las necesarias medidas de ahorro y eficiencia, les llama de nuevo la atención de que, además de transformar el sistema energético, es imprescindible igualmente transformar los sistemas de movilidad y agroalimentario para conseguir la neutralidad climática. El nuevo borrador incluye mejoras en movilidad, como la ya aprobada Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada 2030, aunque no contempla medidas como el abono universal T-lleva, propuesto por Greenpeace, que daría un gran impulso a un transporte público asequible, atractivo y accesible a toda la población. También recoge medidas imprescindibles para el sector residencial y la lucha contra la pobreza energética necesarias para una transición energética que beneficie especialmente a las clases más populares.
El borrador apenas incluye medidas dirigidas al sector agroalimentario, aparte de algunos puntos para mejorar su eficiencia energética. Sin duda, se requieren medidas más ambiciosas en este sector, como por ejemplo reducir de forma progresiva la cabaña ganadera en intensivo, al menos un 50% en 2030.
La ciudadanía debe ser protagonista Necesidad de un proceso participativo real
El borrador, hecho público hoy, adolece de un proceso participativo que haya permitido la discusión efectiva y constructiva entre todos los agentes implicados, como el sector privado y las organizaciones sociales. Hoy se abre a consulta pública el nuevo borrador, siguiendo el proceso habitual de recogida de aportaciones escritas por email. El PNIEC debería ser aprobado en un año.
Reclamamos al futuro Gobierno que salga de las urnas el 23 de julio que realice un proceso participativo real, tal como establece el Reglamento de Gobernanza y por el Convenio de Aarhus: “con modalidades prácticas en lo relativo a su participación”. Greenpeace, como parte de la Alianza por el Clima en la que participan numerosas organizaciones de la sociedad civil, reclama la creación de este proceso de participación pública en el que se desarrollen mesas de trabajo sectoriales y cuyas conclusiones sirvan para mejorar la versión actual del borrador.
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