Este año Microsoft presentó su Datacenter Community Pledge, en el que enfatiza que los centros de datos no solo son el pilar fundamental de la tecnología moderna, sino que también ejercen como una fuerza positiva en las comunidades en las que operan. Como parte de este compromiso, Microsoft reconoce la responsabilidad clave en la protección y reposición de los recursos de agua dulce, tanto en las regiones donde se localizan los centros de datos, como a nivel mundial.
Por ello, en las operaciones de los centros de datos, una de las preguntas fundamentales que se plantea cada día es: ¿cómo se puede seguir conservando el agua mientras se satisface la creciente demanda de los clientes por innovación en la nube y la IA?
En los centros de datos, el agua se utiliza principalmente para la refrigeración y humidificación. Con el aumento de la demanda de aplicaciones en la nube y de IA de alto rendimiento en los últimos años, se han impulsado las aplicaciones de los clientes y facilitado oportunidades para el descubrimiento y la innovación. Este crecimiento ha incrementado los requisitos energéticos de los chips de silicio, que son fundamentales para la computación en la nube y la IA y están instalados en los racks y servidores de los centros de datos. A medida que los chips avanzados consumen más energía, también generan más calor, lo que requiere una refrigeración más intensiva y, tradicionalmente, llevando a un mayor consumo de agua.
Para reducir el uso de agua en las operaciones, una medida clave en el objetivo de ser water positive para 2030 para Microsoft, es la innovación en todos los aspectos, desde la infraestructura de los centros de datos hasta los propios chips. Desde la primera generación de los centros de datos de Microsoft, a principios de la década de 2000, hasta la generación actual en 2023, se ha logrado reducir la intensidad hídrica (agua consumida por kilovatio-hora) en más de un 80%. Esto demuestra que es posible reducir significativamente el consumo de agua por cada kilovatio de energía en los centros de datos, aún cuando la infraestructura en la nube sigue creciendo.
Descubre en detalle dos áreas clave para continuar reduciendo la intensidad del consumo de agua: la conservación del agua en todas las fases de las operaciones y las tecnologías innovadoras que reducen la cantidad de agua necesaria para la refrigeración.
En todas las ubicaciones, se busca minimizar la cantidad de agua necesaria para la refrigeración. Esto incluye operar los centros de datos a una temperatura que permita la refrigeración con aire exterior durante la mayor parte del año, reduciendo así la necesidad de sistemas de refrigeración tradicionales y conservando agua en todas las etapas de las operaciones diarias.
En los centros de datos, se trabaja para minimizar el uso de agua proveniente de los sistemas municipales. Esto incluye prácticas de conservación del agua en centros de datos existentes y nuevos diseños optimizados para soportar cargas de trabajo de IA, que no requieren agua para la refrigeración.
En España, se utilizará refrigeración evaporativa directa, un método que usa aire exterior para reducir el uso de agua de refrigeración en alrededor del 15% del tiempo de funcionamiento. Además, en colaboración con Aganova, se introduce un proyecto pionero de reposición de agua, aprovechando la IA para la gestión hídrica sostenible. Este proyecto, conocido como Water Pipe Intelligence, refuerza el programa de reposición de agua, con España y Madrid como zonas prioritarias para estas iniciativas. Además, los centros de datos de Microsoft están diseñados para cumplir con las normas LEED Gold, la calificación internacional reconocida globalmente que garantiza criterios específicos de sostenibilidad y rendimiento ambiental.
Las tecnologías de refrigeración innovadoras son fundamentales para la estrategia hídrica de Microsoft y se están implementando rápidamente en toda la red de centros de datos. Esto abarca soluciones que dirigen la refrigeración directamente al origen del calor: el propio chip.
Un ejemplo destacado son las placas frías, una tecnología de refrigeración directa al chip que permite el intercambio de calor en un sistema de circuito cerrado. Las placas frías disipan el calor de manera más eficaz que la refrigeración por aire tradicional, ya que enfrían directamente el silicio y recirculan el líquido refrigerante, similar al funcionamiento de un radiador de automóvil. Esta solución mejora significativamente la eficiencia de la refrigeración y permite un control más preciso de la temperatura en comparación con los métodos tradicionales.
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